El litoral oeste de Málaga fue la primera zona de expansión industrial de la ciudad en el s. XIX. Su ubicación resultó ideal para construir el primer barrio obrero: Huelin. En la década de 1980 todas las industrias habían cerrado y el terreno más próximo al mar se convirtió en un páramo de ruinas y escombros hasta que, en la siguiente década, se comenzaron a regenerar las playas y a trazar un paseo marítimo, parte del cual lleva el nombre del ilustre malagueño Antonio Banderas. Desde entonces, la costa oeste se ha convertido en la nueva milla de oro de la ciudad.
Una forma de conocer este ensanche de Málaga es recorrer el parque del Oeste mientras se contempla el museo del escultor Stefan von Reiswitz hasta toparse con la playa de la Misericordia de 2000 m donde despuntan dos esbeltas chimeneas de ladrillo, vestigios de la Revolución Industrial.
Después un espeto de sardinas en el chiringuito Rocamar, solo queda visitar el gran edificio de la Tabacalera, donde se puede elegir entre el Museo Ruso, o el Automovilístico y de la Moda.