Bienvenidos a Portugal

Castillos medievales, aldeas de calles adoquinadas, ciudades cautivadoras y playas doradas: vivir la experiencia lusa puede significar muchas cosas. Historia, buena comida y paisajes idílicos son solo el comienzo.

Fantasmas del pasado

Celtas, romanos, visigodos, moros y cristianos, todos dejaron aquí su impronta. Pueden verse grabados en piedra de 20 000 años en Vila Nova de Foz Côa, observar el atardecer sobre los megalitos a las afueras de Évora o perderse por los ornamentados pasadizos de Tomar, Belém, Alcobaça o Batalha, Patrimonio Mundial de la Unesco. Se puede dedicar el viaje a visitar palacios entre bosques, castillos sobre escarpados acantilados y centros urbanos medievales espléndidamente conservados.

La mesa portuguesa

Pan recién horneado, olivas, queso, vino tinto o fresco vinho verde (vino joven), pescado a la brasa, cataplana (guiso de marisco), carnes ahumadas… Los portugueses han llevado a la perfección el arte de cocinar platos sencillos y deliciosos. A la mesa se disfruta de la generosidad del litoral luso y sus fértiles campos, pero no es obligatorio tomar asiento, porque se puede saborear de pie un caliente pastel de nata en una pastelería de 1837 en Belém, o pasear por las pintorescas viñas degustando los aterciopelados oportos de la región de Alto Douro. Se puede ir de compras a los mercados, llenos de productos locales o reservar mesa en uno de los mejores restaurantes del país.

Paisajes de cine

Al salir de las ciudades, la belleza portuguesa despliega todo su esplendor, ya sea mientras se va excursión por los picos graníticos del Parque Nacional da Peneda-Gerês o se contempla el paisaje y los pueblos históricos de las Beiras, muy poco exploradas. Los más de 800 km de costa ofrecen multitud de lugares para gozar, otear espectaculares acantilados, surfear grandes olas en playas llenas de dunas o tomar el sol en apacibles islas rodeadas de aguas de un intenso azul. Y también se pueden avistar delfines en el estuario del Sado o recorre en barco o piragua los meandros del Guadiana.

Ritmos de Portugal

Portugal tiene un apretado calendario de festivales, como la Festa de Santo António de Lisboa o la Festa de São João de Oporto, para beber, bailar y festejar toda la noche. En el interior se celebran animadas ferias y por la costa se organizan festivales de rock y músicas del mundo. Cualquier época del año es buena para escuchar los tristes fados en Alfama, unirse a la marcha del Bairro Alto o salir de bares por Oporto, Coímbra y Lagos.

Por qué me gusta Portugal

Por Regis St Louis, autor

Estoy enamorado del paisaje, el ritmo de la vida rural, la comida y el vino, espectaculares e infravalorados. Me encanta explorar las playas escondidas a lo largo de la Costa Vicentina, dar pintorescos paseos por la Serra da Estrela (donde aún encuentro pastores en mis excursiones) y vagar por los rincones menos concurridos del Alentejo, un lugar mágico para descubrir el alma tradicional de Portugal. Pero son los propios portugueses los que hacen que este país sea tan especial. Pese a su apariencia arisca, pura fachada, se cuentan entre las personas más amables y cálidas del mundo.

 

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