Un viaje a Austria representa un riesgo mínimo para la salud. El agua del grifo es potable en todos los sitios, y la de los lagos y ríos suele ser excelente y no provoca ningún tipo de infección.
La Tarjeta Sanitaria Europea (TSE), que los ciudadanos de la UE pueden obtener en sus respectivos países, cubre la mayor parte de la asistencia sanitaria de urgencia en Austria.
Los viajeros de países con acuerdos sanitarios recíprocos con Austria tendrán cubierto el coste de los tratamientos; los viajeros de países que no tengan dichos acuerdos, incluidos EE UU, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, deben contratar un seguro médico.
La póliza debe cubrir el peor escenario posible, como la repatriación en avión. También hay que informarse con antelación si el seguro pagará directamente a los proveedores o si reembolsará más tarde al viajero por sus gastos médicos, y si cubre todas las actividades (como el esquí y la escalada).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que todo viajero, independientemente de su destino, esté vacunado contra difteria, tétanos, sarampión, paperas, rubeola, poliomielitis y hepatitis B. También conviene vacunarse contra la encefalitis transmitida por garrapatas.
El agua del grifo es potable y, además, en muchas zonas montañosas es de excelente calidad. Sin embargo, en los restaurantes si se pide agua suelen servir agua embotellada, ya sea con gas o sin gas.
La Tarjeta Sanitaria Europea (TSE) cubre las urgencias médicas. Si no, lo normal es pagar entre 40 y 75 euros por una consulta médica. La asistencia médica en Austria no es barata y el tratamiento por una lesión de esquí puede ascender a miles de euros, por lo que hay que asegurarse de tener un seguro médico apropiado antes de partir.
Las garrapatas pueden transmitir encefalitis y la enfermedad de Lyme, y son un importante riesgo en muchas zonas de Europa. Suelen encontrarse a altitudes inferiores a 1200 m, en los matorrales de los límites de los bosques o junto a los senderos.
La mejor forma para prevenir las picaduras de garrapata consiste en llevar pantalones por dentro de las botas de montaña o los calcetines y usar un repelente de insectos con DEET. Si una garrapata se adhiere a la piel hay que presionar alrededor de su cabeza con unas pinzas, agarrarla lo más cerca posible de la cabeza y rotar en la misma dirección sin parar y sin tirar hasta que el ácaro se desprenda por sí solo. En las farmacias se pueden adquirir pinzas de metal o de plástico específicas para este fin que son muy recomendables para excursionistas. No se debe tirar de la garrapata ni echarse productos químicos.
En verano las avispas pueden ser un problema en el campo, pero solo son peligrosas si se tiene alergia o si se sufre una picadura en la garganta. Merece la pena echar un vistazo antes de tomar una bebida dulce en la calle.
Los mosquitos pueden ser molestos en las zonas lacustres.
No importa si el viaje es largo o corto, hay que procurar contar con el seguro de viaje adecuado o, al menos, estar cubierto ante cualquier tratamiento médico de emergencia. Si el viajero no es ciudadano de la Unión Europea y su país no tiene acuerdos sanitarios recíprocos con Austria, no debe salir de viaje sin un seguro médico.
Hay que asegurarse de que el seguro cubra la repatriación por motivos médicos, el entierro o repatriación en caso de muerte, la búsqueda y el rescate, los gastos si hay que volver a casa por enfermedad o muerte de un pariente cercano, la responsabilidad civil y los gastos legales, la pérdida del pasaporte, la pérdida o llegada con retraso del equipaje, y los gastos debidos a cancelaciones.
Antes y durante el viaje recomendamos que cualquier información relacionada con seguridad, salud, trámites administrativos como la expedición de visados, etc. sea verificada con el Ministerio de Asuntos Exteriores del país del viajero.