Chile es un país donde llevar niños reporta ventajas. Los pequeños son bien recibidos y se muestra comprensión con los padres; incluso los desconocidos ofrecen ayuda y los hoteles y servicios suelen adaptarse a los pequeños. Hay muchas actividades para niños y resorts y alojamientos familiares.
Chile es un destino muy acogedor para los niños. Los críos pagan un billete reducido o entran gratis en diversos espectáculos y actuaciones. Los chilenos se muestran serviciales en el transporte público; con frecuencia ceden el asiento para padres con hijo. Las embarazadas disfrutan de plazas de aparcamiento y preferencia al pagar en las tiendas de comestibles.
Aunque las familias de clase media-alta suelen contratar a una nana (niñera), encontrar ayuda en el último momento no es fácil. Los servicios de canguro y los clubes infantiles se limitan a estaciones de esquí y hoteles de categoría alta. Los conocidos de confianza pueden recomendar canguros.
La leche en polvo, los alimentos para bebés y los pañales son fáciles de encontrar. Por regla general, los aseos públicos están descuidados; hay que llevar siempre papel higiénico, que suele acabarse, y desinfectante de manos porque casi nunca se dispone de jabón y toallas. Aunque una mujer puede pasar con un niño al baño de señoras, es socialmente inaceptable que un hombre entre con una niña en el de caballeros.
Pese a que no hay por qué preocuparse en cuanto a comida y salud, el agua embotellada es aconsejable para los estómagos delicados.
A los niños les encanta el excursionismo o el ciclismo siempre que puedan ir a su ritmo. Es necesario acomodar las actividades a su nivel, llevar tentempiés y tener un plan alternativo para el mal tiempo o el cansancio. Un viaje rutinario, como cruzar fiordos en un ferri o montar en el metro, puede equivaler a una aventura. Actividades como los paseos guiados a caballo, el rafting y el barranquismo siempre gustan a los adolescentes.
El agroturismo también puede ser una gran opción. Algunos ríos pueden ser interesantes; hay que asegurarse de que las agencias disponen de chalecos salvavidas y trajes de neopreno.
Aunque no ofrecen menús infantiles, la mayoría sirven varios platos adecuados, sin picante. No hay inconveniente en pedir una comida para compartir y las raciones suelen ser abundantes. Rara vez disponen de tronas. Conviene tener en cuenta los horarios: los restaurantes no abren antes de las 19.00, a veces a las 20.00, y el servicio puede ser bastante lento.
Muchos museos, parques y estaciones de esquí, eventos divertidos y cursillos para niños. Los parques de ecoaventura, los paseos a caballo y las tirolinas ofrecen emoción en el cercano Cajón del Maipo.
Las localidades turísticas costeras ofrecen diversión playera, natación y clases de surf. A los niños les encantan las aguas tibias de La Piscina, en Bahía Inglesa. El clima suave y soleado lo facilita todo.
Para paseos a caballo, chapuzones en lagos, visitas a granjas, deportes acuáticos y volcanes. Pucón y Puerto Varas son las mejores bases para explorar la región.