Cultura

Estilo de vida en Kenia

Ser keniano puede resultar duro. Aunque en su mayoría están orgullosos de serlo, la identidad nacional es solo una de las muchas maneras que tienen de entender su mundo. Al contrario que en la vecina Tanzania, donde ser tanzano queda por encima de todo, en Kenia los lazos familiares, las filiaciones tribales, la religión y los roles de género son cuestiones cruciales en la vida diaria. El resultado es un mosaico fascinante pero complicado.

Culturas tradicionales, país moderno

Las culturas tradicionales mantienen unida a Kenia. El respeto por los ancianos, las firmes creencias religiosas, los roles de género tradicionales y la tradición de la ujamaa (el carácter familiar) crean una estructura social de rígidas costumbres morales.

El concepto amplio de familia ofrece un apoyo adicional, y cada vez más importante, pues los padres migran a las ciudades en busca de trabajo y dejan a los hijos al cuidado de abuelos, tíos y tías. Este sistema ha permitido además lidiar con la devastadora epidemia de VIH/SIDA: Kenia tiene la 12o tasa de prevalencia de VIH más alta del mundo entre adultos (5,4%).

Históricamente, los kenianos eran agricultores o pastores, y los clanes familiares se establecían en pequeñas aldeas interconectadas. Incluso ahora, ante un urbanismo frenético, se conserva ese fuerte sentido de comunidad.

Injerta en esos cimientos tradicionales de cultura, familia y comunidad, la educación también es crucial para entender la Kenia moderna. Kenia envía más estudiantes a formarse en EE UU que ningún otro país africano, y la alfabetización adulta rondaba el 78% en el 2015. La generación de kenianos formados de la década de 1980 está haciéndose oír: los kenianos del extranjero han empezado a invertir y el paisaje empresarial de Nairobi está cambiando rápido.

Un país, muchas tribus

Kenia alberga más de 40 grupos tribales. Aunque la mayoría ha coexistido más o menos en paz desde la independencia, el sesgo etnocéntrico de los gobernantes ha provocado un malestar y un distanciamiento crecientes. En las disputadas elecciones de 1992, 1997 y 2007, los enfrentamientos entre dos grandes tribus, kikuyu y luo, provocaron muertes y desplazamientos masivos. Un paso positivo llegó con la Constitución del 2010, que reconoce los derechos de las minorías étnicas e insta a “reflejar la diversidad regional y étnica del pueblo de Kenia”.

Algunos analistas señalan que la violencia y las tensiones étnicas guardan más relación con la desigualdad económica que con el tribalismo, e insisten en que solo hay dos tribus: ricos y pobres.

Interior cristiano, costa musulmana

Como resultado de la intensa actividad misionera, muchos kenianos fuera de las provincias de la costa y del este son cristianos (incluso hay grupos africanos cristianos surgidos en el propio país). El evangelismo radical ha hecho incursiones considerables y muchos grupos de EE UU tienen numerosos seguidores.

En el este del país, los kenianos son en su mayoría musulmanes suníes, y conforman en torno al 11% de la población.

Mujeres en Kenia

Durante la batalla de Kenia por la independencia, muchas mujeres lucharon junto a los hombres, pero su sacrificio quedó olvidado. En la conferencia celebrada en la Lancaster House a principios de la década de 1960, en la que se negoció la Constitución de la Kenia independiente, solo una de los casi 70 delegados kenianos era mujer, y la Constitución resultante no mencionaba los derechos de las mujeres.

Las cosas mejoraron sobre el papel con la Constitución del 2010: las mujeres se consideran un grupo desfavorecido y la Constitución garantiza igualdad de trato para hombres y mujeres y protección frente a la discriminación por sexos, insta al Estado a adoptar políticas de discriminación positiva y reserva 47 escaños para las mujeres en el Parlamento. Como resultado, el 19% de los diputados en el 2014 eran mujeres, frente al 1% de 1990.

Aun así, sigue habiendo grandes discrepancias en cuanto al acceso de las mujeres a servicios y recursos esenciales, como la tierra o los créditos, y los roles de género prevalecen. Las mujeres kenianas tienen cada vez más acceso a oportunidades educativas y, sobre todo en las ciudades, desempeñan poco a poco papeles en la vida pública. En las zonas rurales, rigen los roles tradicionales de género, aunque las mujeres cuentan con cierto estatus y respeto como madres, esposas, curanderas y maestras.