Tejer la calma, según la cultura aborigen australiana
- Secreto para la serenidad: Ocupar las manos, calma la mente
- Tradición: Tejer
- Momento: Cualquiera
- Origen: Australia
Una mente estresada es como un gran ovillo de hilo enmarañado, lleno de enredos y cabos sueltos. Cortar este nudo gordiano no es tarea fácil, y dar vueltas a nuestros problemas es como tirar de esos cabos sueltos: solo se consigue empeorar las cosas.
Cuando la mente no puede resolver nuestras preocupaciones, un buen recurso es recurrir al cuerpo. El compositor holandés Simeon ten Holt dijo una vez: “Mis manos se agarran a algo que mi mente no sabe descifrar: creo en mis manos”.
Nuestro cuerpo tiene amplias reservas de sabiduría y una forma de recurrir a ellas es asignando a las manos una tarea repetitiva y calmante.
Los pueblos aborígenes de Australia tienen tradiciones textiles que hoy siguen vigentes. La tradición del tejido tiene propósitos prácticos (tejer cestos o tamices) y decorativos (tejer objetos para ceremonias sagradas). Antaño se usaban hojas y otras fibras vegetales, que hoy han sido complementadas por materiales como el mimbre o la cuerda.
Las tareas complejas para el cuerpo calman los problemas complejos de la mente, y ver cómo una prenda se va creando en tus manos, punto a punto, es una sensación muy satisfactoria. Aunque no tengas la habilidad para tejer una cesta o un suéter de estilo argyle, seguro que puedes tejer algo sencillo.