Vinohrady y Žižkov son el yin y el yang de la Praga residencial. El barrio aburguesado de Vinohrady aún ostenta edificios de apartamentos art nouveau y es popular entre los jóvenes profesionales. Žižkov, sin embargo, ha sido históricamente un barrio obrero, rebelde y revolucionario, famoso por sus numerosos pubs, vida nocturna alternativa y población multicultural.
El día se inicia con un café y unas pastas en alguna cafetería en torno a la plaza de la Paz (náměstí Míru), el centro de Vinohrady y de fácil acceso en metro. Destaca el Bio Zahrada, a un paseo de la plaza. Luego se toma el metro una parada hasta Jiřiho z Poděbrad para admirar la moderna iglesia del Sagrado Corazón de Jesús. Desde aquí, en un momento se llega a la torre de TV en Žižkov, donde se puede subir a la cima o alucinar ante las enormísimas esculturas de bebés gateando de fuera.
Hay muchas buenas opciones para almorzar en la zona, como las hamburguesas del The Tavern o la comida sencilla checa del Pastička. Si la tarde es soleada, el parque Riegrovy sady es genial para relajarse, entre lugareños que van a pasear y beber cerveza.
De noche, se puede probar una cena italiana elegante en el Aromi o unas tapas en el popular Kofein. Para terminar el día, están la música en directo del Palác Akropolis y los bailes del Techtle Mechtle y el Termix.