10 lugares para viajar, ¡y hacer ejercicio!
Hacer ejercicio no tiene por qué ser aburrido, ni una pérdida de tiempo. En estos lugares se podrá activar algo más que las endorfinas.
1. Grouse Grind, North Vancouver (Canadá)
Los visitantes en busca de un poco de ejercicio en Vancouver suelen dirigirse al imponente rompeolas del Stanley Park. Y es lógico. Pero quien quiera una buena dosis de ejercicio por la montaña puede dirigirse a la North Shore y subir la Grouse Grind. Esta imponente pista, que asciende los 853 m del monte Grouse, cubierto de bosques, en solo 2,9 km de recorrido (y 2830 escalones) es conocida como “la máquina de step de la Madre Naturaleza”. Un novato suele tardar 90 min en subir (el récord son 25 min). Si se acaba roto, se puede bajar en el teleférico. Si no, se disfrutará viendo las caras de agotamiento mientras se desciende.
La ascensión es gratis, pero si se quiere registrar el tiempo oficial (y recibir una bolsa arriba), se puede comprar una Grind Timer Card en www.grousemountain.com.
2. Fourvière (Lyon, Francia)
Durante décadas Lyon ha sido una capital gastronómica mundial, y con motivo. La visita a la ciudad no está completa si no se exploran sus fogones (quizá repetidamente). Así que nada mejor para quemar tanto exceso (o abrir el apetito) que subir los cientos de escalones que hay de la Gare St Paul a la basílica Notre Dame de Fourvière. La majestuosa basílica es en sí mismo una recompensa, al igual que la panorámica sobre los ríos Ródano y Saône que surcan la ciudad. Y si aún se quiere más, siempre se puede deshacer el camino y repetir, o subir los numerosos escalones de la colina de La Croix-Rousse.
Información sobre visitas guiadas en www.fourviere.org.
3. Filbert Steps (San Francisco, EE UU)
Telegraph Hill, en San Francisco, es muchas cosas diferentes. Para algunos es el lugar donde se levanta la emblemática Coit Tower. Para otros es simplemente un lugar con buenas vistas de la bahía. Para los que disfrutan con un buen ejercicio de piernas, pulmones y glúteos, es el lugar donde se encuentran los Filbert Steps. Estos 377 estrechos escalones de madera suponen un ejercicio difícil de olvidar, por una ladera verde y entre casas de vivos colores. Incluso puede que se oiga el graznido de algún loro. San Francisco no es para perder el corazón: es para reforzarlo.
La base de los Filbert Steps está en el cruce de Filbert St y Kearny St.
4. Circuito de Mónaco (Mónaco)
Los 3,34 km del circuito de Mónaco quizá sean el trazado urbano más famoso del mundo. Los coches rugen por sus calles y atraviesan la famosa plaza del Casino de Monte Carlo desde 1929 y, aunque los pilotos de Fórmula Uno hoy en día no ven más que una imagen borrosa del lujo del principado durante la carrera, es fácil apreciar mucho más si se va corriendo (el número de vueltas lo decide cada uno). El corazón se acelerará como el de los pilotos: la ascensión por Avenue d’Ostende tras rodear Sainte Devote es muy escarpada. El premio puede ser un buen chapuzón en la Plage du Larvotto.
Se encontrará la parrilla de salida pintada en el Boulevard Albert 1er, sobre el complejo de piscinas del puerto. ¡A sus puestos!
5. Montaña de la Mesa (Ciudad del Cabo, Sudáfrica)
Gracias al espectacular teleférico, la ascensión a la montaña de la Mesa suele suponer únicamente un día de diversión para la mayoría de los visitantes a Ciudad del Cabo. Pero no todo el mundo se conforma. Habrá quien quiera subir haciendo un ejercicio que se saboreará mucho después incluso de que los músculos se recuperen. La garganta Patteklip, que divide la cara principal de la montaña en dos, es la ruta más directa. La escarpada pista asciende casi 700 m en solo 3 km.
La ruta de la garganta Patteklip empieza en Tafelberg Rd. Véanse consejos de seguridad e información sobre el parque en www.sanparks.org.
6. Arthur’s Seat (Edimburgo, Escocia)
Edimburgo es una de las ciudades más bonitas de Europa y también alberga uno de los mejores lugares para hacer ejercicio y disfrutar. En Holyrood Park, una pista de 8 km atraviesa el verde paisaje volcánico, ofreciendo a la vez unas vistas sublimes del castillo de Edimburgo, el Parlamento escocés y el mar. En otros puntos, entre salientes rocosos y amplios prados, parecerá que se está lejos de todo. El momento cumbre, literalmente, es la cima del Arthur’s Seat, a medio camino.
Se debe empezar desde el aparcamiento de Queen’s Drive, a 250 m del Holyrood Palace, al final de Royal Mile.
7. Central Park (Nueva York, EE UU)
Posiblemente la más conocida de todas las rutas urbanas para correr es el bucle de 2,5 km que rodea el Jacqueline Kennedy Onassis Reservoir del Central Park de Nueva York. El sendero, de ceniza, es blando, de modo que las rodillas no se resientan por el esfuerzo prolongado, pero las vistas del paisaje urbano pueden dejar a cualquiera sin aliento. Un momento estupendo para correr es al atardecer, cuando el sol poniente se refleja en los edificios y las luces de la ciudad se encienden con la llegada de la noche.
Hay que correr por el lado derecho de la pista y en dirección contraria a las agujas del reloj. Más información en www.centralpark.com.
8. Playa de Copacabana (Río de Janeiro, Brasil)
Hacer ejercicio y lucir palmito son dos actividades que se combinan espectacularmente en Copacabana. Para disfrutar del ambiente no hay como recorrer corriendo o patinando los 4 km de su paseo marítimo, que se convierten en 8 km (16 ida y vuelta) si se incluye Ipanema, al sur. Quien prefiera ejercitar los músculos, encontrará varias estaciones de ejercicio con barras de dominadas al aire libre por Copacabana. Y los más atrevidos siempre pueden medirse contra los cariocas en un partido de voleibol o fútbol. Lo que se enseñe –en forma de musculatura o de proezas deportivas– depende de cada uno.
Lo mejor es hacer ejercicio a primera hora, antes de que suba la temperatura. Aunque la playa se ilumina de noche, no es recomendable pasearse por allí cuando oscurece.
9. Ruta del Muro de Berlín (Berlín, Alemania)
Citando a Freddie Mercury: “¡Subíos a la bici y pedalead!”. Un buen lugar para hacer músculo y enriquecer la mente pedaleando es la Ruta del Muro de Berlín, de 160 km, itinerario bien señalizado y aderezado con interesante información histórica sobre el infame muro donde aprender sobre la división de Alemania, la construcción y la caída del Muro, y sobre las tragedias de quienes perdieron la vida intentando cruzarlo. La ruta está dividida en 14 tramos, que van de 7 a 21 km de longitud, a escoger.
Se puede llegar al inicio y al final de cada tramo en transporte público (la mayoría de ellos permiten el transporte de bicicletas). Más información en www.berlin.de/mauer/es/trazado.
10. Paseo Costa a Costa (Auckland, Nueva Zelanda)
Ellos lo llaman paseo, aunque es más bien una pista: 16 km de recorrido que atraviesan la ciudad de Auckland, desde el océano Pacífico al mar de Tasmania. Por el camino se encontrarán algunas de sus joyas arquitectónicas, y nada menos que cinco zonas volcánicas, algunas de ellas transformadas y convertidas en terrazas por los maoríes durante los últimos 600 años. La ruta empieza en Viaduct Harbour y acaba en Manukau. Forma parte del Te Araroa (Ruta Larga), de 3000 km, que recorre todo el país.
Se encontrarán mapas e información sobre el Paseo Costa a Costa en www.aucklandcouncil.govt.nz.