Estos encantadores valles paralelos, acurrucados en el extremo noroeste de Aragón, recorren espesos bosques mixtos, salpicados por unos pocos pueblos antiguos construidos en piedra entre peñascos de diversa altura y espectacularidad donde las aves rapaces vuelan en círculo en el cielo, y terminan en la principal cresta pirenaica a lo largo de la frontera con Francia. Fluyendo en dirección sur desde estas montañas, el río Aragón Subordán y el río Veral –este último unos pocos kilómetros al oeste del primero– han esculpido el valle de Hecho y el valle de Ansó. Poco conocidos fuera de España, estos valles y las montañas que los rodean son un paraíso para los excursionistas gracias a sus ríos, lagos, gargantas y cascadas, además de su espectacular paisaje montañoso y la abundante oferta de alojamiento. Las zonas superiores de los valles forman parte del Parque Natural de los Valles Occidentales, de 270 km2.