Entre el cauce del río Guadalmedina, casi siempre seco, y la línea imaginaria que marca la calle Marqués de Larios se encuentra la Málaga más doméstica, un lugar ideal para acercarse al sentir de sus habitantes, los boquerones, como se conoce a los malagueños, por ser este el pescado que más abunda en sus costas y en sus platos. En esta zona conviven el tradicional ajetreo del mercado de Atarazanas con el arte del s. XXI que emana del Centro de Arte Contemporáneo Málaga, el motor que ha convertido a la zona acotada entre el puerto y la Alameda Principal en el Barrio de las Artes.
Nada mejor que un buen café o un chocolate con churros en Casa Aranda, antes de visitar la iglesia de San Juan, con su imponente torre, y después curiosear por los comercios de la zona. La tarde invita a conocer las novedosas propuestas del CAC y a contemplar algunos de los murales que abundan en el barrio del Soho.