Viajes cálidos para el frío invierno

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Costa de Andamán, Tailandia

Viajar en invierno en búsqueda del sol

Todavía nos quedan unos meses para sacudirnos el frío y empezar a pensar en las vacaciones de verano, pero el mundo es muy grande y hay lugares que viven ahora su mejor y más cálido momento. Son rincones perfectos para escaparse ahora, desde la costa de Índico en Kenia hasta las exóticas islas tailandesas, pasando por destinos tan cálidos como Río de Janeiro en su época de carnavales.

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Cartagena de Indias, Colombia © Gary C / Shutterstock
 Cartagena de Indias, Colombia © Gary C / Shutterstock

Colombia, literatura y naturaleza

El invierno del hemisferio norte es el mejor momento para explorar este diverso país que se ha convertido en uno de los más fascinantes de Latinoamérica; además en enero y febrero se puede disfrutar con un tiempo cálido y seco. Es la época del Hay Festival (25 al 28 de enero), que aporta lustre literario, con la presencia de autores de renombre por los callejones adoquinados de Cartagena de Indias. Pero esta belleza caribeña no es el único lugar con encanto; Bogotá, la capital, presume de su barrio colonial, la Candelaria, y las plantaciones de café de las altiplanicies centrales muestran formas de vida tradicionales en haciendas y granjas. Para remontarse aún más en el tiempo, nada mejor que visitar el norte de la Sierra Nevada de Santa Marta e iniciar una caminata de cuatro días hasta la Ciudad Perdida, levantada por los taironas hace un milenio.

 

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Río Ayeyarwady, Myanmar © Avigator Thailand / Shutterstock
 Río Ayeyarwady, Myanmar © Avigator Thailand / Shutterstock

Myanmar, templos dorados y cruceros fluviales

Otra buena opción invernal es tomar un avión y aterrizar en el otro lado del mundo, en un lugar exótico como Myanmar para embarcarse en un crucero por el río Ayeyarwady y explorar los templos de Bagan bajo el sol.

Myanmar es quizá el país más cálido de Asia, no por su clima, sino por la sonrisa de su gente. Hay lugares de increíble belleza, como el dorado Shwedagon Paya en la antigua capital, Rangún, y fotos que se recordarán toda la vida, como las de los carros tirados por ponis, las fresas de la estación de montaña Pyin U Lwin, o los templos y pescadores remando con las piernas en el lago Inle.

La carretera a Mandalay no es una cinta de asfalto sino de agua: el río Ayeyarwady (Irawadi) serpentea entre Rangún y la antigua capital real, con el máximo caudal en enero. Se puede disfrutar de un crucero fluvial por paisajes rurales, pueblos y yacimientos antiguos, pero ninguno será tan impresionante como el de la vasta llanura de Bagan, salpicada con miles de stupas, pagodas y templos.

 

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Yoga en Varkala, Kerala, India © Pikoso / Shutterstock
 Yoga en Varkala, Kerala, India © Pikoso / Shutterstock

Kerala (India), playas y sesiones de yoga

Nada mejor en invierno que unos días de relajación para reconciliarse con uno mismo y con el mundo. Algo que se logra, por ejemplo, con unas sesiones de yoga en “el país de Dios”, bajo el sol invernal de Kerala.

En las dos últimas décadas, las playas de Varkala y Kovalam, apacibles reductos de pescadores y devotos hinduistas, han pasado de ser centros de mochileros a convertirse en sede de auténticos resorts con exclusivos hoteles. Sin embargo, aún quedan serenos tramos de arena y uno puede elegir entre fiestas trance, hoteles de moda y alojamientos en viviendas particulares. Tras los excesos navideños, Kerala permite hacer balance y depurar el cuerpo en un centro de yoga, explorar remotos enclaves en una barcaza para transportar arroz, o buscar aire fresco y avistar fauna salvaje en las laderas boscosas y plantaciones de té de los ghats occidentales.

 

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Costa de Andamán, Tailandia © Giorgio Fochesato / Getty Images
 Costa de Andamán, Tailandia © Giorgio Fochesato / Getty Images

Costa de Andamán (Tailandia), sol y buceo

Sin abandonar el continente asiático, también se puede escoger una playa para simplemente empaparse de sol y bucear en días cálidos y secos. Por ejemplo, en la costa de Andamán, en Tailandia, donde además los viajeros llegan para disfrutar de unas copas al atardecer y de los buenos (y picantes) platos tailandeses.

Pero la costa suroeste de Tailandia ofrece mucho más durante la breve estación seca (de diciembre a marzo). Los fotogénicos afloramientos kársticos en torno a Krabi atraen a escaladores de todos los niveles, y los jardines de coral y restos de naufragios ofrecen buen buceo con tubo y submarinismo: Richelieu Rock (cerca de la frontera con Myanmar) y Hin Daeng, frente a Ko Lanta son quizá las dos mejores zonas del país. Con playas de arena blanca e idílicas islas en casi todo el litoral y una amplia variedad de alojamiento –desde chozas de mochileros en Phi Phi a exclusivos resorts en Phuket– la oferta de sol, mar y arena puede ser tranquila o fiestera.

 

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Delta del Okavango, Botsuana © Nicky Classen / Lonely Planet
 Delta del Okavango, Botsuana © Nicky Classen / Lonely Planet

Botsuana, safaris y lujo

Ahora toca dar un salto al hemisferio sur donde se vive el verano. ¿Por qué no aprovechar para descubrir el sur de África? Botsuana, donde se puede disfrutar de un safari de lujo a precio reducido en la ‘estación verde’, es una interesante opción.

El país ofrece algunas de las experiencias de vida salvaje más memorables del mundo: avistar fauna mientras se desliza en un mokoro (piragua) por los canales interiores del delta del Okavango, o maravillarse ante enormes manadas de elefantes y búfalos en el Parque Nacional de Chobe.

Su política de turismo selecto y elevados costes se traduce en los safaris de los más caros del planeta. La eufemística ‘estación verde’ (de noviembre a abril), hace bajar los precios hasta un 40%, y aunque son habituales las tormentas a media tarde, es improbable que llueva todo el día. Como abundan las aves migratorias con sus crías y los depredadores que andan tras ellas es un gran momento para avistar fauna salvaje.

 

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Wellington, Nueva Zelada © Victor Maschek / Shutterstock
 Wellington, Nueva Zelada © Victor Maschek / Shutterstock

Wellington (Nueva Zelanda), buen clima y actividades

Justo en las antípodas, se puede disfrutar de los meses más cálidos en Nueva Zelanda. En su capital, Wellington, se disfruta del raumati (verano en maorí) y desde el día de Año Nuevo la ciudad se llena de acontecimientos, como los conciertos gratuitos del Botanic Garden y el Pasifika Festival anual, dedicado al arte, la música y la gastronomía de esta región del Pacífico. A todo ello hay que añadir atractivos tradicionales, como los mejores museos y galerías del país (en especial Te Papa Tongarewa, auténtica caja de tesoros), y la reserva ecológica Zealandia, así como una excelente climatología para explorar las playas de la península de Miramar y las boscosas colinas que rodean la ciudad.

Además, un buen número de los mejores restaurantes del país, museos, galerías, tiendas, bares y restaurantes mantienen al visitante ocupado durante días, y en los alrededores puede disfrutarse de experiencias periféricas como los circuitos de las bodegas.

 

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Costa Banjul, Gambia © Ignacio Alvarez Neches /Lonely Planet
Costa Banjul, Gambia © Ignacio Alvarez Neches / Lonely Planet

Gambia, sonrisas y fauna

Sin cambiar de huso horario, uno puede escapar al África más auténtica: Gambia, un país que ahora disfruta de sus días más largos, secos y agradables. En este país africano, que cuenta con una generosa costa atlántica y un interior salvaje, no hace frío. Las temperaturas máximas son de 30-34°C, y de noviembre a mayo se puede disfrutar de sus hermosas y solitarias playas con apenas lluvia, una baja humedad, pocos insectos, 10 horas diarias de sol y una deliciosa brisa marina. Hay más alicientes si se apuesta por este enclave, tranquilo y acogedor, conocido como “la costa de la sonrisa”. Se recomienda explorar el interior y recorrer en piragua los afluentes del río Gambia, flanqueados por manglares, para ver cómo los pescadores lanzan sus redes. O adentrarse algo más para visitar el Proyecto de Rehabilitación de Chimpancés, donde más de cien monos habitan varias islas.

 

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Msambweni, costa Índico, Kenia © George Clerk 176251/ Getty Images
 Msambweni, costa Índico, Kenia © George Clerk 176251/ Getty Images

Costas del Índico (Kenia), parques naturales y relax

Kenia no solo significa safari: si se visita la costa del Índico en enero y febrero se descubrirá que el clima es cálido y el mar está precioso. En un país con algunos de los parques naturales más grandes del mundo, puede que se pase por alto su litoral, pero la costa del océano Índico de Kenia no es de segunda categoría. La fina arena de sus playas, de un blanco cegador, el mar, de un cristalino azul claro, los veleros árabes, las palmeras y las mujeres con vistosos kangas lo convierten en una tarjeta postal.

En la costa también está la cultura suajili, que ponen de manifiesto las casas árabes de Mombasa y los típicos y aromáticos curris de marisco. La mayoría de hoteles son discretos, apartados y relajantes. Es un sitio ideal para hacer buceo de superficie y submarinismo, sobre todo en enero y febrero, pues hay mucha visibilidad en el agua. También es la época de migración de los tiburones ballena y resulta fácil avistarlos.

 

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Sambódromo, carnaval de Río de Janeiro, Brasil © Celso Pupo / Shutterstock
 Sambódromo, carnaval de Río de Janeiro, Brasil © Celso Pupo / Shutterstock

Río de Janeiro (Brasil), samba y carnavales

Y llega el momento de relajarse, dejarse llevar y disfrutar a tope… ¿Dónde? Pues no se encontrará sitio mejor que el carnaval de Río, una fiesta única en el mundo. Dos millones de personas cubiertas de lentejuelas bailan a ritmo de samba en una de las ciudades más hermosas del mundo; difícilmente una celebración podría ser más luminosa, atrevida, ruidosa o inolvidable.

Para algunos, sumarse a esta melé es una pesadilla, pero para otros es algo que hay que vivir antes de morir. Es básico reservar con antelación y decidir cómo participar: se puede ocupar un asiento en el Sambódromo para ver los desfiles, aprender a bailar samba para ser parte del espectáculo o unirse a los blocos (fiestas en la calle).

También se puede disfrutar de otros carnavales, como el de Salvador, con influencias africanas, las fiestas callejeras de Recife y Olinda o el de São Paulo, similar al de Río pero menos turístico. En el 2018, el domingo de carnaval se celebrará el 11 de febrero.

 

En el libro Adónde y cuándo, de Lonely Planet y geoPlaneta, se encontrará qué hacer en cada momento del año y en cualquier rincón del planeta.