Canberra, Australia, Best in Travel 2018
A pesar de sus monumentos nacionales y los viñedos que la rodean, Canberra siempre queda en segundo plano comparada con las principales ciudades de Australia, sin embargo, los críticos con Canberra empiezan a cambiar de opinión ahora que su panorama culinario se merece una visita.
Los campos y los viñedos bien cuidados que rodean Canberra sitúan el producto fresco al pie de la ciudad. El elevadísimo nivel de calidad del café, los cócteles y la comida gourmet han nutrido un sector gastronómico muy exclusivo. Desde productos frescos hasta cocina de fusión, a continuación, presentamos cuatro maneras de disfrutar del panorama culinario emergente de Canberra, la capital (también gastronómica) de Australia.
Lo que hay que saber sobre el café de Canberra
Se sabe que los australianos son expertos en café, pero Canberra sube un peldaño por encima; y eso es algo que se puede saborear en Braddon, un barrio interior del norte adorado por gourmets y por los ‘instagramers’ que retratan comida. Es buena idea empezar con un aterciopelado flat White (café con leche muy corto de leche) en Barrio, donde se presta tanta atención a la leche como al grano de café (solo usan leche local del día, u horchata elaborada por ellos).
Por encima de Barrio en cuanto a perfeccionismo se halla Ona Coffee. Está tan especializado que incluso informa a los clientes de qué café es mejor para combinar con la leche (y se niegan a echar leche en los cafés ‘que no van con leche’; porque sería malograr el café). De las sucursales de Ona, The Cupping Room recibe un montón de elogios, pero también destaca Manuka, que sirve variedades sedosas con brunchs moderno-rústicos como el tabulé de pollo con quinoa o las setas silvestres con el sabor fuerte del requesón de queso de cabra.
Los carbohidratos son esenciales para compensar las dosis de cafeína, y tratándose de Canberra, ello se traduce en pan artesanal. Se puede ir a Silo Bakery, proveedor de la mejor masa fermentada de la ciudad, o al premiado Three Mills, que hornea panes con nueces, pasas o naranja.
Ciudades ‘superfood’: comida urbana saludable
Nutrir cuerpo y alma en restaurantes de Km 0
Con una frontera tan diluida entre el campo y la ciudad, la cocina de Km 0 está de moda en Canberra, y eso se nota a todos los niveles, desde en los cafés económicos hasta en los restaurantes selectos.
En la franja económica destaca toda una institución canberrana, Food Co-op Shop; mitad tienda ecológica, mitad café integral. Es una cooperativa con décadas de historia que siempre ha peleado por servir comida saludable a precios asequibles para los estudiantes. Sus tartas crudas y sus almuerzos veganos son una experiencia comunitaria. Se puede comprar maíz dulce o calabacines sin pesticidas (y sin envasar).
Mocan & Green Grout, en la zona de restauración de NewActon, es más elegante. Sus brunchs equilibrados se elaboran con productos locales, igual que su hermoso filete tártaro, con ingredientes comprados en la misma calle. Incluso los comensales más escrupulosos se atreverían a probar este plato de carne cruda y huevo.
Farmhouse, 7 km al este de Canberra, ofrece un entorno más verde. Las hortalizas se recogen del huerto, y la carne es local, pero sirve comida de Km 0 con un toque chic europeo: paté de pato, ensaladas con rábanos cortados tan finos como pétalos de rosa, y filetes a la salsa bearnesa.
Los vinos de las bodegas locales
Helm Wines, 40 km al norte de la ciudad, colecciona adeptos por su riesling de aroma cítrico. El viñedo familiar lo dirigen descendientes de generaciones de viticultores procedentes de Renania (la cuna alemana de la uva riesling). Como mejor se saborean los premiados vinos de Helm es en la sala de catas de la bodega, del s. XIX, una antigua escuela.
Helm es una de las joyas de la corona de bodegas de Murrumbateman, una vieja ciudad minera y cultivadora de trigo antaño adormilada que se ha convertido en un epicentro vinícola de estilo boutique. Otra parada interesante es Murrumbateman Winery, fundada durante el boom del vino de los años 70. Si acompañar su riesling seco, con aroma a manzana, con una tabla de quesos suena como un cliché, la bodega también sirve scones.
El shiraz local también es muy elogiado en la región vinícola de Canberra. Es buena idea visitar Yarrh Wines, en territorio rural, 7 km al noreste de Murrumbateman. Sus vinos shiraz tienen mucho cuerpo, son de pequeña producción y tienen más sabor gracias a sus prácticas eco-conscientes (como una bodega subterránea que enfría de forma o un diseño solar pasivo).
El problema de las bodegas de las afueras es que hay que visitarlas en coche. Por suerte, en la misma ciudad, está Canberra Wine House que cuenta con los mejores vinos de la región, como el floral pinot gris de Lerida Estate o el apimentado shiraz de Four Winds. Así, si alguien se toma una copa de más, siempre podrá volver al hotel en taxi.
Maridar cócteles y cocina de fusión
A juego con la comunidad diplomática y expatriada de Canberra, el panorama culinario es una amalgama de cocinas internacionales. La desventaja es que algunos restaurantes justifican sus elevados precios con una presentación exagerada y un servicio estirado. Sin embargo, son muchos los restaurantes que dan en el clavo, y tratándose de una ciudad tildada de mojigata, algunos de ellos son bastante ‘traviesos’.
Jones & Co, de estilo industrial, ofrece el ambiente clásico de Canberra, con barras de mármol tan pulidas como el servicio. El ceviche de caballa y las ostras salen de la barra, y los platos para compartir de nécoras y ñoquis al queso azul entretienen a los comensales durante horas.