Explora lo mejor en viajes 2024
Una costa de calitas y playas forma la preciosa frontera entre la península de Connemara y las salvajes aguas del Atlántico. Sus carreteras serpenteantes llevan de un pueblo a otro, donde se encontrarán pubs y restaurantes tradicionales donde tomar una sopa de marisco, que es poco menos que un secreto de familia. Tierra adentro, el paisaje es aún más impresionante. En medio de oníricos valles desolados, verdes colinas, flores amarillas y arroyos salvajes, que reflejan el azul del cielo, aportan una gran belleza. Las caminatas transportan al visitante a una época en la que todo era más sencillo.