Viajar con niños a Sri Lanka

Como pasa con el arroz con curri, Sri Lanka despliega un deslumbrante abanico de posibilidades para los pequeños. Pero este no es un país del primer mundo, así que no cabe esperar una Disneylandia, si bien el cariño de los niños despiertan en los ceilandeses compensará cualquier contratiempo.

Sri Lanka para niños

Los ceilandeses sienten una afinidad especial con los pequeños y son unos especialistas en romper el hielo.

A pesar de carecer de lugares como parques de atracciones y similares, Sri Lanka es un destino de lo más acogedor con los niños. Las playas, lugares históricos y parques nacionales con elefantes pueden resultar muy entretenidos. Además, por la falta de instalaciones especiales infantiles, la aventura de explorar y descubrir el país se convertirá en una experiencia familiar compartida.

Con la preparación adecuada y una especial atención a algunos detalles, viajar con niños por Sri Lanka puede ser muy divertido.

Imprescincibles de Sri Lanka

No hay muchas atracciones exclusivas para los niños en Sri Lanka, pero abundan los lugares que les pueden entusiasmar.

• Uda Walawe Uno de los mejores parques nacionales para safaris de animales.
• Elephant Transit Home Centro de rehabilitación bien considerado para elefantes heridos o huérfanos, cerca de Uda Walawe.
• Minneriya Parque nacional de renombre por sus manadas de elefantes.
• Parque Nacional de la Isla Pigeon Los niños disfrutan con el buceo con tubo en esta isla frente a la playa de Nilaveli.
• Criaderos de tortugas Muy populares, en la costa oeste.
• Unawatuna Playa segura que no cubre, gracias a los arrecifes costeros.
• Polonnaruwa Los críos se pueden volver locos en este ancestral yacimiento patrimonial, enorme y peatonal.
• Vehículos de tres ruedas Omnipresente medio de transporte, ruidoso y único del lugar.
• Trayecto en tren por las tierras altas A los niños les encantará asomarse por las puertas de los trenes renqueantes(¡y provocar el pasmo a sus padres!).

Planificar el viaje en familia a Sri Lanka

Alojamiento

• Los hoteles y pensiones suelen tener habitaciones triples y familiares, y se pueden pedir camas supletorias.
• Las camas para niños escasean.
• No cabe esperar “clubes infantiles”, tan habituales en los resorts de lujo del primer mundo, ni nada por el estilo.

Qué llevar

• Un mosquitero adicional: los hoteles casi nunca lo facilitan si instalan una cama supletoria.
• Protector solar y repelente de insectos adecuado: en Sri Lanka no se encuentran.
• Algo para entretener a los niños durante los viajes largos al volante, sobre todo vídeos descargados, porque en Sri Lanka las descargas son muy lentas.
• Para llevar bebés, una mochila o alguna otra forma de transporte cómoda. Los cochecitos ruedan mal sobre las desiguales o inexistentes aceras del país.
• Los asientos infantiles para automóviles son una rareza; hay que llevarlo.

Comer con niños

• Los ceilandeses se desviven por complacer a los niños pequeños y melindrosos, y la mayoría de los establecimientos ofrece al menos unos cuantos platos de estilo occidental, aunque los menús infantiles son muy excepcionales.
• Para acostumbrar a los niños a la comida ceilandesa, lo mejor es un desayuno de pittu. La combinación de coco y arroz les encantará. También se pueden probar las hoppers (tortitas cóncavas o en forma de cuenco), sobre todo la variedad string hopper (con forma de fideos), o los roti rellenos.
• Por la abundancia y variedad de fruta fresca, siempre habrá algo que guste.
• Las sillas altas en los restaurantes son muy raras.

Otros consejos

• Comprar productos de farmacia, comida infantil importada y pañales desechables en los supermercados Cargills Food City y Keells de todo el país.
• Los pañales son más pequeños en Sri Lanka.
• Se puede dar el pecho en público, no pasa nada, pero es difícil encontrar una sala para cambiar al bebé. De todos modos, los más pequeños van desnudos en público.
• Mantenerse alejado de los animales callejeros, ya sean perros, gatos o monos, que pueden transmitir rabia y parásitos.
• Llevar tentempiés para los viajes en automóvil o tren por si lo que ofrecen los vendedores ambulantes no es adecuado para los paladares infantiles.