Los dos departamentos saboyanos tienen un clima de montaña, con inviernos fríos y con nieve, y veranos cálidos y con tormentas. Las precipitaciones son cuantiosas en la Alta Saboya, ya sean en forma de lluvia o, a gran altitud de nieve. Saboya tiene un clima más seco, pero con mayores contrastes térmicos. El verano es una estación muy agradable para visitar esta zona. Sin embargo, el riesgo de tormentas siempre es elevado. Los senderistas saben que, aunque haga buen tiempo, deben tener cuidado con las tormentas al final del día, que a veces son intensas. En el lago de Bourget, las tormentas suelen ir acompañadas de un viento muy fuerte, un fenómeno localizado ligado al relieve y apodado “Traverse”. En el lago Lemán, es el “coup de joran”, viento procedente del Jura, al que hay que temer. Cada año un buen número de navegantes se ven sorprendidos por estos golpes de viento.
En invierno, aunque la nieve en las estaciones a gran altura está garantizada, el sol no lo está para nada. Febrero suele ser más frío y seco que los meses precedentes, pero de una semana a otra las variaciones son importantes. El frío puede ser muy intenso en las estaciones de alta montaña, donde la temperatura a veces roza los –20°C. En las cimas, el viento puede hacer descender la sensación térmica a –30°C. La primavera y el otoño son bastante húmedos, sobre todo en los Prealpes. En las estaciones de montaña, la temporada estival tan solo suele durar dos meses (julago), a veces un poco más en las estaciones de media montaña (med jun-med sep). La temporada invernal empieza hacia mediados de diciembre y termina entre principios de abril y principios de mayo.
El resto del año, solo las estaciones-pueblos siguen estando animados y mantienen algunos establecimientos abiertos. En cuanto a las estaciones modernas situadas a gran altitud, como las de Les Arcs, Avoriaz o Val-Thorens, están totalmente cerradas en el período entre temporadas, sin comercios abiertos ni lugares para alojarse.