La moneda de Turquía es la türk lirası (lira turca; TRY). Existen billetes de 5, 10, 20, 50, 100 y 200, y monedas de 1, 5, 10, 25 y 50 kuruş y de 1 lira.
La yeni türk lirası (nueva turca lira; TRY) estuvo en circulación entre el 2005 y el 2008 como una medida antiinflación. La yeni türk lirası ya no es válida, pero si se guardan billetes o monedas de un viaje anterior, las sucursales del banco Ziraat los cambian por liras modernas.
La falta de cambio es un problema constante, así que se debe procurar llevar cambio encima para efectuar pagos de pequeñas cantidades. En las oficinas de correos hay mostradores de Western Union.
Dispensan liras turcas y ocasionalmente euros y dólares americanos a los usuarios de Visa, MasterCard, Cirrus y Maestro. Hay que buscar sus logos en las máquinas, presentes en la mayoría de las localidades y que suelen ofrecer instrucciones en varios idiomas.
Es posible moverse por el país usando solo cajeros automáticos siempre que uno se aprovisione de dinero en las poblaciones más grandes (en los pueblos no suele haber) y reserve algo de efectivo para cuando falle la máquina. Si un cajero aislado se traga la tarjeta, puede ser complicado recuperarla, puesto que este tipo de cajeros suelen estar gestionados por franquicias y no por los mismos bancos.
La lira turca es débil frente a las divisas occidentales, por lo que es probable que en Turquía se consiga mejor tipo de cambio que fuera del país. La lira pierde valor en el extranjero, así que conviene gastar todo el dinero antes de partir.
Los dólares americanos y los euros son las divisas más fáciles de cambiar.
Las oficinas de cambio ofrecen un tipo inferior al de los bancos pero no cobran comisión. Se sitúan en zonas turísticas y de mercado, donde suelen encontrarse las mejores tarifas, y en algunas oficinas de correos (PTT), tiendas y hoteles. Por lo general tienen un horario de apertura más amplio que el de los bancos.
En los bancos es más fácil cambiar divisas menores, aunque tienden a ponerlo difícil. En Turquía no existe mercado negro de moneda.
Bancos, tiendas y hoteles normalmente consideran que son un fastidio, así que intentan que el viajero vaya a otro sitio o los cambian cobrando un recargo por el servicio. Si se necesita cambiarlos, conviene acudir a un banco importante.
Las monedas extranjeras más aceptadas son el euro y el dólar americano, con las que se puede pagar en tiendas, hoteles y restaurantes de muchas zonas turísticas. Los taxistas las aceptan muy gustosamente.
Turquía es bastante europea con respecto a las propinas, por lo que no hay que aguantar demandas insistentes como en el resto de Oriente Próximo.
Algunos de los restaurantes más caros suman automáticamente el servis ücreti (servicio) a la cuenta, aunque no se garantiza que llegue al personal.
Las tarjetas Visa y MasterCard son aceptadas sin problemas en hoteles, tiendas y restaurantes, no así en las pensiones y restaurantes situados fuera de las principales zonas turísticas, y con ellas también se pueden obtener adelantos de efectivo. Las Amex suelen tener menos aceptación fuera de los establecimientos caros. Conviene informar al proveedor de la tarjeta de los planes de viaje; de lo contrario, podría cancelar las transacciones, ya que en Turquía se dan casos de fraude.