Pocas ciudades en el mundo pueden igualar la extraordinaria mezcla de estilos arquitectónicos de Beijing; en pocos minutos, se pueden recorrer seis siglos de arquitectura. Desde los ostentosos diseños del realismo socialista de la década de 1950 hasta las atrevidas y vanguardistas estructuras actuales, la arquitectura moderna de Beijing es todo un deleite.
Tras la llegada al poder del Partido Comunista en 1949, se impuso el estilo realista socialista inspirado en la Unión Soviética. Los imponentes edificios que flanquean la plaza de Tiananmén son excelentes ejemplos.
Los urbanistas de Beijing han buscado la inspiración en Occidente y han erigido estructuras verdaderamente radicales. La torre de la CCTV es un claro ejemplo de la entrada de Beijing en la vanguardia arquitectónica.
Para estar a la altura de su nueva condición de ciudad de talla mundial, Beijing no ha escatimado esfuerzos para poner al día sus museos y galerías de arte. Actualmente Beijing puede presumir de ser uno de los principales centros de arte contemporáneo del mundo, además de contar con museos que abarcan desde la arquitectura antigua hasta el sándalo.
Antaño caracterizados por su rotulación en chinglish, un personal huraño y un ambiente deprimente, los museos de Beijing han vivido una transformación radical. Actualmente existen varios museos, como el excelente Museo de la Capital, que pueden compararse a los mejores de Europa, mientras que otros, como el Museo de Arte Poly, merecen una visita por las impresionantes piezas que exhiben.