Los amantes de la cocina disfrutarán en Creta, donde los ingredientes locales no son una moda sino lo habitual. Las tabernas tradicionales a menudo crían las carnes, elaboran los quesos, aceite de oliva, raki y vino, y pescan el pescado que ofrecen. Proponerse una ruta gastronómica permitirá disfrutar de las especias y vegetales silvestres, los quesos producidos según recetas ancestrales y la miel aromatizada con hierbas de la montaña. Para acompañar, nada mejor que el vino local.
Catar vinos en un circuito por la región vinícola de Heraclión.
Buscar restaurantes tradicionales escondidos en las montañas y los valles. El Elaias Thea es famoso por sus asados.
Saborear los productos de la tierra en la Agreco Farm, una réplica de una finca agrícola del s. XVII.
Las colinas de Creta están cubiertas de salvia, tomillo y otras hierbas aromáticas. En las herboristerías de Maroulas se descubrirán sus usos.
Probar los productos de la granja familiar de Michelakis en el To Stachi, restaurante vegetariano de La Canea.