España

El compacto y evocador Casco Viejo de Bilbao está lleno de encantadoras calles, ruidosos bares, tiendas poco convencionales y fabulosa cocina. Su corazón está formado por la zona llamada Las Siete Calles, las Zazpi Kaleak, que datan del s. XV y son el origen de la ciudad. Lo mejor en un día El Casco Viejo está lleno de historia, por lo que se aconseja tomarse una buena dosis de cafeína y empezar a explorar el pasado y el presente de Bilbao frente al teatro más elegante de la ciudad, el teatro Arriaga, en el extremo norte del Casco Viejo. Desde allí, se va por una fascinante maraña de callejones hasta la catedral de Santiago, elegante por fuera e impresionante por dentro. Se sigue por la calle Iparragirre hasta el Euskal Museoa, probablemente el museo más completo del mundo sobre historia y cultura vascas. Al mediodía hay que unirse a los bilbaínos para almorzar en el Rio-Oja, uno de los típicos restaurantes de clase obrera de Bilbao. Luego, se vuelve a los libros de historia y se visita el Arkeologi Museoa. Tras la lección de arqueología se regresa al presente para disfrutar de los placeres de la vida e ir de compras por las variadas tiendas del Casco Viejo. Por la noche todo el mundo en Bilbao se dirige a la Plaza Nueva para comer pintxos en alguno de la media docena de concurridos bares que allí se congrega.

La elegante parte nueva de Bilbao tiene una impresionante gama de atracciones y es probable que uno pase mucho tiempo en ella. Esta zona ofrece varios museos de talla internacional, bonitos paseos y vistas de la ría, algunos de los mejores bares y restaurantes de España, y multitud de interesantes y singulares diversiones. Lo mejor en un día Se empieza con el edificio que ha hecho famosa a la ciudad: el Museo Guggenheim Bilbao. Hay que dedicar bastante tiempo a explorar su exterior y las orillas circundantes de la ría. Es probable que la visita al museo consuma casi toda la mañana, por lo que luego se puede ir directamente a almorzar al Nerua, dentro del museo, o al Restaurante La Mary. Tras almorzar, hay que relajarse con un paseo por el tranquilo parque de Doña Casilda de Iturrizar antes de retomar el arte con obras maestras españolas en el Museo de Bellas Artes. Si aún no se está cansado de museos, se puede visitar el Museo Marítimo Ría de Bilbao. De lo contrario, se puede echar un vistazo a las tiendas de López de Haro y las calles circundantes, parando a tomar un tentempié en la fabulosa pastelería Arrese. Por la noche se disfrutan unos pintxos en La Viña del Ensanche y luego, se va al centro cultural alternativo Kafe Antzokia.

Unos 14 km al norte de Bilbao, el municipio de Getxo es un destino gratificante para una excursión. Destacan sus playas de arena y su paseo marítimo, pero también tiene un bonito barrio pesquero y muchos restaurantes maravillosos. Al otro lado del Puente Colgante, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, Portugalete tiene un compacto centro medieval y un interesante museo industrial. Lo mejor en un día Se empieza el día en Portugalete con una visita a la gótica basílica de Santa María y se aprende más sobre el pasado industrial de la zona en el Rialia Museo de la Industria. Luego, se toma un café en el ghpc antes de cruzar el Puente Colgante hasta Getxo. Para estirar las piernas, nada como una vuelta por el paseo de las Grandes Villas mientras se contemplan las mansiones y palacetes de Getxo y las galerías de Punta Begoña. Para almorzar, se puede ir al Tamarises Izarra. Después de almorzar se disfruta un rato en la playa de Ereaga antes de explorar el bonito barrio pesquero por encima del Puerto Viejo. Hay una empinada subida por escaleras, pero el camino, entre un pintoresco batiburrillo de casitas encaladas, merece la pena. Si todavía responden las piernas, se puede seguir hasta la playa de Arrigunaga y la punta Galea. La noche se pasa en el Puerto Viejo, disfrutando del excelente marisco de Karola Etxea o de algo más informal en el tranquilo Bar Arrantzale.