Barrio

Norte de Ibiza

La parte menos poblada y más rústica de la isla goza de una atmósfera bohemia y relajada gracias a su pasado hippie. El turismo de masas y de discotecas ha producido un impacto mínimo. Existen pocos puntos de interés convencionales, pero es una zona maravillosa con pueblos blancos, colinas arboladas y una costa abrupta bendecida por algunas calas asombrosas. En Sant Joan se puede apreciar la sencilla vida ibicenca, mientras que Portinatx es la localidad más activa de la zona.

Lo mejor en un día

Se empieza en Sant Carles con un desayuno en el Anita’s. Se visita la iglesia del pueblo y se toma rumbo a Portinatx para caminar hasta su faro solitario.

Se va a la playa en Cala d’en Serra, Benirràs o Aigües Blanques. Se almuerza junto al mar (hay locales con pescado fresco) y, con gafas y tubo, se explora la Ibiza submarina; la visibilidad puede llegar a los 30 m. A última hora de la tarde, se toma una copa en el hotel Atzaró y, si el presupuesto lo permite, se goza de un tratamiento de spa.

Por la noche se va a Santa Gertrudis, con buenos bares y restaurantes, una extravagante casa de subastas y numerosas tiendas para darse un capricho. O se puede disfrutar de una de las mejores opciones para cenar de la isla en La Paloma de Sant Llorenç, con cocina creativa mediterránea y una terraza. Aquí no hay discotecas, pero el bar y local hippie Las Dalias suele programar música en directo.

Para vivir un día como un residente en Santa Gertrudis, para pasar un día por las calas más apartadas, y para disfrutar de un precioso rincón de la Ibiza rural.

 

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