Cultura

Gastronomía en Egipto

Comparada con las reputadas cocinas regionales del Líbano, Turquía e Irán, la egipcia es más bien un saludable y noble alimento de campesinos. Las legumbres se sirven guisadas (en el desayuno, almuerzo o cena), en sopa o fritas en forma de pasta como la ta’amiyya (el falafel egipcio). A los egipcios les gustan los kebabs de cordero, el pollo asado, el pichón y la kofta (pasta de carne picada picante asada en brocheta), y el pescado llega del Mediterráneo, el mar Rojo y el Nilo.

Productos típicos y especialidades

En las comidas egipcias normalmente se sirven guisos y verduras. La mayoría de los egipcios toma comida callejera y no les importa hacer cola en los mejores puestos de kushari (mezcla de pasta, arroz, lentejas, cebolla frita y salsa de tomate) y ta’amiyya. Las especialidades egipcias incluyen la molokhiyya (sopa de hojas de yute), el hamam (pichón) y el mahshi (verdura rellena). Los egipcios son muy golosos y ninguna comida acaba sin postre. El mahallabiye (natillas con piñones y almendras) y el ruz bi laban (pudin de arroz) son los más populares.

‘Mezze’

En gran parte verduras, pero siempre colorido y sabroso, el mezze (una selección de aperitivos calientes y fríos) no es exactamente egipcio, ya que proviene de Levante o Turquía. En Egipto se sirve en un formato más limitado y económico. Es perfecto para empezar cualquier comida y es aceptable que en ocasiones los comensales solo pidan mezze y prescindan de los platos principales.

Pan

El a’aish (pan) es la comida básica de la dieta nacional. El a’aish baladi, el pan tradicional, se hace con una mezcla de harina blanca e integral, con suficiente levadura como para quedar hueco y tener corteza, y se hornea con llama directa. Los lugareños lo utilizan en vez de cubiertos para recoger porciones de comida o lo cortan para enrollar trozos de carne. El a’aish shammy, una versión más grande solo con harina blanca, es el habitual envoltorio del ta’amiyya. En las zonas rurales las mujeres hornean un pan con levadura, redondeado y con tres puntas, de la misma forma que lo hacían los antiguos egipcios. Las panaderías también venden panecillos dulzones blancos estilo occidental.

Ensaladas

La clave de las ensaladas egipcias, que se toman como mezze o guarnición de carne o pescado, es su sencillez. En ocasiones la habitual salata baladi de tomates, pepino, cebolla y pimiento se realza con rúcula. La deliciosa y sana ensalada estrella de Oriente Próximo, el tabouleh (bulgur, perejil y tomate, con semillas de sésamo, limón y ajo), también es muy común. Las verduras de temporada, como remolachas y zanahorias, suelen hervirse y servirse frías con un picante aliño de aceite y limón.

Verduras y sopas

La verdura más común en Egipto es la molokhiyya, una frondosa planta de la familia del yute, que formaba parte de la dieta de los faraones. Tiene la misma textura pegajosa que el kimbombó y los egipcios la preparan en una sopa sorprendentemente viscosa de intenso y nutritivo sabor. Tradicionalmente se sirve como acompañamiento o salsa para el conejo o el pollo, junto con arroz. La sopa más popular es la shurbat ads (sopa de lentejas), preparada con lentejas partidas y servida con comino y gajos de limón. La fuul nabed (sopa de habas) también es muy habitual.

Carnes

La kofta y el kebab son dos de los platos de carne más populares de Egipto. La kofta, carne picada picante de cordero o ternera con especias y forma de bola, se pincha en brochetas y se asa. Es el elemento estrella del plato favorito de los egipcios, el daood basha, albóndigas con piñones y salsa de tomate, preparado en un tajín (cazuela de barro). El kebab son trozos de carne, normalmente cordero (el de pollo se llama shish tawooq), insertados en una brocheta y asados a la llama. La carne normalmente se sirve en un lecho de baqdounis (perejil) y se toma con pan, ensalada y tahini.

El firekh (pollo) asado en espetón es muy habitual y en los restaurantes suele pedirse por mitades. El hamam (pichón) es también muy popular y se toma relleno y asado, a la brasa o en tajín, un guiso con cebollas, tomates y arroz.

Pescado y marisco

En Alejandría, el mar Rojo y el Sinaí, el viajero sin duda compartirá con los lugareños la devoción por el maravilloso marisco que se ofrece. Algunos de los platos favoritos son los kalamaari (calamares), balti (pescado de unos 15 cm, plano y gris con vientre claro) y bouri (mújol), más grande y sabroso. En la carta de los restaurantes también se ofrece lubina, dorada, salmonete, anjova, lenguado y subeit o gambari (gambas). El mar Rojo es famoso por su langosta, y la tilapia del lago Nasser es una delicia. La forma más popular de preparar el pescado es asado a la brasa o frito en aceite de oliva.

A los coptos les gusta mucho el fesikh, el mújol secado al sol, salado y fermentado, que tradicionalmente se toma durante la fiesta de Sham An Nessim, una celebración primaveral que se remonta a la antigüedad. Las tiendas que venden fesikh se reconocen por el olor; cuesta tiempo acostumbrase a su sabor.

Postres y duces

El príncipe de los púdines es el mahallabiye, preparado con harina de arroz, leche, azúcar y agua de rosas o azahar, cubierto con trozos de pistachos y almendras. Casi tan populares son el ruz bi laban (pudin de arroz) y el omm ali (capas de hojaldre rellenas de frutos secos y pasas, bañadas en nata y leche, y doradas al horno).

Lo mejor de todo son los pasteles, como el kunafa, una pasta semejante al vermicelli cubierta de almíbar o enrollada y rellena de frutos secos. El pastel más famoso es el baklava, preparado con una delicada masa filo cubierta de almíbar, cuyas variedades pueden llevar frutos secos o estar rellenos de una excelente ishta (cuajada).

Bebidas

El shai (té) árabe, seguido del ahwa (café), ambos sin leche, son las bebidas favoritas de Egipto Los zumos recién exprimidos de frutas de temporada son deliciosos, baratos y fáciles de encontrar. Muchos egipcios no beben alcohol, de acuerdo con las tradiciones islámicas, pero los restaurantes de categoría y los orientados a turistas sirven cerveza local. Beber o estar borracho en la calle es tabú.

Té y café

Tomar shai (té) es el pasatiempo favorito del país y se considera extraño y antisocial no tomar esa bebida rica en taninos a intervalos regulares a lo largo del día. El shai se sirve como fuerte infusión de hojas molidas finas, que se posan en el fondo del vaso o “estilo inglés”, con una bolsita de té sumergida en una taza o vaso de agua caliente. Habitualmente se sirve dulce; para evitarlo, se pide sukar khafif (con poco azúcar). Si no se desea azúcar, se pide min ghayr sukar. El shai con hojas de menta es más refrescante: se pide shai bi-na’na. En invierno a los lugareños les gusta tomar shai bi-haleeb (té con leche) dulce.

El ahwa (café) árabe que normalmente preparan en las cafeterías es espeso y fuerte como el turco, se sirve en tazas pequeñas y se toma en un par de sorbos. Al igual que con el té, hay que especificar cuánto azúcar se quiere: ahwa mazboot significa una cantidad moderada de azúcar, ahwa saada, sin azúcar, y el ahwa ziyada (muy dulce) seguramente conseguirá que a uno se le caigan los dientes al probarlo. Según la tradición, se puede predecir el futuro en los posos del café. En los hoteles y restaurantes de estilo occidental posiblemente sirvan café instantáneo (siempre llamado neskafe), aunque en establecimientos más lujosos suelen servir café exprés y capuchinos tipo italiano.

Cafeterías tradicionales

La cafetería, conocida como ahwa (la palabra árabe que significa “café” es sinónimo del lugar donde se toma), es una de las mayores instituciones sociales egipcias. Tradicionalmente los ahwas eran dominio exclusivo de los hombres, pero en la actualidad es habitual ver grupos de jóvenes de ambos sexos en los ahwas, en especial en El Cairo y Alejandría. El ahwa es un lugar distendido y sencillo al que acuden los clientes todos los días para tomar un vaso de té, ver a los amigos, hablar de política o relajarse antes de que se haga de noche.

Un elemento característico de las cafeterías, de Alejandría a Asuán, es la shisha, un pasatiempo tan adictivo como mágico. La mayoría de los egipcios fuma tabaco empapado en zumo de manzana (tuffah), pero en establecimientos más modernos se puede pedir con sabor a fresa, melón, cereza o frutas variadas. El camarero coloca delante del cliente una pipa de cristal decorado llena de agua, coloca unas brasas para encenderla y le entrega una boquilla de plástico desechable para ponerla en el tubo. El único secreto es dar caladas de vez en cuando para mantener calientes las brasas. ¡Una maravilla!

Por supuesto, hay que aclarar que aunque el humo de la shisha lo filtra el agua y no sabe como el de los cigarrillos, sigue siendo humo y el aporte de nicotina es más intenso.

Cerveza y vino

En Egipto para pedir una cerveza solo hay que decir: “Stella”, que aunque no es la cerveza belga, es suave y perfectamente bebible. En la actualidad se sirven otras marcas, como la reconfortante y baja en alcohol Sakara Gold y la peligrosa Sakara King (10%). La mayoría de los lugareños toma la sencilla y básica; es la más barata (unos 15 EGP medio litro) y, mientras esté fría, sabe bien.

En la última década la oferta y calidad de los vinos en Egipto ha mejorado considerablemente. Para elaborar los mejores vinos, como el cabernet sauvignon Château des Rêves, la uva se importa del Líbano. Los blancos de Gianaclis son aceptables. Esos vinos cuestan 70-270 EGP la botella. Los vinos importados son más difíciles de encontrar y mucho más caros.

Otras bebidas

Durante los cálidos meses del verano muchos clientes de las ahwa optan por bebidas frías, como el karkadai de color carmesí, una bebida maravillosamente refrescante elaborada con hojas de hibisco y famosa por “fortalecer la sangre” (reduce la presión sanguínea). También se sirve caliente en invierno. Otra bebida refrescante es el limoon (zumo de limón), en ocasiones mezclado con menta (bi-na’na). En invierno hay quien prefiere sahlab, una espesa bebida caliente elaborada con fécula de tubérculo de orquídea, leche y frutos secos molidos; helba, té de fenogreco; o yansoon, una digestiva bebida anisada.

Los establecimientos de zumos se reconocen por las mallas de fruta (y zanahorias) que adornan sus fachadas y son una auténtica bendición en un día caluroso. Los asiir (zumos) más habituales son moz (plátano), guafa (guayaba), limoon, manga (mango), bortuaan (naranja), rumman (granada; se pide min ghayr sukar para evitar el exceso de azúcar), farawla (fresa) y qasab (caña de azúcar). Un vaso cuesta entre 5 y 15 EGP, dependiendo de la fruta y dónde se tome.

Agua

Los egipcios dicen que si se bebe agua del Nilo, siempre se vuelve, pero si se bebe agua del grifo quizá no apetezca ir a ningún sitio, no es nada agradable. La única excepción es El Cairo, donde se puede beber sin problemas a pesar de su fuerte sabor a cloro.

Dónde y cuándo comer

Por desgracia para los visitantes, la mejor comida de Egipto es la que se prepara en casa. Si se tiene la suerte de recibir una invitación para compartir comida casera, se recomienda aceptarla (y llevar una caja de pasteles a la anfitriona). En esas ocasiones atiborran al invitado hasta reventar y en cuanto se termina un plato, vuelven a rellenarlo, sin que las protestas sirvan para nada.

En los restaurantes, si uno se atiene a los platos habituales egipcios, se come bien, aunque no con una apabullante variedad. El único lugar recomendable para probar otras cocinas regionales es El Cairo, además de las zonas turísticas de Luxor, Sharm El Sheij y Dahab. En Alejandría, imitando a los lugareños, se come en las marisquerías, que son de lo mejor de la zona.

Normalmente los egipcios cenan más tarde que los occidentales y en las ciudades es normal que los lugareños lleguen a un restaurante a las 22.00 o incluso más tarde, en especial en verano. Cenan en grandes grupos familiares, fuman como carreteros y hacen largas sobremesas.

Salvo en ocasiones especiales, la principal comida del día es el almuerzo, a las horas habituales de los restaurantes y cafés. Por la noche los egipcios comen menos o toman un tentempié. Las raciones suelen ser enormes, por lo que hay que pedir con mesura, desaprovechar la comida está mal visto.

Vegetarianos y veganos

A pesar de que para los egipcios comer verdura es muy normal, el concepto de vegetarianismo voluntario les es ajeno. Los coptos practicantes observan una dieta vegana gran parte del año (de ahí la popularidad del kushari), pero la forma de pensar egipcia más habitual es: ¿Por qué no comer carne si puede pagarse?

Por suerte no es difícil pedir platos de verdura. Se puede comer mezze, ensaladas, fuul, ta’amiyya, alguna tortilla, o tajines de verdura conkimbombó y berenjena. De no estar seguro, siempre se puede pedir pan de pita y hummus. Si se come pescado, en las localidades turísticas y en la costa siempre hay marisco fresco.

La forma más usual de comer carne sin querer es el caldo de carne que suele utilizarse para preparar los tajines y las sopas. Para los anfitriones o camareros ese caldo no lleva carne y asegurarán que el plato es vegetariano.

Costumbres

Los egipcios suelen hacer tres comidas diarias. Para desayunar, la mayoría toma pan y queso, o quizá olivas y un huevo frito en casa, o un sándwich de fuul (puré de habas) de camino al trabajo. El almuerzo es la principal comida del día y se toma a partir de las 14.00, aunque más bien suele ser alrededor de las 15.00 o 16.00, cuando el padre ha vuelto a casa del trabajo y los niños del colegio. Se tome lo que se tome, la mujer de la casa (normalmente la madre) seguramente habrá estado gran parte de la mañana preparándolo, la comida estará caliente y habrá en abundancia. Lo que sobra suele servirse por la noche, en la cena.

Estilo de vida en Egipto

Poco después de que el presidente Mubarak renunciase a su cargo, una mujer cairota llevaba una chapa con el mensaje “Cairota y orgullosa”. Entender qué significa ser egipcio nunca ha sido tan fácil ni tan difícil debido a las muchas posibilidades que existen actualmente. Pero una característica que une a la mayoría de los egipcios, desde el profesor universitario de Alejandría al limpiabotas de Luxor, es un inmenso orgullo por ser egipcio, por su extraordinaria historia y por alguno de sus recientes logros.

Sentimiento de comunidad

A veces para los extranjeros es difícil entender de dónde viene el orgullo de los egipcios, dada la pobreza, los bajos niveles de alfabetización, la alta tasa de desempleo, la escasez de viviendas, los fallos en las infraestructuras y otros muchos problemas a los que se enfrenta el país. Pero por cada egipcio que lo pasa mal hay otro egipcio que lo ayuda, y tienen el sentimiento de estar juntos en esto. Las familias y los barrios actúan como grupos de apoyo sociales, los desconocidos hablan entre ellos y por cualquier cosa que vaya mal, siempre hay alguien que tiene un conocido que puede ayudar.

Consuelos

Para los egipcios, la religión suaviza los golpes de la vida y penetra en todos los ámbitos. Pero para muchos, la idea del islam de los Hermanos Musulmanes era demasiado estridente: a los egipcios les gusta demasiado pasárselo bien como para aceptar una versión autoritaria y politizada del islam. Pero la religión siempre está de fondo. Si se le pregunta a un egipcio por su salud, la respuesta, ya sea de un cristiano o de un musulmán, será Alhamdulallah (Bien. Gracias a Dios). Si se queda con un egipcio para el día siguiente, es Inshallah (si Dios quiere), y si no aparece, obviamente es porque Dios no quería.

Y cuando todo lo demás falla, como pasa a menudo, queda el humor. Los egipcios son famosos por sus bromas y ocurrencias. Las comedias son la base de la industria cinematográfica local y de la programación televisiva. El típico personaje es el que con ingenio e ironía consigue triunfar a pesar de las adversidades. La risa lubrica la maquinaria del intercambio social, y uno de los aspectos más agradables de viajar por Egipto es descubrir lo mucho que se puede negociar con una sonrisa.

Estilo de vida

No hay una definición sencilla de la sociedad egipcia. Por supuesto, hay una gran diferencia entre los que trabajan su propia tierra en el delta del Nilo y los que trabajan en El Cairo, pero incluso entre estos últimos hay experiencias muy distintas. Por un lado está el conservadurismo religioso: las mujeres llevan los abaya, largos y negros, que las cubren enteras; y los hombres llevan la túnica galabeya. En los círculos más tradicionales, los primos se casan entre sí, viajar a Alejandría es una experiencia única en la vida y todo es “la voluntad de Dios”. Por otro lado, están quienes comen en el McDonald’s, sus hijas llevan ropa ajustada y coquetean descaradamente, viajan con frecuencia a otras partes del mundo y nunca han pisado una mezquita. La mayor parte de los egipcios se encuentra en un punto intermedio entre estos dos extremos.

Historia de una ciudad

La típica familia urbana pertenece a los 11 millones de cairotas que viven en una ‘vivienda informal’ (barrios marginales), en un bloque de hormigón de seis pisos con paredes agrietadas y problemas de tuberías en un barrio superpoblado. Probablemente no son técnicamente pobres; solo el 18% de los cairotas viven por debajo del umbral de la pobreza. Si tienen suerte, tendrán un coche pequeño; si no, el marido tendrá que apañárselas para desplazarse en un autobús abarrotado. Puede que tenga un título universitario (se gradúan unas 40 000 personas al año), aunque una carrera universitaria no asegura un trabajo: en la última década se ha disparado el desempleo de graduados universitarios. Puede que sea uno de los muchos funcionarios públicos que cobran una miseria por matar el tiempo en un trabajo poco exigente. Al menos, esto le permite salir pronto del trabajo y tomar prestado el taxi de su primo durante unas horas para sacarse un sobresueldo muy necesario. La mujer se queda en casa cocinando y cuidando de los tres o más niños y visita a su suegra, a su madre y a otros miembros de la familia.

Panorama rural

La vida en el Egipto rural está cambiando. Más de la mitad de la población del país vive en las zonas rurales, que son de las más pobladas del mundo. La poca tierra restante se divide en pequeñas parcelas (de unas 0,6 Ha), que ni siquiera sirven para mantener a una familia de tamaño medio. Menos de un tercio de los egipcios vive de su tierra. El beneficio es bajo –la agricultura supone solo el 14% del PIB de Egipto–, lo que explica por qué tanta gente vive por debajo del umbral de la pobreza. El pequeño tamaño de las parcelas impide la mecanización y que aumente la producción. Como resultado, los agricultores dependen cada vez más de la cría de animales o buscan otras formas de supervivencia. Puede que, para llegar a fin de mes, el agricultor que trabaja sus tierras por la mañana, por la tarde trabaje de obrero o vendiendo cigarrillos.

En el campo se conservan la cultura y los valores tradicionales. Las grandes familias son la norma, en particular en el Alto Egipto, y las familias extensas viven juntas. Hay altas tasas de analfabetismo femenino. No obstante, todo esto está cambiando.

Deporte

Los egipcios están obsesionados con el fútbol. La Premier League de Egipto se considera una de las 20 ligas más competitivas del mundo. Los dos clubs más famosos son Ahly y Zamalek, de El Cairo, y ambos inspiran una ferviente lealtad en sus fans. El equipo nacional de Egipto no se ha clasificado para la Copa Mundial de Fútbol desde 1990 (y su derrota en el 2009 contra Argelia en un partido de clasificación despertó vehementes protestas y disturbios en Egipto y en el extranjero); pero ha ganado siete veces la Copa Africana de Naciones, incluidas tres victorias seguidas en el 2006, el 2008 y el 2010.

Múltiples identidades

La mayoría de los egipcios dicen ser descendientes de los antiguos egipcios y parece haber algo de verdad en ello. El país fue invadido por libios, persas, griegos, romanos y, de manera muy significativa, por 4000 jinetes árabes en el 640 d.C. En los siglos posteriores hubo mucha migración árabe y matrimonios mixtos con la población indígena. Los mamelucos, que gobernaron Egipto entre el s. xiii y el xvi, eran de origen turco y circasiano, y luego estaban los turcos otomanos, que gobernaron desde 1517 hasta finales del s. xviii. Y aún así, recientes estudios de ADN muestran que el 68% de la población es originariamente del norte de África.

Tribus del desierto

Aparte de los egipcios del valle del Nilo hay varios grupos indígenas independientes con raíces antiguas. Se cree que los antepasados de los beduinos egipcios emigraron desde Arabia antes de asentarse en el Desierto Occidental, el Desierto Oriental y el Sinaí. Pero su estilo de vida nómada está bajo amenaza, ya que los intereses del resto del país se entrometen cada vez más en sus dominios.

En el Desierto Occidental, en particular en el oasis de Siwa y alrededores, hay unos pocos bereberes que han conservado gran parte de su identidad. Se los distingue fácilmente del resto de egipcios en la forma de vestir de las mujeres, que suelen llevar meliyya (una prenda hasta los pies con una abertura para los ojos). Aunque muchos hablan árabe, conservan su lengua propia.

El pueblo del sur

En el sur, los nubios, altos y de piel oscura, son originales de Nubia, la región entre Asuán, en el sur de Egipto, y Jartum en Sudán. Su tierra natal casi desapareció por completo en la década de 1970, cuando la presa de Asuán creó el lago Nasser. Algunos nubios de Egipto emigraron a El Cairo, pero la mayoría se reinstaló en pueblos y ciudades entre Edfu y Asuán. No obstante, su identidad cultural ha sobrevivido; ya sea en la forma de decorar sus casas o en su música, los nubios son distintos al resto de los egipcios.

Religión

Un 90% de los egipcios son musulmanes. El islam está instaurado en la vida egipcia casi a un nivel inconsciente, y aun así casi todos los hombres atienden a la llamada del muecín los viernes a medio día, cuando la multitud que va a las mezquitas bloquea las calles. Del 10% de los egipcios que no son musulmanes, la mayoría son cristianos coptos. La historia de las dos comunidades se entremezcla. Una de las imágenes más inspiradores de las protestas de Tahrir del 2011 fue cuando los musulmanes protegían a los cristianos mientras rezaban, y viceversa. El gobierno actual, como sus predecesores los Hermanos Musulmanes, han sido criticados por incitar a la violencia contra los coptos y por no ofrecer apoyo ni seguridad suficiente a congregaciones e iglesias.

Islam

El islam, la religión predominante de Egipto, comparte raíces con el judaísmo y el cristianismo. Adán, Abraham (Ibrahim), Noé y Moisés son profetas según el islam, y Jesús se considera un profeta, pero no el hijo de Dios. Las enseñanzas islámicas son muy similares a la Torá, el libro que constituye la base del judaísmo, y a los evangelios cristianos. La esencia del islam es el Corán, que según los musulmanes es el último y verdadero mensaje de Dios, que el arcángel Gabriel entregó al profeta Mahoma.

Vida de Mahoma

Mahoma nació alrededor del año 570 d.C. en La Meca y a principios del s. vii fundó el islam. Se cree que Mahoma recibió su primer mensaje divino cuando tenía cerca de 40 años. Las revelaciones continuaron durante el resto de su vida y se transcribieron hasta dar lugar al santo Corán. Hasta hoy no se ha modificado ni una coma del Corán, lo que según los musulmanes lo convierte en la palabra directa de Dios.

Mahoma comenzó a predicar en el 613, tres años más tarde de su primera revelación, pero solo pudo atraer a una docena de seguidores. Se ganó muchos enemigos al atacar la vida en La Meca y criticar la adoración a muchos ídolos. En el año 622, él y sus seguidores se retiraron a Medina, una ciudad oasis a unos 360 km de La Meca. Esta hégira, o migración, marca el comienzo del calendario musulmán.

Mahoma murió en el 632, pero la nueva religión continuó expandiéndose. En 634 ya se había propagado por toda Arabia y en 642, por Egipto.

Pilares del islam

Islam significa “sumisión” y este principio está presente en la vida diaria de los musulmanes. La fe se expresa observando los cinco “pilares del islam”, que obligan a los musulmanes a declarar públicamente que “no hay más Dios que Alá y Mahoma es su profeta”; rezar cinco veces al día: al amanecer, a medio día, a mitad de la tarde, al atardecer y por la noche; dar zakat (limosna) para la propagación del islam y ayudar a los necesitados; ayunar durante las horas del día durante el mes de Ramadán y realizar la hajj (peregrinación a La Meca).

El primer pilar se consigue rezando, que es el segundo pilar y una parte fundamental de la vida de un creyente. Los muecines llaman a la oración cinco veces al día por los altavoces de los minaretes. Se puede rezar en casa o en cualquier otro sitio, solo los viernes a medio día hay que ir a la mezquita. Las mujeres suelen rezar en casa; cuando van a la mezquita, hay una sección aparte para ellas.

El cuarto pilar, el sawm (ayuno), se hace el noveno mes del calendario musulmán, el Ramadán, cuando los creyentes ayunan por el día. Los musulmanes más devotos no dejan que nada se les acerque a la boca durante el día, aunque muchos musulmanes no siguen los mandamientos al pie de la letra. El impacto del ayuno se compensa modificando las horas de vigilia (cancelando el horario de verano en Egipto si fuese necesario), y la gente suele dormir hasta tarde o echarse una siesta y hacen su vida social hasta el amanecer.

Lejos de ser un mes de austeridad, el Ramadán es una época festiva de gran compañerismo entre los participantes. La comida de la tarde durante el Ramadán, llamada itfar (romper el ayuno), siempre es una gran celebración. En algunas partes de la ciudad se ponen mesas por la calle como acto benéfico por parte de los adinerados, que ofrecen comida a los menos afortunados. Por las tardes reina un ambiente festivo y hay muchos espectáculos callejeros, a menudo hasta el amanecer.

Cristianismo

La mayoría de los cristianos egipcios se conocen como coptos. El término es la forma occidental de la palabra árabe qibt, del griego aegyptios (egipcio), que a su vez viene de la antigua lengua egipcia.

Aunque el cristianismo no se convirtió en religión oficial de Egipto hasta el s. iv, Egipto fue uno de los primeros países en aceptar la nueva fe. Se supone que san Marcos, compañero de los apóstoles Pedro y Pablo, comenzó a predicar el cristianismo en Egipto alrededor del año 45 d.C. Desde el cierre de los templos paganos hasta la llegada del islam, el cristianismo fue la religión predominante de Egipto.

Controversia del monofisismo

Los cristianos egipcios se separaron de la Iglesia ortodoxa del Imperio Romano de Oriente (o bizantino), del que Egipto formaba parte, después de que la iglesia describiese a Cristo como humano y divino. Dióscuro, el patriarca de Alejandría, se negó a aceptar esta descripción y adoptó la teoría de que Cristo es totalmente absorbido por su divinidad y que considerarlo humano es una blasfemia.

La Iglesia copta la preside un patriarca (actualmente el papa Shenou-da iii), otros miembros de la jerarquía religiosa y un consejo eclesiástico de laicos. Tiene una larga historia de monacato; de hecho, los primeros monjes cristianos, san Antonio y san Pacomio, eran coptos.

El idioma copto tiene sus orígenes en los jeroglíficos egipcios y en el griego antiguo y se sigue usando en las ceremonias religiosas, a veces junto con el árabe en beneficio de los fieles. Actualmente, el idioma copto se basa en el alfabeto griego con siete caracteres adicionales tomados de los jeroglíficos.

Los coptos

Los coptos han representado siempre una élite de Egipto, asumiendo muchos cargos del gobierno y burocráticos importantes. Se los percibe como una minoría económicamente poderosa, y muchos coptos son adinerados e influyentes.

Aunque también hay muchos coptos en la base de la pirámide: los zabbalin, los basureros de El Cairo, siempre han sido coptos.

Como resultado de las recientes agitaciones, los coptos han sufrido y muchas iglesias, empresas y residencias coptas han sido destruidas en los últimos años y, debido a la falta de protección, muchos coptos han decidido emigrar.

Otras denominaciones

También hay otras denominaciones cristianas con unos miles de seguidores en Egipto. En total hay cerca de un millón de miembros de otros grupos cristianos. Entre los católicos, aparte de los católicos romanos del rito latino, está representada toda la gama de ritos de Oriente Medio, incluidos los ritos armenio, sirio, caldeo, maronita y melquita; algunas de estas comunidades han aumentado debido a la reciente llegada de refugiados de otras partes de la región. La Comunión anglicana es parte de la Iglesia episcopal en Jerusalén. La Iglesia apostólica armenia tiene cerca de 10 000 miembros, y la Iglesia ortodoxa griega tiene sede en Alejandría.

Mujeres en Egipto

Algunos de los mayores malentendidos entre egipcios y occidentales se dan en torno al tema de las mujeres. Existen estereotipos en ambas partes: muchos occidentales asumen que todas las mujeres egipcias están reprimidas, mientras que muchos egipcios creen que las mujeres occidentales están obsesionadas con el sexo y que son inmorales.

Para muchos egipcios de ambos sexos, el papel de la mujer es ser la madre y la matrona de la familia, mientras que el hombre es la fuente de sustento. Pero hay miles de mujeres egipcias de clase media y media-alta que, como las occidentales, concilian trabajo y familia. También hay mujeres en el gobierno egipcio, y en el 2017 se designó la primera mujer gobernadora. Lo ideal para las mujeres de la clase trabajadora, que teoréticamente son más tradicionales, es dedicarse a la casa y la familia, pero la realidad económica hace que millones de mujeres se vean obligadas a trabajar al mismo tiempo que tienen que ocuparse de las tareas domésticas.

El tema del sexo es complejo. Las relaciones prematrimoniales (o extramatrimoniales) son un tabú en Egipto. Pero el matrimonio es caro, así que muchos hombres tienen que esperar hasta los 30 años. Esto lleva a una frustración patente en las calles. Para las mujeres, el problema es mucho más grave. Se espera que las mujeres sean vírgenes hasta el matrimonio, y la reputación de la familia puede depender de ello. Así, las restricciones sociales impuestas sobre las jóvenes pretenden protegerlas hasta el matrimonio.

Esto ha dado lugar a frustrantes debates sobre el acoso y el abuso sexual. Pero en el 2008, por primera vez una mujer denunció a un hombre que la había atacado, y el perpetrador fue condenado a pena de cárcel. Muchas mujeres fueron atacadas durante las manifestaciones en la plaza Tahrir y hubo muchos casos de abuso y violación. En junio del 2014, el recién elegido presidente Sisi trasladó el problema a primer plano cuando fue a visitar a una víctima de violación para disculparse en nombre de la nación.

Como tantos aspectos de la vida egipcia desde la revolución, el papel de las mujeres está cambiando. La constitución del 2014 expresa el derecho de las mujeres a tener acceso a la educación y a tener puestos en el Gobierno; actualmente hay varias ministras en el Gobierno, incluida una Asesora de Seguridad Nacional. Pero aunque Sisi declaró el 2017 el Año de las Mujeres Egipcias, una encuesta de ese año mostró que el 87% de los hombres egipcios piensan que el lugar de la mujer es la casa (Egypt Independent, 8 de mayo del 2017).

 

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