Barrio

Santa Croce

A pesar de su proximidad a los principales museos de la ciudad, esta parte antigua de Florencia queda muy apartada del torbellino turístico. Quienes viven en las calles a espaldas de la basílica parecen tomarse con tranquilidad la reinvención de su barrio como territorio hipster y epicentro de actividad de bares y discotecas.

Lo mejor en un día

Se empieza con el desayuno y un buen café en Ditta Artigianale antes de ir al Museo del Bargello para admirar esculturas renacentistas toscanas. Lo mejor es visitarlo en un día despejado, cuando los rayos de sol bañan las oscuras salas con una luz embriagadora; los admiradores de Miguel Ángel deben continuar hasta el Museo Casa Buonarroti.

Caminando hacia el este por calles sinuosas se llega a la encantadora Piazza Sant’Ambrogio, con aire de plaza de pueblo, que linda con el Mercato di Sant’Ambrogio y varios restaurantes famosos. Se toma un sándwich en Semel o se almuerza en el sencillo y concurrido Il Giova. La tarde se dedica a la principal atracción del barrio, la Basilica di Santa Croce.

La noche empieza con un aperitivo de salami toscano en All’Antico Vinaio, seguido de un festín gastronómico en la Enoteca Pinchiorri, pescado en Vivo o pizza napolitana de masa finísima en Santarpia.

 

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