Aunque profesional, la asistencia sanitaria pública no está bien financiada. Los hospitales pueden estar abarrotados, la higiene no es siempre la más adecuada, y se espera que los familiares le lleven la comida al paciente, lo que puede ser un problema para los turistas. Las condiciones y el trato son mucho mejores en los hospitales privados, pero son caros. Esto significa que es imprescindible contar con un buen seguro médico.
Para los ciudadanos de la UE, la Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) cubre casi toda la asistencia médica, pero no la repatriación de urgencia ni la asistencia en casos que no sean urgentes. Los de terceros países deberían informarse sobre si hay acuerdos recíprocos de asistencia médica gratis entre su país y Grecia. Si se necesitara un seguro médico, hay que asegurarse de que este cubra el peor escenario posible, como la repatriación urgente en avión. El viajero informarse por adelantado de si el seguro pagará directamente a los proveedores o si le reembolsará posteriormente los gastos al asegurado.
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Excepto en algunas pueblos e islas pequeños, beber agua del grifo es seguro en gran parte del país, pero siempre es mejor preguntar antes si el agua es potable y, en caso de duda, hervirla o comprarla embotellada. Aunque sea potable, el agua puede contener sustancias y bacterias diferentes a las que el viajero está acostumbrado, por lo que podría provocar vómitos o diarrea. Se vende agua embotellada en todas partes.