Quien imagine Creta con playas llenas de cuerpos sudorosos tumbados al sol todo el día, acierta. Sin embargo, la isla es estacional y en invierno hace frío y llueve, con mucha menos gente, lo que es una maravilla si la prioridad no es solo broncearse.Durante los meses cálidos, los monumentos y comercios suelen abrir más horas y hasta no cerrar. Es el momento de los festivales y las largas noches de terraceo. En temporada media (abr-may y sep-oct) casi todo sigue abierto, la temperatura es agradable y no hay demasiada gente. Las fiestas y celebraciones se suceden a lo largo de todo el año.

A pesar de su popularidad, incluso en la temporada pico (junsep), la más cara, se pueden encontrar buenos alojamientos. Para conseguir precios mejores, hay que reservar lo antes posible, aunque en pueblos de montaña y algunos de costa menos conocidos se pueden encontrar ofertas de última hora.