Ya sea senderismo, aventuras en bicicleta, deportes acuáticos o atrevidas escaladas en las vertiginosas paredes de los Picos de Europa, en el Principado siempre es el momento idóneo para salir a disfrutar de la naturaleza y ponerse a prueba.
Asturias es el destino perfecto para quienes gustan de ascender laderas montañosas, perderse entre tupidos bosques, descubrir remotos valles y aldeas encantadas o seguir el perfil del litoral.
En toda la región, tanto en el interior como a lo largo de la costa, existen decenas de rutas de senderismo, siempre bien señalizadas, aptas para todo tipo de excursionistas, desde los más entrenados hasta las familias con niños, que pueden optar por las llamadas sendas verdes, itinerarios en la naturaleza que a menudo siguen antiguas vías de ferrocarril, perfectamente llanas. Las oficinas de turismo ofrecen planos de las diferentes zonas, divididas por tipos, y pueden aconsejar las mejores opciones para las expectativas de cada uno.
Sin embargo, el corazón del excursionismo asturiano son los Picos de Europa, en la parte oriental del Principado. El centenario parque natural, dividido en tres macizos diferentes, cobija tanto senderos que se completan en pocas horas como algunos para los que se precisan varios días. En este caso, y sobre todo en verano, es preciso reservar en los refugios a lo largo de la ruta.
Para más información sobre accesibilidad, estructuras de apoyo y meteorología, es aconsejable visitar la web de la editorial Adrados Ediciones (www.infopicos.com), que realiza los mapas topográficos más fiables de los Picos, y la de la Federación Asturiana de los Deportes de Montaña (www.fempa.net), que proporciona sugerencias sobre la manera de afrontar eventuales situaciones de peligro y evitar los riesgos.
Al ser una región principalmente montañosa, Asturias cuenta con un gran número de rutas de escalada y vias ferratas. Una vez más, son las cumbres de los Picos de Europa, encabezadas por el legendario Naranjo de Bulnes, las más frecuentadas por deportistas de todo el mundo, que intentan alcanzarlas tanto en verano (la estación más propicia) como en invierno. Generalmente, los niveles de dificultad de estas ascensiones son muy altos, así que es mejor afrontarlas con el apoyo de guías titulados.
Los aficionados a las dos ruedas que eligen Asturias como destino crecen cada año, y no es de extrañar. En toda la región hay decenas de rutas tanto para bicicletas de carretera como de montaña. Muchas de las primeras cruzan el Principado siguiendo de este a oeste el perfil costero, que cuenta con una extensa red de carreteras secundarias, con escaso tráfico, que serpentea entre altos acantilados y villas, y ciudades dotadas de carriles bici, como Gijón. Las segundas transcurren por las localidades del interior, con senderos forestales, caminos de tierra y vías agrícolas que constituyen una fuente inagotable de aventuras en plena naturaleza.
Muchos ciclistas hacen de los pueblos que jalonan los Picos de Europa su campo base, pues la zona cuenta con numerosas empresas que organizan rutas guiadas, tiendas de alquiler de bicicletas (incluso eléctricas) y talleres para cualquier tipo de reparaciones. Para organizar el viaje, se aconseja contactar con las oficinas de turismo, que proporcionan planos específicos, y visitar la web de Asturies con Bici (www.asturiesconbici.org), que, además de consejos e información general, ofrece la posibilidad de descargar gratuitamente una publicación con 25 rutas de cicloturismo por la región.
Con más de 400 km de costa, en la que abruptos acantilados rocosos y altos promontorios enmarcan decenas de playas de arena, Asturias es un destino perfecto para los deportes acuáticos. En todas las villas marineras, desde Llanes hasta Castropol, es posible apuntarse a cursos para aprender a navegar a vela o alquilar barcos, lanchas o motos de agua con las que explorar las ensenadas. Igualmente, en cada arenal hay al menos una escuela de surf donde contratar clases (individuales o de grupo) y que proporciona todo lo necesario para cabalgar las olas, como tablas y trajes de neopreno. Generalmente disponen también de locales donde cambiarse y ducharse después de la actividad. Recientemente, a esta tradicional oferta se ha añadido también la de excursiones guiadas y alquiler de tablas de surf de remo.
Tierra adentro, los ríos también proporcionan motivos de diversión. El descenso del Sella en piragua se ha convertido en todo un clásico, y tanto en Ribadesella como en Arriondas y Cangas de Onís hay una multitud de empresas que acompañan a los viajeros en esta actividad o alquilan piraguas, trajes de neopreno y chalecos salvavidas.
A pesar de que no son tan comunes, hay muchas más actividades al aire libre a las que es posible dedicarse en Asturias. Entre ellas están el golf, el barranquismo, la espeleología, la equitación y el esquí, con una estación muy bien equipada con pistas, telesillas y remontes en Valgrande-Pajares, en la linde entre Asturias y Castilla y León.