Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, Segovia siempre ha tenido un aire de leyenda; no en vano hay mitos que cuentan que fue fundada por el mismísimo Hércules o por el hijo de Noé. Quizá también tenga que ver con el hecho de que en ninguna otra parte de España se encuentra un monumento a la grandeza romana tan impresionante (el acueducto de Segovia) en pleno corazón de una ciudad moderna y vibrante. O quizá sea porque el arte ha imitado a la vida al estilo segoviano: dicen que Walt Disney se inspiró en el Alcázar de Segovia para construir el castillo de la Bella durmiente en Disneylandia, California. Sea lo que sea, el efecto es impresionante: una ciudad mágica en tonos cálidos de terracota y arenisca, plantada entre los ondulantes cerros de Castilla y con la Sierra del Guadarrama como telón de fondo.