Si el viajero tiene las vacunas al día y toma algunas medidas preventivas básicas, deberá tener muy mala suerte para contraer alguna enfermedad. En Reunión hay enfermedades tropicales, pero es mucho más probable sufrir algún episodio de diarrea leve o torcerse un tobillo que una enfermedad exótica.
Como Mauricio han sufrido epidemias de chikunguña, se recomienda informarse al respecto antes de partir.
Antes de emprender el viaje, se aconseja hacer algunos preparativos, sobre todo si ya se sufre alguna enfermedad, pues con ello se ahorrarán muchos problemas. Se recomienda hacerse un chequeo con el dentista y el médico si se toma alguna medicación regularmente o se sufre una enfermedad crónica (p. ej. presión arterial alta o asma). También se deberían llevar unas lentes de contacto o gafas de repuesto (y la receta del óptico encima); un botiquín con todo lo necesario; y ponerse las vacunas necesarias.
Los viajeros pueden inscribirse en la International Association for Medical Assistance to Travellers (www.iamat.org), pues puede ayudarles a buscar un médico competente acreditado en caso de necesidad. También se podría asistir a un curso de primeros auxilios (Cruz Roja lo imparte).
De llevar medicamentos, estos han de ir en sus envases originales, con la etiqueta. También se recomienda llevar una carta firmada y fechada por el médico que describa las condiciones médicas del paciente y los medicamentos, incluidos los nombres genéricos. Y hay que llevar otra de justificación si se viaja con jeringas o agujas.
Conviene averiguar con antelación si el seguro abonará los gastos médicos directamente a los proveedores o si los reembolsará al asegurado más tarde (en muchos países los médicos esperan el pago en efectivo). Es vital cerciorarse que el seguro de viaje cubra las actividades al aire libre, incluidos el parapente, submarinismo y barranquismo, así como el traslado urgente en ambulancia a un buen hospital, o la repatriación por vía aérea con un sanitario si fuera necesario. Como no todos los seguros lo contemplan, hay que mirar con lupa la póliza. Si se necesita atención médica, la compañía de seguros puede ayudar a localizar el hospital o clínica más cercanos, o se puede preguntar en el hotel. En caso de emergencia, hay que contactar con la embajada o el consulado.
Se recomienda llevar un botiquín médico de primeros auxilios para utilizarlo en caso de enfermedades o heridas leves. Artículos recomendados:
Hay muchas webs con consejos para un viaje saludable. La Organización Mundial de la Salud publica un libro maravilloso titulado Viajes internacionales y salud, que se revisa cada año, y está gratis en línea en tales también son interesantes:
Centers for Disease Control and Prevention (www.cdc.gov)
Fit for Travel (www.fitfortravel.scot.nhs.uk)
MD Travel Health (www.mdtravelhealth.com)
También se puede consultar la web para un viaje sin riesgos del Gobierno del país del viajero, si es que la hay:
EE UU (www.cdc.gov/travel/travel)
España (https://www.msssi.gob.es/ciudadanos/proteccionSalud/vacunaciones/viajero/home.htm)
En general, la asistencia médica en Mauricio es excelente. Generalmente los hospitales públicos son los más económicos, pero también tienen equipamientos más anticuados y los medicamentos deberían actualizarse; los hospitales y clínicas privadas son más caros, pero suelen tener lo último en medicación y equipos y médicos mejor preparados.
La lista es larga, pero no hay que ser paranoico: tomar algunas precauciones básicas suele ser suficiente.
Esta infección vírica transmitida por la picadura de determinados mosquitos no había existido en el Índico hasta el 2005, cuando una epidemia asoló Reunión, Mauricio y las Seychelles. El atípico nombre significa “enfermedad de aquel que camina encorvado” en makonde, un idioma del este de África, una referencia al dolor articular y a las erupciones protuberantes de los afectados. Raras veces es mortal, aunque puede serlo, y siempre es desagradable. Los síntomas se parecen a los de la gripe: dolor de articulaciones, mucha fiebre y sarpullidos en el cuerpo son los más habituales.
Es importante no confundirlo con el dengue; si a alguien le diagnostican chikunguña estará mal durante una semana como mínimo, posiblemente más. El dolor de articulaciones puede ser horroroso y no hay tratamiento; los infectados simplemente deben hacer reposo a cubierto (preferiblemente bajo una mosquitera para prevenir recaídas) y hacer ejercicio moderado para evitar el insoportable anquilosamiento de las articulaciones. La mejor forma de evitarlo es prevenir las picaduras de mosquito, de modo que hay que llevar mucho repelente, utilizar un insecticida eléctrico allí donde se pueda y llevar una mosquitera.
La hepatitis A se transmite por la comida contaminada (sobre todo el marisco) y por el agua. Provoca ictericia y, aunque raras veces es mortal, el cansancio es prolongado y la recuperación, lenta. Si se ha tenido hepatitis A, no se debería beber alcohol durante los seis primeros meses, pero una vez ya recuperado, ya no hay más problemas a largo plazo. Los primeros síntomas incluyen orina oscura y ojos amarillos y, a veces, fiebre y dolor abdominal. La vacuna de la hepatitis A (Avaxim, VAQTA, Havrix) se aplica mediante una inyección: una sola dosis basta para un año, y otra de recuerdo un año más tarde para 10 años de protección. También se ofrecen vacunas combinadas contra la hepatitis A y la fiebre tifoidea en una sola dosis (Hepatyrix, Tyavax o Viatim).
La hepatitis B se propaga por sangre infectada, agujas contaminadas y relaciones sexuales. Una madre infectada puede pasarla al bebé durante el parto. Afecta al hígado, provocando ictericia y, a veces, insuficiencia hepática. La mayoría de los pacientes se recupera completamente, aunque algunos podrían ser portadores crónicos del virus, que podría desembocar en cirrosis o cáncer de hígado. Quienes pasen largas estancias en zonas de alto riesgo o estén más expuestos social o laboralmente deberían inmunizarse. Ahora en muchos países se obliga a vacunar a los niños contra la hepatitis B. Se puede aplicar por separado o conjuntamente con la de hepatitis A (Twinrix). El tratamiento protege durante cinco años como mínimo. Se puede aplicar a lo largo de cuatro semanas o de seis meses.
El virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que causa el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida), es un problema tremendo en toda África, pero la región más afectada es el África subsahariana. El virus se transmite por vía sanguínea o productos hemoderivados, por relaciones sexuales que incluyan penetración con una persona infectada, y de una madre portadora a su bebé durante el parto y la lactancia. La transmisión por vía sanguínea también incluye el uso de instrumentos contaminados en prácticas médicas, dentales, acupuntura y otros procesos de body-piercing, y por vía intravenosa, con agujas infectadas.
En la actualidad no hay cura; hay medicación que sirve para controlar la enfermedad, pero estos fármacos son demasiado caros para la inmensa mayoría de los africanos. Quien crea que puede haber sido infectado de VIH, debe hacerse un análisis de sangre pero los anticuerpos no aparecen en la sangre hasta tres meses después del contagio.
Se transmite por los excrementos de roedores infectados, especialmente ratas. Puede causar hepatitis e insuficiencia renal, que podrían ser mortales. Los síntomas se parecen a los de la gripe: fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular y enrojecimiento de ojos, entre otros. Evítese nadar o pasear por aguas estancadas.
El riesgo de malaria en Mauricio apenas existe.
La rabia se transmite por la mordedura o la saliva de un animal infectado sobre piel lacerada. En Mauricio, los perros son el principal riesgo. Siempre es mortal cuando empiezan los síntomas clínicos (que podrían manifestarse varios meses después de la mordedura), de modo que debería administrarse una vacuna postexposición lo antes posible. Dicha vacuna (tanto si uno ya ha sido o no vacunado con anterioridad) impide que el virus avance hacia el sistema nervioso central. Hay que administrarse tres inyecciones preventivas a lo largo de un mes. Y si el paciente no ha sido vacunado, debe someterse a un tratamiento de cinco inyecciones, la primera de las cuales debe administrarse 24 h después de la exposición o lo más pronto posible si hay herida abierta. Los ya vacunados no necesitan tantas inyecciones postexposición y tienen más tiempo para buscar asistencia médica.
Esta no es una región donde la diarrea sea inevitable, pero podría ocurrir. A veces los cambios en la dieta alimenticia (utilización de más especias o aceites) son la causa. Para prevenirla, solo hay que comer frutas o verduras frescas si están cocinadas o peladas, y ser cautelosos con los productos lácteos que puedan llevar leche sin pasteurizar. Aunque la comida recién hecha sea una opción segura, los platos o los utensilios para servir podrían estar sucios, de modo que conviene ser muy selectivo cuando se coma en puestos ambulantes.
Si se tiene diarrea, hay que beber muchos líquidos, sobre todo una solución de rehidratación oral que contenga agua (mucha), y un poco de sal y azúcar. Algunas deposiciones líquidas no necesitan tratamiento pero si se empieza a tener más de cuatro o cinco al día, habría que tomar un antibiótico (normalmente un fármaco con quinolonas, como ciprofloxacina o norfloxacina) y un agente antidiarréico (como la loperamida) si no se está cerca de algún lavabo. No obstante, si las heces se acompañan de sangre, la diarrea persiste más de 72 h o se tiene fiebre, escalofríos o fuerte dolor abdominal, se debería acudir a un médico.
Aunque en Mauricio no hay fiebre amarilla, los viajeros que hayan estado recientemente en un país infectado deberían llevar un certificado de vacunación. Para una relación de dichos países, visítense los portales de la Organización Mundial de la Salud (Disease Control and Prevention (Centros para el Control y Prevención de la Enfermedad; www.cdc.gov). Un viajero sin un certificado actualizado y legal podría ser vacunado y retenido en un lugar aislado durante 10 días o probablemente repatriado.
En teoría, un médico debería examinar al viajero que quiera realizar un curso. En la práctica, la mayoría de las escuelas de submarinismo se limitan a entregar un sencillo cuestionario médico. Se recomendaría una revisión médica si se tienen problemas respiratorios, en los oídos o en los senos. Se desaconseja practicar submarinismo a los asmáticos y a quienes padecen dificultades respiratorias crónicas o problemas en el oído interno.
En Reunión es obligatorio presentar un sencillo certificado médico para hacer submarinismo (no así en inmersiones para primerizos). Los puede facilitar un médico en el país de origen y enviar por correo electrónico al centro de submarinismo o solicitar a un médico de la isla.
Es un problema de salud muy grave, normalmente asociado, aunque no siempre, a una imprudencia del submarinista. Los síntomas más comunes son fatiga o debilidad anormal; escozor en la piel; dolor en brazos, piernas (articulaciones o extremidades medias) o torso; mareo y vértigo; pérdida local de sensibilidad, hormigueo o parálisis; y falta de aire.
La enfermedad descompresiva (o bends, su nombre más habitual) la provoca habitualmente sumergirse a demasiada profundidad, permanecer en el fondo demasiado tiempo o subir demasiado rápido. Como resultado el nitrógeno no se metaboliza y permanece disuelto en la sangre en forma de burbujas, normalmente en los huesos y especialmente en las articulaciones o en zonas débiles como antiguas fracturas ya curadas.
Convienen tener en cuenta que la última inmersión debería ser, como mínimo, 24 h antes de tomar un vuelo para minimizar el riesgo de nitrógeno residual en la sangre que puede causar daños descompresivos.
El único tratamiento para la enfermedad de los buzos es colocar al paciente en una cámara de descompresión; las hay en Mauricio.
Además de un seguro de viaje normal, se recomienda contratar una póliza que cubra específicamente el submarinismo e incluya la evacuación hasta unas instalaciones de descompresión y el coste del tratamiento hiperbárico en una cámara. Divers Alert Network (www.diversalertnetwork.org) es una organización sin ánimo de lucro para inmersiones seguras y facilita una póliza que abarca la evacuación y la recompresión.
Se llega a este estado tras sudar mucho y perder fluidos sin la reposición adecuada de líquidos y sal. Antes de realizar grandes esfuerzos en países calurosos hay que dejar que el cuerpo se acostumbre al nuevo clima. Los síntomas incluyen dolor de cabeza, mareos y fatiga. El paciente mejorará si toma fluidos con agua y/o zumo de fruta, y se refresca con agua fría y un abanico (el objetivo es beber suficiente agua para que la orina sea clara y diluida). Para recuperar las sales perdidas hay que consumir líquidos salados tales como una sopa, y añadir un poco más de sal a las comidas.
La deshidratación es el episodio previo al golpe de calor, un problema mucho más grave. En este caso se producen daños en el sistema de transpiración, con un aumento excesivo de la temperatura corporal; comportamiento irracional e hiperactividad; pérdida final de conciencia y muerte. La refrigeración rápida del cuerpo rociando con agua y ventilándolo es ideal. También se requiere reponer fluidos y electrolitos por vía intravenosa (suero).
En la región los mosquitos no suelen portar ni chikunguña ni dengue, pero otros insectos pueden causar irritaciones e infecciones. Para evitarlas, hay que tomar las mismas precauciones que para la malaria: vestir con pantalones y camisas de manga larga, utilizar repelentes de mosquitos, evitar colonias o lociones muy perfumadas, etc. Las abejas y avispas solo causan problemas importantes a quienes tienen alergias serias a las picaduras (anafilaxis), en cuyo caso hay que llevar una inyección de adrenalina (epinefrina).
En la pluvisilva puede haber sanguijuelas, que se adhieren a la piel para chupar la sangre. La sal o un cigarrillo encendido las hace caer. Las garrapatas pueden provocar infecciones en la piel y otras enfermedades más graves. Si a alguien se le engancha una garrapata, hay que apretar con unas pinzas la cabeza y extraerla con cuidado.
Hay bastantes especies en el Índico que son venenosas o pueden picar o morder. Hay que ir con mucho cuidado con no pisar los erizos de mar. Otras criaturas infinitamente más insólitas son el pez león colorado con sus ponzoñosas espinas dorsales y aletas, y los peces piedra, muy venenosos, que viven camuflados entre las formaciones coralinas. Algunos moluscos, como los conos, pueden clavar una lengüeta mortífera. Los corales de fuego, que son como matorrales de cepillos amarillentos, producen un escozor intenso al tocarlos.
Antes y durante el viaje recomendamos que cualquier información relacionada con seguridad, salud, trámites administrativos como la expedición de visados, etc. sea verificada con el Ministerio de Asuntos Exteriores del país del viajero.