Bienvenidos a Laos

País recóndito y desconocido durante mucho tiempo, Laos combina algunos de los mejores elementos del sureste asiático en un espacio reducido.

La tierra del millón de elefantes

En la antigüedad, a Laos se lo conocía poéticamente como la “tierra del millón de elefantes”. Durante la Guerra de Vietnam, unos cínicos corresponsales occidentales la bautizaron como la “tierra del millón de irrelevantes”. Cuatro décadas después de la guerra, Laos se está convirtiendo en un destino cada vez más notable para los viajeros, un país de culto gracias a su naturaleza en estado puro, su riqueza cultural y la amabilidad de sus habitantes. Un lugar donde el pulso se relaja, las sonrisas son genuinas y los lugareños sienten una sincera curiosidad por los visitantes.

Una sencillez reconfortante

Laos conserva buena parte de sus tradiciones, que en otros países vecinos han ido desapareciendo a golpe de excavadora y reality shows. Los pueblos ofrecen cotidianidad y sencillez, e incluso en Vientián se encuentra una apacible vida fluvial de lo más sorprendente. En el mágico Luang Prabang, cientos de monjes de ropajes rojizos recorren las calles pidiendo limosna. Es una de las imágenes más representativas de la región; de hecho, es todo lo que ven muchos visitantes a su paso por Laos, pero los viajeros más intrépidos descubrirán un país que no está afectado por el turismo masivo.

Paisajes de ensueño

Lejos de las ciudades es fácil encontrar rutas poco transitadas por paisajes de cuento de hadas: acantilados escarpados de piedra caliza, junglas melancólicas y el serpenteante río Mekong. Haciendo travesías a pie y alojándose en pueblos, el viajero podrá empaparse de estos espectaculares parajes naturales y descubrir la auténtica vida del país. Los laosianos son anfitriones muy acogedores y ¿qué mejor forma de conocer su cultura que compartiendo su vida?

Para todos los gustos

Laos se merece todos los elogios que recibe. Los viajeros más activos pueden perderse por cuevas y ríos subterráneos, rápidos de aguas bravas o tirolinas en la jungla. Los amantes de la naturaleza, hacer excursiones entre fauna inusitada por los bosques más inmaculados del sureste asiático. Los sibaritas, gozar de una inusitada mezcla de sabores. Sean cuales sean sus gustos, el viajero encontrará lo que busca en Laos, uno de los destinos más auténticos de Asia.

Por qué me gusta Laos

Por Nick Ray, autor

Vine a Laos por primera vez como mochilero en 1995, poco después de su tímida apertura al mundo. Me enamoré rápidamente de sus encantos naturales, y también de esas Beerlao fresquísimas a orillas del Mekong. Dos décadas más tarde, tras innumerables aventuras, Laos me sigue sorprendiendo. Hacía tiempo que el historiador que hay en mí anhelaba descubrir las cuevas de Vieng Xai, y no me decepcionaron. Más al oeste, el nuevo Centro de Conservación de Elefantes (cerca de Sainyabuli) ofrece una experiencia fantástica para una buena causa. Y Luang Prabang mejora con los años. Laos ha sabido evolucionar y sigue siendo uno de los destinos más seductores de Asia.

 

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