La ciudad más interesante de Asia central, gratifica a quien la explora. Se puede ver la Ark medieval, la fortaleza de los emires; tomar té verde junto al estanque Lyabi-Hauz y dirigirse al altísimo minarete Kalon para pasear por la red de bazares, baños y lonjas que lo rodean. Lo mejor son sus laberínticos callejones, con sinagogas ocultas, santuarios sufíes y madrazas olvidadas. Tiene los B&B más elegantes de la región, muchos de ellos en antiguas casas de mercaderes reformadas.