Puede que Islandia no tenga muchas actividades para los niños, pero todo el país es una aventura con espacios abiertos, fauna salvaje y proyectos científicos que cobran vida. Viajar con niños es fácil y los padres no encontrarán la mayoría de problemas urbanos, ¡pero hay que evitar que los más pequeños se acerquen a los acantilados y cascadas sin vallas!
Los paisajes, las piscinas y la amabilidad de los islandeses ayudan a mantener a los niños entretenidos y probablemente les encantarán las colonias de aves, las cascadas, las zonas volcánicas y los glaciares. Y también excursiones cortas, circuitos en supertodoterreno, paseos a caballo, circuitos en barco o sencillos paseos por un glaciar (este último a partir de 8-10 años).
Reikiavik es el lugar más apto para niños por sus atracciones y servicios. Las distancias son largas en el resto del país, así que quizá convenga ceñirse a una o dos regiones.