Con el rascacielos de César Pelli en forma de esquirla, el “invernadero” contemporáneo de Herzog & the Meuron y los bloques de apartamentos con jardines colgantes de Stefano Boeri, la zona entre Porta Garibaldi y Porta Nuova es el Manhattan en miniatura de Milán. El Corso Como comunica Corso Garibaldi con el barrio de Isola, repleto de bares, restaurantes y tiendas de vanguardia.
El día empieza con un paseo por el Cimitero Monumentale. Construido en 1866 por Carlo Maciachini, se ha convertido en un surrealista museo al aire libre con modernos mausoleos. Al sur del cementerio se halla Chinatown, una de las zonas más multiculturales de Milán. Es perfecto para comer, o se puede ir al este hasta la zona más glamurosa de Porta Garibaldi y adentrarse en Eataly. Por la tarde toca visitar la Piazza Gae Aulenti para admirar los rascacielos de Milán antes de cruzar el parque hasta Isola. Es la hora de ir de copeo por Via Pastrengo y Via Thaon di Revel antes de conseguir mesa en el nuevo local de ramen de visita obligada.