Aventuras al aire libre en los Alpes Julianos
Eslovenia, el bello país centroeuropeo, posee una de las mejores ofertas de esquí de los Alpes. Los majestuosos picos de los Alpes Julianos rodean varias estaciones de esquí pequeñas y pintorescas, la mayoría de las cuales están a menos de una hora en automóvil desde el aeropuerto más próximo.
Los Alpes Julianos, Eslovenia © Barat Roland / Shutterstock
El alojamiento y los forfaits en los Alpes Julianos de Eslovenia son muy asequibles, y, en general, las pistas no están muy concurridas. Aunque casi todas las estaciones son bastante pequeñas, es posible combinar varias en un solo viaje, y así disfrutar del territorio, la cálida acogida y las especialidades culinarias de cada zona.
1. Naturaleza pura en Vogel
La única estación situada dentro del Triglav National Park, Vogel, goza de una ubicación de lo más pintoresca, rodeada por altísimas montañas y con vistas al lago Bohinj y al monte Triglav, el pico más alto del país. El territorio es inusualmente bello; un despliegue de lomas nevadas en las que uno se siente como si esquiara sobre nubes esponjosas o en un cielo renacentista.
El ondulado terreno de Vogel ofrece sencillos desvíos fuera de pistas, Alpes Julianos, Eslovenia © Vogel Ski Resort
A pesar de su relativamente reducido tamaño (22 km de pistas), la variada topografía de la zona hace que parezca mucho más grande, y el ambiente es de lo más relajado, ideal para deslizarse en paz por las pistas azules y rojas, muy bien cuidadas. Cuando el tiempo en Eslovenia lo permite, y si hay suficiente nieve, también es un buen sitio para el esquí fuera de pistas y el esquí de travesía.
Casi todos los esquiadores se alojan en el bonito valle Bohinj, tomando el teleférico desde Ukanc, pero en la montaña hay restaurantes, bares, puestos de alquiler de esquís, chalés e incluso un hotel.
2. Kranjska Gora, ideal para esquiar en familia
De las grandes estaciones de esquí de Eslovenia, Kranjska Gora es la única que está junto al pueblo, y sus hoteles ofrecen acceso directo a las pistas. La distribución de la estación es compacta y sencilla, con varios remontadores paralelos que dan acceso a una gama de pistas contiguas infantiles, azules y rojas. Es perfecta para familias y principiantes, es casi imposible perderse en ella y los padres pueden dejar a sus pequeños en la escuela de esquí y pasar a verlos de vez en cuando cómodamente.
Las pistas de Kranjska Gora está muy cerca del pueblo, Alpes Julianos, Eslovenia © Iztok Medja / Slovenian Tourist Board
La gran cantidad de cañones de nieve artificial compensan la relativa baja altitud de la estación, y la posibilidad de esquiar hasta las 22.00 permite maximizar el tiempo en las pistas, incluso si la estancia es corta. Los esquiadores más expertos pueden poner a prueba su temple con las empinadas pistas rojas y negras sobre el monte Podkoren, que incluyen un desafiante descenso de la copa del mundo con algunos tramos casi verticales.
3. Kanin, esquí que cruza fronteras
La estación de esquí más elevada de Eslovenia, en la frontera con Italia, Kanin, reabrió sus puertas en la temporada 2016-2017 tras renovar el teleférico que la conecta con la ciudad de Bovec, abajo, en el valle de Soča. En contraste con la época de la Guerra Fría, cuando la frontera con Italia estaba vigilada por soldados armados, los esquiadores pueden hoy cruzarla libremente gracias a un modernísimo teleférico que conecta con la estación de esquí de Sella Nevea.
Espectaculares afloramientos rocosos enmarcan las pistas de Kanin, Alpes Julianos, Eslovenia © Aleš Fevžer / Slovenian Tourist Board
Las pistas de Kanin, soleadas y orientadas hacia el sur, son ideales para esquiar cuando hace más frío, mientras que las de Sella Nevea que miran al norte mejoran cuando hace menos frío. El paisaje a ambos lados es espectacular, con impresionantes afloramientos rocosos y vistas al mar Adriático los días despejados. Gracias a sus cotas elevadas, de hasta 2300 m, se puede esquiar hasta bien entrada la primavera, lo cual permite combinar deportes de invierno y deportes acuáticos en un mismo viaje cuando ya ha empezado la temporada de rafting, a mediados de marzo, en el valle de Soča.
4. El Pase Regional de Esquí de los Alpes eslovenos
Aunque casi todas las estaciones de esquí del país son pequeñas y aptas para principiantes, familias y estancias cortas, una gran opción para los esquiadores expertos es combinar más de una estación en el mismo viaje, aprovechando el pase regional de esquí. Este pase cubre Vogel, Kranjska Gora, Krvavec (30 km de pistas cerca del aeropuerto de Ljubljana), Cerkno (una zona muy familiar, con un spa termal) y Dreiländereck, al otro lado de la frontera con Austria, y puede que en la temporada 2017-2018 incluya también Kanin.
La espectacular belleza del lago Bled en invierno, Alpes Julianos, Eslovenia © Franci Ferjan / Slovenian Tourist Board
Aunque no sea el epicentro de los deportes de invierno, el precioso Bled, con su bonito lago y su castillo, está a solo 35 min en coche de Vogel, Kranjska Gora y Krvavec. Hay buenas ofertas, con paquetes que combinan el pase de esquí y el alojamiento en Bled, que cuenta con hoteles de tres estrellas que cobran 69 € por noche con un forfait de dos días.
5. Esquí de fondo y biatlón en Pokljuka
La meseta de Pokljuka es el sitio ideal para reconectar con la naturaleza, esquiando entre altísimos bosques de coníferas y bellos prados alpinos, sin la infraestructura y el ajetreo de las grandes estaciones de esquí. La meseta, muy boscosa, está en la linde este del Parque Nacional Triglav, con una altitud entre 1100 y 1400 m.
Esquí de fondo por los pastos del monte Zajavornik, en Pokljuka, Alpes Julianos, Eslovenia © Mojca Odar, Turizem Bohinj
El principal destino esloveno del esquí de fondo cuenta con más de 30 km de pistas que serpentean entre apacibles bosques y soleados prados donde, en verano, pastan las vacas. Los visitantes pueden alquilar el equipo y tomar clases de esquí de fondo, además de probar qué tal se les da el biatlón (combinación de esquí y tiro), con un rifle de aire comprimido.
6. Aprender escalada en hielo en la garganta Mlačca
Los viajeros intrépidos que sueñan con calzarse unos crampones, blandir un par de piolets y abrirse camino subiendo una cascada helada verán que, en Eslovenia, su sueño puede hacerse realidad fácilmente. El sitio ideal para comenzar es la garganta Mlačca, cerca de Kranjska Gora, donde Pavel Skumavc, un enamorado del hielo local, crea cascadas artificiales cada invierno echando agua por los acantilados helados por la noche.
Escalando una cascada helada, Alpes Julianos, Eslovenia © ŠD Lednih plezalcev Mlačca Mojstrana
Está tan enamorado del hielo que cree que podría ser mitad hombre, mitad pingüino. Skumavc acoge a principiantes en su país helado de las maravillas (con reserva), y ofrece toda la formación y el material necesario para escalar sus gélidas creaciones con total seguridad. En un abrir y cerrar de ojos uno se ha calzado los crampones y está a varios metros del suelo, blandiendo los piolets con decisión.
Anna Tyler viajó a los Alpes Julianos con el apoyo de la oficina de Turismo de Eslovenia y Wizz Air. Los autores de Lonely Planet aseguran su integridad y su independencia editorial siguiendo su propio criterio al margen de las instituciones que han prestado algún tipo de colaboración y nunca prometiendo nada a cambio como, por ejemplo, reseñas positivas.
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