Día 2

Se puede ir a la Cité du Vin en tranvía o en barco. Se trata de una visita imprescindible para admirar la arquitectura del lugar y disfrutar de una cata (con vista panorámica) a la salida. Para comer, el mercado de Bacalan ofrece un amplio abanico de opciones.

Después se puede alquilar una bici o caminar media hora hasta la base submarina, donde están instalados los Bassins de Lumières. El día puede terminar en la antigua zona de negocios, el barrio Chartrons. Hay varios restaurantes que merecen una visita: Pastel, Symbiose o Casa Gaïa.

 

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