Los menores de 18 años que quieran viajar a Brasil sin uno de sus padres o tutores legales deben presentar una autorización certificada ante notario del progenitor o tutor que no vaya, o de un tribunal.
La Polícia Federal de Brasil, con dependencias en las capitales estatales y ciudades fronterizas, se encarga de las extensiones de visado de los países que lo permiten (quien posea un pasaporte de la zona Schengen, p. ej., debe abandonar el país durante 90 días antes de solicitar una reentrada para otros 90, es decir, no puede extender el visado).
Por ley, el viajero debe llevar el pasaporte a mano siempre, pero muchos optan por llevar una fotocopia (preferentemente compulsada) al hacer turismo y dejan el pasaporte a buen recaudo en la habitación.
Al entrar en Brasil, todos los turistas deben rellenar una cartão de entrada/saida (tarjeta de entrada/salida); los funcionarios de inmigración se quedarán la mitad y el viajero deberá guardar la otra mitad. También sellarán el pasaporte y, si por alguna razón no conceden los habituales 90 días de estancia, escribirán en el pasaporte el número de días que puede quedarse el viajero.
Al salir de Brasil, los funcionarios de inmigración se quedarán con la segunda mitad de la tarjeta, así que conviene no perderla para evitar líos o retrasos.
Se aconseja consultar la información actualizada sobre documentación y visado para Brasil en el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación del Gobierno de España.
Antes y durante el viaje recomendamos que cualquier información relacionada con seguridad, salud, trámites administrativos como la expedición de visados, etc. sea verificada con el Ministerio de Asuntos Exteriores del país del viajero.