¿Es seguro viajar a Tanzania?

En general, Tanzania es un país seguro y no ofrece grandes complicaciones. Sin embargo, hay que tomar las precauciones habituales y ceñirse a los consejos que ofrece el Gobierno para viajar.

  • Evitar las zonas aisladas, sobre todo tramos solitarios de playa. En ciudades y zonas turísticas tómese un taxi por la noche.
  • Solo hay que subir a los taxis de las paradas oficiales o de los hoteles. Jamás hay que entrar en un taxi donde ya haya alguien aparte del taxista.
  • Nunca hay que pagar un safari o excursión por adelantado hasta que uno no se haya informado bien de la compañía, y jamás hay que pagar nada fuera de la oficina de la compañía.
  • En el transporte público no hay que aceptar ni bebida ni comida de un desconocido. Desconfíese de cualquiera que pare al viajero en la calle y le diga que se conocieron en el aeropuerto, hotel o cualquier otro sitio. Tampoco hay que fiarse de quienes piden donativos para “refugiados”, “estudiantes” y demás; en su lugar se puede contribuir a causas humanitarias a través de una agencia o proyecto establecidos.
  • Recélese de cualquiera que se le acerque a uno ofreciendo un chollo de safari o afirmando que le conoce.
  • En el oeste de Tanzania, sobre todo en la frontera con Burundi, se producen brotes puntuales de vandalismo y malestar político. Conviene informarse antes de ir.
  • En zonas turísticas, sobre todo en Arusha, Moshi y la isla de Zanzíbar, los engatusadores pueden ser algo avasalladores, especialmente en estaciones de autobuses y hoteles turísticos económicos. Inténtese no parecer un turista recién llegado: hay que caminar con decisión y meterse en una tienda si necesita ubicarse o echar un vistazo al mapa.

Cuestiones legales en Tanzania

Aparte de infracciones de tráfico como superar los límites de velocidad y conducir sin el cinturón de seguridad puesto (obligatorio para el conductor y los pasajeros de los asientos delanteros), conviene vigilar el consumo y posesión de drogas. Es fácil conseguir marihuana (bangi o ganja) en algunas zonas y se suele vender a los turistas en las calles de la isla de Zanzíbar y Dar es Salaam, pero casi siempre es una trampa donde está involucrada la policía, verdadera o falsa. Si pillan a alguien, tendrá que pagar una multa para evitar el arresto o la cárcel.

En Dar es Salaam, por ejemplo, el típico engaño consiste en que un par de hombres se acercan al viajero, caminan con él, entablan una charla y le intentan vender drogas. Antes de que uno se los quite de encima, los policías (a veces de verdad, otras no) salen de la nada e insisten en que el viajero abone una multa elevada por estar implicado en la compra de drogas ilegales. Negarlo suele ser inútil y a menudo poco se puede hacer salvo salir pitando en dirección contraria cuando el viajero tenga la mínima sospecha de que se trata de una trampa. Si pillan al viajero, ha de insistir en ir a la comisaría más próxima antes de pagar nada y reducir el soborno todo lo que se pueda. De entrada pueden llegar a pedir hasta 300 US$, pero los viajeros más espabilados se pueden deshacer de ellos por menos de 50 US$.

Informarse es importante

Antes y durante el viaje recomendamos que cualquier información relacionada con seguridad, salud, trámites administrativos como la expedición de visados, etc. sea verificada con el Ministerio de Asuntos Exteriores del país del viajero.

 

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