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La línea ferroviaria más norteña de EE UU fue uno de los triunfos de la edad dorada de la ingeniería cuando el presidente Warren Harding golpeó ceremoniosamente el último barrote en 1923. Casi un siglo después, la compañía ferroviaria continúa trabajando con magia férrea en el Denali Star, un tren de lujo que cubre la ruta entre Anchorage y Fairbanks, llena de vida salvaje, pequeños pueblos y profundas gargantas. El viajero tiene mucho que ver, pero todo se olvida cuando los 6168 m del Denali brillan por encima del bosque.