Espíritu, naturaleza y mucho trekking definen a este país con el que muchos sueñan con visitar. Nepal es un destino que resurge con más fuerza que nunca.
Tras intensos años de agitación religiosa y política, ahora, estamos en el momento perfecto para viajar al país asiático, un sorprendente crisol de culturas que se dan la mano en el valle de Katmandú, donde el hinduismo, el budismo y la fuerza bruta de la naturaleza conviven en armonía. Si estás pensando en cómo organizar un viaje a Nepal, hoy te damos las claves para llevar a cabo su organización. ¡Toma buena nota!
Cuándo viajar a Nepal: Uno de los principales factores climáticos a tener en cuenta a la hora de organizar un viaje a Nepal es el monzón (junio, julio y agosto). De ahí que sea desde finales de septiembre hasta principios de noviembre la época con temperaturas más suaves para hacerlo. Por el contrario, también es la época de mayor afluencia turística, así que si no te gustan mucho las aglomeraciones o estás pensando en hacer un trekking, la primavera también resulta una buena época (previa al monzón), donde además numerosos puntos del valle de Katmandú se llenan de flores y la belleza del paisaje es insuperable.
Qué llevar en un viaje a Nepal: Aunque pueda sonar a frase hecha, lo mejor en un viaje a Nepal es viajar ligero de equipaje. Sin duda esto tiene una explicación, y es que la mayoría de desplazamientos son o bien en autobús o bien caminando, por lo que conviene no ir cargado con una maleta pesada de un lado para otro. Una mochila con ropa cómoda (preferiblemente de algodón), productos de higiene personal y un botiquín básico forman el equipaje perfecto para un viaje a Nepal.
Qué hacer en Nepal: Aunque si nos referimos exclusivamente al terreno, Nepal no puede considerarse un viaje para principiantes, la calidez y la sonrisa de sus habitantes hacen de este pequeño país un destino amable sea cual sea el objetivo del viaje. La mayoría de la gente que viaja a Nepal lo hace con la finalidad de explorar los recursos naturales de este país, que ofrece al viajero la posibilidad de realizar todo tipo de rutas a lo largo, ancho y sobre todo, a lo alto. Si las condiciones físicas lo permiten, lo mejor es apostar por un trekking, siempre teniendo en cuenta que la altura a la que vamos a estar sometidos, ya que muchas veces el recorrido supera los 4.000 o 5.000 metros. Se trata de rutas que generalmente van de pueblo en pueblo y que siguen los pasos que los habitantes de Nepal realizan para comerciar entre ellos. Los tours más famosos recorren las zonas más conocidas del país, como el Everest, el Annapurna o la región de Langtang al norte de Katmandú.
A pesar del contacto con la naturaleza más brutal y con la conexión con uno mismo que puede suponer un viaje a Nepal, generalmente no se aconsejan los viajes en solitario. Los trekkings pueden resultar duros en algunas etapas y se corre el riesgo de necesitar ayuda, por lo que es mejor viajar siempre en grupo o viaje organizado, sobre todo durante un proceso de aclimatación al país en general y a la altura en particular, algo que suele afectar a muchos viajeros, ya que a partir de 3.000 metros el descenso de oxígeno ocasiona problemas para respirar, insomnio, etc.
Dónde dormir en Nepal: Generalmente los alojamientos están incluidos en el precio cuando contratas un trekking por Nepal. La mayoría de ellos son los llamados ‘Teahouse’, alojamientos sencillos y económicos (no suelen superar los 10 € por persona) que están situados a lo largo de las diferentes rutas. Ofrecen cama, baño privado y comida.
Ayurveda en Nepal: A pesar de que la mayoría de los visitantes de Nepal lo hace con el objetivo de hacer un trekking, el país también ofrece la posibilidad de someterse a un tratamiento de Ayurveda (un conjunto de técnicas milenarias de sanación con masajes, dietas y productos naturales) en los numerosos centros de medicina ayurvédica con los que cuenta el país.
