Las cimas más altas del país combinan los paisajes escarpados con las actividades al aire libre y las costumbres tradicionales, en vías de extinción. En Torre, el punto más alto de Portugal (que alcanza, artificialmente, los 2000 m gracias a un monumento de piedra), se hallan las únicas pistas de esquí del país. Los excursionistas cuentan con una red de senderos con fabulosas vistas, sin olvidar los perros ovejeros que juguetean a pie de carretera.
Parque Natural da Serra da Estrela

J.M.F. Almeida_Getty Images