¿Qué películas miran las personas en los aviones? ¿Quién elige las películas y cómo se incorporan?
Cuando nos ponemos cómodos en el asiento para ver una película durante un viaje en avión, ¿nos preguntamos cómo ha llegado hasta allí? Echemos un vistazo "entre bastidores" para saber cómo esa película que acaba de salir de la cartelera ha llegado tan pronto al avión. Para saberlo todo sobre el tema, contactamos con Catherine Brown de Bluebox, una de las empresas que fabrica los sistemas de a bordo, para que nos explique cómo funciona todo.
¿Qué ve la gente en los aviones?
Pulverizando estadísticas, Brown afirma que “entre todos nuestros clientes, lo más popular son las grandes películas de Hollywood. En términos de horas de proyección, las películas van en cabeza, un 65% del tiempo se pasa viéndolas, pero lo más sorprendente es que ¡el mapa es mucho más popular que cualquier película! En un mes en una aerolínea, el 22% de los ítems más visitados fue el mapa.
"No todas las aerolíneas lo ofrecen, pero cuando está disponible, el mapa parece ser el ítem más solicitado a nivel individual, y de lejos. Creo que es por lo de “Vamos a ver dónde estamos ahora” entre película y película, cuando todo lo que se puede ver por la ventanilla son nubes. En cuanto al contenido televisivo, lo preferido siempre es la comedia; representa el 45% de los programas de TV consumidos por cliente”.
Los mapas son lo más popular en las pantallas de los aviones © egd / Shutterstock
Pero muchas aerolíneas y sus pasajeros prefieren ver programas locales. “La colección de películas de Bollywood de nuestro cliente indio, la aerolínea Vistara, es mucho más popular que la selección de películas de Hollywood que ofrece la misma aerolínea, así que depende de cada aerolínea y de los gustos de sus pasajeros”, explica Brown. “Air Astana, la aerolínea de Kazajistán, tiene una larga lista de películas antiguas y clásicos de Hollywood, Air Inuit —una aerolínea regional de Canadá— cuenta con programas clásicos de la televisión canadiense y con contenido relacionado con el hockey, mientras que en la aerolínea ANA, de Japón, tiene muchos contenidos relacionados con el golf.
Una de las razones por las cuales estas películas de Hollywood son tan populares es lo que se conoce como early window, que podría traducirse como ‘ventana temprana’: el brevísimo tiempo que transcurre desde que una película abandona la cartelera y llega a los hogares de las personas para ser visionada en DVD, servicios de streaming o por descarga. Es en ese breve período cuando obtienen la licencia específica para ser emitidas en sitios públicos como los aviones. En definitiva, uno puede ver la película que se perdió en el cine en un avión, semanas o meses antes de que pueda verla en casa.
También existe un aspecto interesante en cuanto a los hábitos de visionado en línea de la gente, en el cual los pasajeros ven películas que normalmente no irían a ver al cine, como gente sin niños que mira la última película de Disney, por ejemplo, o un filme muy ligero.
Con nuevos aviones que presentan sistemas con mayor capacidad de almacenaje y sistemas mejorados en los aviones más antiguos, las aerolíneas ofrecen más películas, programas de TV, música, podcasts, juegos y otros contenidos que nunca. Esta semana, por ejemplo, Cathay Pacific cuadriplicó su cantidad de contenido, diciendo que “los pasajeros podrían dar la vuelta al mundo 45 veces seguidas sin tener que repetir ningún programa o película”.
Cuando vuela, la gente suele ver otras cosas que cuando va al cine © egd / Shutterstock
¿Cómo llegan las películas al avión?
“Las películas y otro tipo de contenidos –música, revistas, etc.– tienen múltiples caminos para llegar al avión según el tipo de sistema de ocio a bordo del que se disponga. Las pantallas del respaldo de los asientos están conectadas a un servidor del avión que el equipo encargado de la oferta de ocio a bordo de la aerolínea actualiza regularmente”, explica Catherine Brown de Bluebox.
“Los sistemas que nosotros proporcionamos se transportan, literalmente, en el avión. Nuestro principal sistema sin cables, Bluebox Wow, es una caja del tamaño de una fiambrera que se coloca en un compartimento superior. Los pasajeros se conectan a él desde su tablet o su smartphone”, explica Brown. “Estas cajas se actualizan cambiándoles las tarjetas de memoria. Las películas tienen que actualizarse así debido al tamaño de los archivos de vídeo, pero también podemos actualizar tipos de contenidos de tamaño más reducido –como los periódicos– vía wifi cuando el avión está en tierra y la caja se conecta a internet.
¿Quién elige las películas y otros contenidos en el sistema de ocio del avión?
“La última palabra la tiene la aerolínea, pero esta suele trabajar con empresas asociadas –proveedores de contenidos– que les ayudan a seleccionar los contenidos, echándoles una mano para escoger películas de una en una o ofreciéndoles paquetes de productoras concretas. También se ocupan de tramitar las licencias con las productoras para poder emitir legalmente esos contenidos en los aviones. ¡Ese es un tema muy complicado!”, exclama Brown entre risas. En las aerolíneas más grandes suele haber un equipo especialmente dedicado a esto; en las más pequeñas, puede ser la misma persona que se ocupa del cátering de a bordo o incluso de los asientos.
Las películas que se visionan durante los vuelos pueden estar editadas de formas inauditas © Bignai / Shutterstock
Casi todo el contenido está editado de una forma u otra, tanto para adaptar el formato, que pasa de la gran pantalla a las pantallas de los monitores de los asientos, como para eliminar escenas eróticas o violentas; e incluso las que contienen accidentes aéreos. Si se observa con atención, es posible detectar cortes y censuras cuando el nombre de la aerolínea o un código de dos letras aparece en pantalla.
Y mientras que algunas aerolíneas cuentan con una amplia y diversa oferta de contenidos, otras son famosas por aplicar la censura con mano de hierro. En Finnair, por ejemplo, en el mes de octubre se podían ver episodios de RuPaul’s Drag Race, y en British Airways de The Rocky Horror Picture Show, pero en algunas partes del mundo no se encuentra contenido LGTBI, y un escote pronunciado se convierte, por obra y gracia de Photoshop, en un jersey de cuello vuelto, por ejemplo. Incluso hay una aerolínea (cuyo nombre no daremos) en la que se eliminaron todas las referencias a la compañía American Airlines en la película de George Clooney Up In The Air, cambiando los colores emblemáticos rojo, blanco y azul de la compañía de los aviones que salían en pantalla.
La gente con problemas de visión, ¿puede usar el sistema de ocio a bordo?
Ha sido un poco lento, pero cada vez son más las aerolíneas que apuestan por incluir ofertas de ocio a bordo pensadas para los pasajeros invidentes o con problemas de visión. “En nuestros sistemas de ocio a bordo –nuestro IFE (siglas de In-Flight Entertainment, “ocio a bordo”) que funciona en iPad– hemos desarrollado una pantalla alternativa pensando en las necesidades de los pasajeros con problemas de visión. Usa la aplicación VoiceOver para ‘leer’ las selecciones de menú en la pantalla para los usuarios invidentes, pero también está diseñada con un altísimo contraste, en blanco y negro y con letras grandes para que pueda ser usado también por las personas con problemas de visión, y así también pueden ver qué les ofrece el menú”, explica Brown.
Las aerolíneas empiezan a mejorar la accesibilidad de sus sistemas de ocio a bordo. © Bluebox
“Cada página está diseñada sistemáticamente, para que el usuario pueda familiarizarse enseguida con la estructura del menú y con a ubicación de algunas acciones (play, ayuda, etc.). Hasta ahora, la respuesta que hemos tenido –por parte del grupo de usuarios con problemas de visión que nos han ayudado a construirlo y también de los que lo usan en los vuelos– es que era un sistema increíble para ellos, porque como la tecnología de los sistemas IFE ha avanzado, principalmente incluyendo pantallas táctiles, ellos habían perdido la capacidad de navegar por sistemas que antes se regían por botones físicos para seleccionar opciones y contenidos”.
La próxima vez que el viajero navegue entre opciones para seleccionar un programa o una película, o incluso el mapa, seguro que pensará en la gente que hay detrás de todo el proceso y en cómo trabajan para que el ocio sea accesible para todos los pasajeros a bordo del avión.