La mejor ruta por la Costa Brava en coche, moto o furgo
Este itinerario acerca al viajero al corazón de la Costa Brava y le permite conocer recónditas calas y enclaves históricos que a menudo se esconden tras grandes moles turísticas. Además, descubre una rica gastronomía marinera basada en los productos siempre frescos del Mediterráneo.
Itinerario por 11 imprescindibles de la Costa Brava
1. Lloret de Mar
Con más de 250 hoteles y pensiones y multitud de apartamentos y locales de ocio, Lloret de Mar en verano suele convertirse en una auténtica Torre de Babel, pero quien sepa ver más allá, descubrirá una localidad llena de rincones con encanto.
LLoret de Mar desde el Camí de ronda © atosf / Getty Images
A destacar en Lloret de Mar los jardines de Santa Clotilde situados sobre un acantilado con espectaculares vistas, creados por el paisajista Rubió i Tudurí imitando el Renacimiento italiano, el cementerio modernista con panteones de antiguos indianos, la iglesia de Sant Romà, gótica pero con vistosos elementos modernistas incorporados en 1916, o el Museu del Mar, ubicado en una antigua casa de indianos, que muestra la estrecha relación de Lloret con el mar.
Indicaciones para continuar la ruta por carretera
Desde el centro urbano, ir a buscar la carretera GI682 hasta Tossa de Mar. Total 11,6 km.
2. Tossa de Mar
En Tossa de Mar lo mejor es dejarse llevar por las callejas de la Vila Vella, recinto amurallado del s. XIII y único ejemplo de pueblo medieval fortificado que todavía existe en el litoral catalán. En su punto más alto se encuentra el faro de Tossa, justo en el lugar donde antiguamente se erguía un castillo. En el perímetro del recinto destacan las cilíndricas torres de Les Hores, d’Es Codolar y d’En Jonàs.
Callejas de la Vila Vella del recinto amurallado de Tossa de Mar © Jorge Franganillo / Flickr
Fuera de las murallas de Tossa de Mar está el barrio de Sa Roqueta, lleno de buenos restaurantes, y los restos de la villa romana dels Ametllers, del s. I a.C., de la que se conservan varios mosaicos; algunos pueden verse in situ y otros en el Museu Municipal, situado en el palacio del Batlle del Sac, que también muestra escultura, piezas de vidrio y pintura de autores como Marc Chagall, Emili Armengol, André Masson o Núria Llimona.
Indicaciones para continuar la ruta por carretera
Seguir por la carretera GI682, que llega a Sant Feliu de Guíxols por un recorrido muy sinuoso pero de gran belleza paisajística. Total 22,7 km.
3. Sant Feliu de Guíxols
La capital de la Costa Brava es una ciudad de aspecto señorial con una enorme riqueza monumental. Cabe señalar el monasterio de Sant Feliu de Guíxols, con su Porta Ferrada, auténtico símbolo de la localidad, la iglesia de la Mare de Déu dels Àngels y las torres del Corn y del Fum, una a cada lado de la fachada.
Casa Patxot de Sant Feliu de Guíxols © IMBiblio / Flickr
Dentro del recinto, merece la pena visitar el Espai Carmen Thyssen. Igual de importante es el legado modernista, fácilmente visible en el Casino La Constància, de aire mozárabe, o la Casa Patxot, que en su día acogió un observatorio astronómico.
Indicaciones para continuar la ruta por carretera
Tomar la carretera C65 (continuación de la ctra. de Girona); 4 km después, en la rotonda de Santa Cristina d’Aro, tomar la salida de la C250Z. Tras cruzar dicha localidad, en la siguiente rotonda, tomar la primera salida, la GIV6613, hasta el final, donde enlaza con la GIV6612; seguir hacia la derecha hasta Romanyà de la Selva y continuar para llegar a la Cova d’en Daina. Total 13,9 km.
4. Romanyà de la Selva
La ruta hace un desvío hacia el interior y, tras pasar por Santa Cristina d’Aro, llega a Romanyà de la Selva.
La Cova d'en Daina en Romanyà de la Selva © Josep Maria Viñolas Esteva / Flickr
Allí se debe visitar, a las afueras del pueblo, a 850 m, la espectacular Cova d’en Daina, un sepulcro megalítico de grandes dimensiones en forma de dolmen, con su entrada, pasillo y cámara, construido entre el 2700 a.C. y el 200 a.C.
Indicaciones para continuar la ruta por carretera
Continuar por la carretera GIV6612 durante 9,7 km hasta Calonge; allí tomar la C31 hasta la salida 324 hacia Palamós. Total 16,5 km.
5. Palamós
De vuelta a la costa se llega a esta villa con el más importante puerto pesquero de la zona; a la hora de ensalzar su prestigio, los mejores restaurantes de toda la Costa Brava aseguran que sus platos se elaboran con pescado fresco procedente de la lonja de Palamós. Habitualmente, a primera hora de la tarde de los días laborables los barcos amarran en el muelle, descargan su captura y poco después se realiza la tradicional subasta en la lonja del pescado, donde pueden verse la conocida gamba de Palamós, de color rojo intenso. El Museu de la Pesca, que suele organizar visitas a la subasta del pescado, muestra además el pasado, presente y futuro de la pesca en toda la Costa Brava. Y en la 1ª planta de la lonja se encuentra el Espai del Peix, con una aula gastronómica, talleres de cocina y un show cooking.
Pescadores en el puerto de Palamós © Ramon Huguet / Flickr
Tras ver los barcos y la subasta, lo mejor es pasear por el Passeig del Mar y por el casco antiguo, con la iglesia de Santa Maria (s. XV) y la capilla del Carme (s. XVII), e ir ojeando un restaurante para cenar; la oferta gastronómica es amplia y abunda la calidad.
Indicaciones para continuar la ruta por carretera
Desde el centro de Palamós, dar media vuelta hasta alcanzar de nuevo la carretera C31, continuar hasta Mont-ras; girar a la derecha hacia el centro de Palafrugell. Total 10,5 km.
6. Palafrugell
Aunque la siguiente cita es Palafrugell, justo antes de llegar, vale la pena cruzar lentamente el pequeño pueblo de Mont-ras, con masías perfectamente restauradas. Luego, ya en Palafrugell, llaman la atención en pleno centro la iglesia de Sant Martí, con su inacabado campanario conocido popularmente como dit gros de pedra, y las calles comerciales que la rodean, como el Carrer Cavallers y la Plaça Nova.
Entrada al Museu del Suro de Palafrugell © Pitu Garcia Batlle / www.museudelsuro.cat
Palafrugell tiene un riquísimo pasado centrado en la industria del corcho, que se puede descubrir en el Museu del Suro, situado en una antigua fábrica de corcho. Pero tal vez por lo que más se conozca esta localidad es por uno de sus hijos más ilustres, el escritor Josep Pla (1897-1981), autor de conocidas obras en catalán como Homenots o El quadern gris.
Indicaciones para continuar la ruta por carretera
Ir a buscar la GIV6546 que lleva directamente a Calella de Palafrugell. Total 4,4 km.
7. Calella de Palafrugell
Nuevamente frente al mar, es hora de descubrir algunas de las calas más bellas de toda la Costa Brava. Al llegar a Callella de Palafrugell, hay que bajar por el Carrer de les Voltes, con antiguas casas porticadas, hasta el pequeño Port de Calau.
Casas porticadas frente al mar en Callella de Palafrugell © Josep Enric / Flickr
Y si uno quiere darse un chapuzón, puede escoger entre las pequeñas playas de Canadell, Port Pelegrí, Conill, Platgeta, D’en Calau, Golfet, Port Bo, Port de Malaespina y Sant Roc, a cual más fascinante. Yendo un poco hacia el sur se encuentra el enorme Jardí Botànic de Cap Roig.
Indicaciones para continuar la ruta por carretera
Desde Av. Joan Pericot, seguir hasta Plaça Doctor Trueta y después por Carrer Lluís Marquès Carbó, ya en Llafranc. Para continuar hacia el faro de Sant Sebastià, ir a buscar Passeig Pau Casals. Total 2, 1 km.
8. Llafranc
La sucesión de calas lleva hacia el norte hasta Llafranc, pequeño pueblo que aún conserva algunas casas de la década de 1920.
Calas de Llafranc © Jorge Franganillo / Flickr
Y desde allí, subiendo una pequeña y sinuosa carretera, en menos de 2 km se llega al faro de Sant Sebastià, uno de los más potentes del litoral catalán (su luz alcanza 32 millas náuticas) y con unas de las vistas más espectaculares de toda la Costa Brava.
Indicaciones para continuar la ruta por carretera
Desde el faro de Sant Sebastià volver a Palafrugell (seguir Carrer Colon hasta el final y girar a la izquierda por la carretera GI6542). Al entrar en Palafrugell, girar a la derecha por Av. Pompeu Fabra hasta el final; enlazar con la GIP6531 hacia la derecha, que pasa por Esclanyà y llega a Begur. Total 12,3 km.
9. Begur
Este pueblo de intrincadas callejuelas está presidido por un cerro donde se levantan los restos del Castell de Begur, del s. XI, desde el que se alcanzan vistas excepcionales. Paseando, llaman la atención las casas señoriales ochocentistas de indianos, construidas en el s. XIX por begurenses que hicieron fortuna en Cuba, y cinco antiguas torres de defensa (Can Marquès, Sant Ramon, Hermanac de Can Pi, Pella i Forgas, Mas Mauri de Vall), todas ellas circulares, con alturas que van de los 12 a los 20 m, construidas en su día para repeler ataques de piratas.
Panorámica de Begur © Albert Torelló / Flickr
A las afueras, junto a una sexta torre de defensa, se encuentra el Mas d’en Pinc, que perteneció a la bailarina flamenca Carmen Amaya (hoy la masía se ha reconvertido en un espacio medioambiental). El municipio está enclavado en el macizo de Begur, un conjunto de colinas que caen en picado sobre el Mediterráneo, formando calas entre acantilados rocosos. Por ello, tras visitar el núcleo antiguo hay que subir al coche para descubrir las calas de Aiguablava y Sa Tuna, antiguos barrios de pescadores hoy convertidos en enclaves turísticos, Sa Riera y Aiguafreda, que conservan un cierto encanto de rincón salvaje, e Illa Roja, con una playa nudista de renombre internacional.
Indicaciones para continuar la ruta por carretera
Tomar la carretera C31 hacia Pals. Total 8,1 km.
10. Pals
También sobre una colina, el núcleo antiguo de Pals, de origen gótico, constituye uno de los conjuntos históricos y arquitectónicos más importantes y armoniosos de Cataluña. El propio Josep Pla dijo: “Pals no merece una visita, sino cien visitas, porque su ubicación ofrece la posibilidad de ver uno de los paisajes más bellos e inolvidables del país”.
Calles empedradas de la Vila Medieval de Pals © Toni Marti / Flickr
Aquí lo mejor es pasear por el recinto amurallado, perdiéndose por las calles empedradas de la Vila Medieval, e ir descubriendo, superpuestos, los estilos románico, gótico y barroco en muchos de sus rincones. En este paseo, son de visita imprescindible la Plaça Major, la iglesia de Sant Pere, gótica pero con una puerta barroca, la Torre de les Hores, que sobresale arrogante sobre el conjunto, y el arco gótico de salida del recinto amurallado. Extramuros se encuentra el Museu Casa de Cultura Ca la Pruna, instalado en una casa fortificada de los ss. XV-XVI. Para los amantes de la buena gastronomía, en Pals se produce un arroz de gran calidad y textura singular.
Indicaciones para continuar la ruta por carretera
Continuar por la carretera C31 hasta Torroella de Montgrí. Total 9,6 km.
11. Torroella de Montgrí
Esta ruta por carretera termina en Torroella de Montgrí, que se extiende a los pies de la enorme mole gris que forma el macizo de Montgrí, en los límites entre las comarcas del Alt y Baix Empordà, coronado por un castillo del s. XII inacabado (desde Torroella parte un empinadísimo camino que asciende hasta la fortaleza).
Vista del Castillo del Montgrí desde Torroella de Montgrí © Jordi Domènech i Arnau / Flickr
El núcleo antiguo de la villa, que conserva un cierto aire medieval, está formado por callejuelas estrechas y desordenadas, viejas casas y palacetes, la porticada Plaça Major, de estilo gótico-renacentista, la capilla de Sant Antoni, barroca, la iglesia de Sant Genís, gótica con una portada barroca, y el antiguo Palau Reial, un viejo castillo convertido en residencia real primero y reconvertido en hotel-restaurante. De las murallas que rodeaban Torroella de Montgrí subsisten la Torre de les Bruixes y el portal de Santa Caterina.
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