Dejando a un lado la elegancia de estilo Belle Époque de El Sardinero, la Santander moderna no es una de las ciudades más bellas que existen. Un devastador incendio arrasó el centro urbano en 1941, dejando en pie pocos edificios antiguos o pintorescos; pero aun así la capital de Cantabria es un lugar cautivador que saca partido a su ubicación en el lado norte de la bella bahía de Santander. La actitud innovadora de la ciudad tiene su reflejo en el sorprendente y moderno Centro Botín, inaugurado en el paseo marítimo a mediados del 2017.
Santander es una ciudad alegre donde pasar un par de noches, con playas urbanas bonitas, calles comerciales concurridas, una intensa oferta de bares y restaurantes, mucho surf y algunas atracciones culturales fascinantes. Es tremendamente popular como clásico destino de vacaciones de verano.