Lyon cuenta con numerosos edificios de todas las épocas, desde los edificios renacentistas del Vieux-Lyon hasta las construcciones contemporáneas de la Confluence, pasando por las obras de Tony Garnier. Todo el conjunto ha sido designado Patrimonio Mundial por la Unesco.
El Vieux-Lyon, barrio histórico de la ciudad, es un conjunto renacentista verdaderamente excepcional formado por varios centenares de edificios cuidadosamente restaurados. Construidos entre los ss. xv y xvii, estos altos edificios un poco austeros tienen un increíble número de ventanas esculpidas. Suelen estar dispuestos alrededor de un patio interior y hay que atravesar los porches para descubrir las galerías interiores y las escaleras de las torrecillas. Para hacer frente a la falta de espacio, los arquitectos idearon una de las curiosidades lionesas más famosas: los traboules.
Con hormigón armado, una estética depurada y una organización funcional, las construcciones del lionés Tony Garnier (foto de arriba: la Halle) puede que tengan menos encanto que el Vieux-Lyon, pero son igual de distintivas de la ciudad. Varias están catalogadas por la Unesco. Lyon continúa con su gran remodelación urbana iniciada en la década de 1990: Jean Nouvel renovó la Opéra en 1993 y Christian Drevet y Daniel Buren transformaron la place des Terreaux en 1994. En el 2006, Renzo Piano dirigió el proyecto de la Cité Internationale y al sur de la Presqu’île se ha completado la transformación de la Confluence.
Desde el nacimiento de Guiñol y Gnafron hace 200 años, la escena cultural lionesa ha vivido muchos otros acontecimientos destacados. En la apodada Ciudad de los Niños, las artes escénicas son abundantes y variadas y todas cuentan con su propia escena o su evento de importancia nacional.
Centros culturales