Esta flamante ciudad costera es mucho más que un montón de rascacielos y olas
Como región, y junto a los mega-clubes y los grandes yates, Gold Coast es rica en belleza geológica natural, refugios saludables y una cultura curiosa. Si uno escarba un poco más, se sorprenderá agradablemente al ver la cantidad de peculiaridades de este enclave de playa megaturístico que pasan inadvertidas al radar.
1. Verde tras el dorado
Al deambular por la jungla de asfalto de Surfers Paradise, uno nunca diría que a menos de una hora en coche hay una zona natural declarada Patrimonio Mundial. Los parques nacionales de Springbrook y Lamington son una refrescante escapada del ajetreo de la ciudad, y ofrecen espectaculares paseos por selvas pluviales históricas. Se puede empezar con el gratificante circuito Purling Brook Falls, en Springbrook, y terminar con las preciosas vistas de Best of All Lookout, carretera abajo.
2. Pozas secretas
Las playas de esta zona, casi míticas, no son el único lugar donde darse un chapuzón. La región de Gold Coast está salpicada de magníficas cascadas y pozas naturales para nadar; son un fresco descanso de la arena ardiente y las olas contundentes. Una de las mejores es Cougal Cascades, en la linde del Parque Nacional Springbrook, donde es posible bañarse en una serie de bonitas pozas en terrazas, formadas a lo largo de miles de años de erosión natural por el agua.
3. Comida y vistas
Gold Coast no entiende de sutilezas –antes, la gran atracción era ver a las meter maids, asistentas de parquímetro en bikinis dorados–, pero lo hortera empieza a quedar atrás y deja paso a lo moderno. Surgen cafés y restaurantes fotogénicos por toda la costa: en Burleigh Heads, el restaurante de moda, Rick Shores, combina platos de cocina asiática y vistas espectaculares. Mientras, en Mermaid Beach, Bam Bam Bakehouse combina un estilo rústico francés con exquisita bollería.
4. Compras de primera
Una espectacular ampliación valorada en 670 millones de dólares ha transformado el agotado centro comercial Pacific Fair de Broadwater en el paraíso de los fashionistas. Con tiendas insignia de las grandes casas de moda del mundo y un ambiente de lujo tropical, parece más bien un resort que un centro comercial. Si al viajero no le gustan este tipo de sitios, puede ir a la caza del tesoro por los callejones de Gold Coast. Encontrará la distintiva puerta naranja de la tienda de artículos para el hogar y el jardín The Borrowed Nursery entre los almacenes y garajes de Mermaid Beach, y una serie de boutiques de moda con marcas australianas por James Street, en Burleigh Heads.
5. Un vibrante panorama artístico
Con sus ostentosos casinos y sus deslumbrados usuarios, es fácil creer que a esta ciudad australiana le falta sustancia, pero entre tanto brillo los amantes de la cultura tienen un vibrante panorama artístico por explorar. Solo hay que buscarlo donde uno menos se lo espera, por ejemplo, en una zona industrial detrás de Mermaid Beach. Allí se halla 19 Karen, un amplio espacio artístico que expone obras de artistas contemporáneos locales e internacionales. Y si apetece disfrutar del arte tomando un café, se puede ir a Dust Temple, en Currumbin Waters, un interesante espacio creativo que es galería y café.
6. Fauna espectacular
La frondosa costa alberga una fauna variada, desde koalas hasta canguros y una impresionante gama de aves autóctonas y migratorias. No hay ni que alejarse la ciudad para verlas: Federation Walk, cerca de Main Beach, es un relajante paseo de 3 km por un hábitat aviar muy diverso. Entre dunas y bosques costeros, destacan el colorido abejaruco australiano y el espectacular maluro dorsirrojo.
7. Un brillo muy natural
Ver anochecer en la selva pluvial permite descubrir que lo del brillo en esta región es algo natural. La mayor colonia de gusanos de luz de Australia crea un entorno mágico bajo Natural Bridge, en el Parque Nacional Springbrook, mientras las luciérnagas y las setas luminiscentes iluminan en temporada los parques nacionales para los exploradores con buena vista.
8. Bares con personalidad
Esta ciudad no es inmune a la moda de los bares secretos, y su bulliciosa carretera es el sitio ideal donde esconder pequeños bares de moda. Si el viajero logra apartarse de las glamurosas vistas al mar de los típicos locales turísticos, descubrirá un excitante mundo de bares alternativos. En Broadwater, una puerta que simula una cabina telefónica es la entrada de Soho Place, un local que sirve cócteles selectos. Después, está Hidden –‘oculto’, un nombre ideal–, en Tugun, que sirve tapas y vino con música en directo y espectáculos burlesque.
9. Delicias frescas de granja
Gracias a un interior muy verde y al clima tropical, la región de Gold Coast goza de productos fresquísimos. Es posible, literalmente, echar mano de ellos en la granja biodinámica Currumbin Valley Harvest. Solo abre los fines de semana, pero es el único lugar que permite a los visitantes recoger en el mismo huerto las hortalizas que compra, a la vez que adquiere otros productos frescos de la granja en la tienda y termina tomándose una taza de té en el café junto al arroyo.
10. Serenidad costera
¿Luces de una gran metrópolis y playas abarrotadas? Esto no es Miami, es Australia, y vivir la vida con tranquilidad es un arte. Un desvío de la frenética Gold Coast Highway hacia Tallebudgera Creek conduce a un paraíso de paz donde un apacible río acaricia una ribera de arena rodeada de palmeras; el lugar ideal para nadar o dar un paseo en surf de remo. Existen más remansos de paz a lo largo de este tramo de costa de 57 km, así que, ¿por qué no ir en busca de un rincón favorito?