Pasajeros, al tren: rutas ferroviarias panorámicas por Grecia
Al pensar en un viaje en tren, Grecia no es el primer país que viene a la mente. La relativamente limitada red ferroviaria del país hace que no figure en ninguna lista de ‘viajes épicos en tren’, y por eso un buen número de sus maravillosas –aunque breves– rutas ferroviarias siguen siendo desconocidas para la extensa comunidad viajera apasionada por los trenes.
Con tan solo un puñado de conexiones internacionales y una única línea que va de Atenas a la frontera norte de Grecia, los ferrocarriles griegos han sufrido de la falta de inversión y abandono durante décadas. Sin embargo, las cosas han empezado a cambiar recientemente a medida que el país reconoce el tren como un sistema de transporte respetuoso con el medioambiente, eficiente y emocionante.
La electrificación de la línea principal, la construcción de doble vía y la mejora de vagones y máquinas hacen que los viajes en tren sean ahora más rápidos, además de más fiables y cómodos. No obstante, para los auténticos aficionados a los trenes todavía existen algunos trayectos cortos fuera de la red ferroviaria principal del país donde la velocidad y la eficiencia importan menos que el puro placer del viaje.
El histórico tren de Pelión ha vuelto a cobrar vida como atracción turística en Grecia © fritz16 / Shutterstock
1. La línea de tren de Pelión
El trenaki (trenecito) de Pelión fue construido por el padre de Giorgio de Chirico, destacado ingeniero de finales del s. XIX. Conectaba Volos (localidad donde nació el artista en 1888) y Milies, un pintoresco pueblo de la montaña de Pelión, la mítica tierra de los kentavri (centauros).
En la década de los noventa este tren se recuperó como atracción turística, aunque la máquina de vapor que arrastraba sus cuatro vagones fue sustituida por una máquina diésel en el 2010. En la actualidad el servicio solo opera en el tramo de 15 km entre Ano Lehonia y Milies, pero la magia del viaje sigue intacta. La vía, de 60 cm de ancho, es una de las más estrechas del mundo y la velocidad a la que circula el tren, de tan solo 20km/h, permite disfrutar de una ruta agradable y envolvente en pleno corazón de una de las montañas más bellas de Grecia.
La naturaleza prístina, con espesos bosques de plátano, roble y pino; con puentes de piedra y de hierro de otras épocas, y espectaculares vistas al golfo Pagasético hacen de este trayecto de 90 minutos una absoluta delicia para los amantes de los viajes en tren y de la naturaleza.
El tren circula todos los sábados y domingos del año, y a diario durante el mes de agosto (sale de Ano Lehonia a las 10.00 y regresa de Milies a las 15.00); en temporada de vacaciones y épocas punta hay servicios extras. El billete de ida y vuelta cuesta 18/12 € para adultos/niños.
Más información de la ruta en tren por Grecia, Pelión, aquí.
El antiguo vagón del Odontotos ha sido sustituido por una versión moderna en la ruta del Peloponeso norte, Grecia © PitK / Shutterstock
2. El tren cremallera Diakofto-Kalavryta
Prodigio de la tecnología en la época de su inauguración, en 1896, el tren cremallera –u Odontotos, como es ampliamente conocido– conecta la pequeña localidad costera de Diakofto, en el Peloponeso norte, con Kalavryta, un pueblo de montaña con una rica historia y uno de los resorts de esquí más populares de Grecia.
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Este pequeño tren moderno sube desde el nivel del mar hasta una altura de 750 m por la garganta de Vouraikos. El ascenso es tan empinado que en algunos puntos debe utilizar el mecanismo de cremallera y los piñones del motor y la vía, siendo una de las pocas vías del mundo que cuenta con este sistema. El trayecto, de 22 km, atraviesa parajes naturales espectaculares, bosques frondosos, cascadas y túneles, y dura una hora y diez minutos. Es posible solicitar paradas en algunos puntos de la ruta. Si el tiempo lo permite, muchos pasajeros optan por llegar a Diafkoto andando a lo largo de la vía, una excursión tonificante de entre cuatro y cinco horas de duración.
Hay tres servicios diarios entre semana y cinco los fines de semana y festivos. El billete de ida y vuelta cuesta 19/9,60 € para adultos/niños.
Más información de la ruta en tren por Grecia, Diakofto-Kalavryta, aquí.
La ruta que va a Olympia, del s. XIX, es uno de los recorridos en tren más bonitos de toda Grecia © CoinUp / Shutterstock
3. Tramo de tren con historia: Olympia-Pyrgos-Katakolo
Desafortunadamente, el único tramo operativo que se conserva de la impresionante red ferroviaria del Peloponeso –aparte del Odontotos– es la línea que conecta el pequeño y cautivador puerto de Katakolo, en el Peloponeso occidental, con la antigua Olimpia a través de la ciudad de Pyrgos. Inaugurada en 1882, fue la primera línea que se construyó fuera de Atenas, ideada para impulsar el comercio y la exportación de productos locales (pasas, principalmente).
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En la actualidad esta es posiblemente la ruta más bella a uno de los yacimientos arqueológicos más importantes que alberga Grecia, y el lugar donde nacieron los Juegos Olímpicos. Las ruinas sagradas repartidas entre la prolífica vegetación y un ambiente que respira historia y mitos convierten esta ruta en una evocadora expedición que nadie debería perderse. Por fortuna, el turismo ha insuflado una nueva vida y mucha popularidad a esta línea, y tras décadas de abandono, las autoridades locales y los Ferrocarriles Griegos tienen previsto mejorar la vía y los servicios.
Hay un viaje de ida y vuelta entre Katakolo y Olympia cada mañana, y tres entre Pyrgos y Olympia, excepto los domingos y festivos. Dicho esto, también se ofrecen servicios extra cuando atracan cruceros en Katakolo, para los cruceristas que deseen visitar el antiguo yacimiento durante el día. El billete de ida y vuelta del trayecto entero (45 min) cuesta 10 €.
Más información de la ruta en tren por Grecia, Olympia-Pyrgos-Katakolo, aquí.
El viaje en tren a lo largo del río Nestos rebosa belleza natural, Grecia © fritz16 / Shutterstock
4. Tramo de tren junto al río Nestos: Stavroupoli-Toxotes
A diferencia de todas las rutas anteriores, este breve pero bellísimo tramo ferroviario forma parte de la principal red del país, en la línea que conecta Tesalónica con Alejandrópolis, pero también es un destino interesante por sí mismo.
Entre los asentamientos de Stavroupoli y Toxotes las vías se separan de la autopista y siguen su propia ruta majestuosa a través de las montañas y los estrechos del Nestos, un río que desciende plácidamente desde Bulgaria por un valle de inmensa belleza. Toda esta área forma un parque nacional protegido por convenciones medioambientales internacionales, además de ser un valioso ecosistema de humedal donde viven águilas, aves acuáticas, nutrias, caballos salvajes y otros animales menos comunes.
Lástima que el cruce de los estrechos a lo largo del sinuoso arroyo y a través de antiguos túneles de piedra solo dure unos pocos minutos, aunque los maquinistas de los trenes locales estarán encantados de parar si se les pide y apear a los pasajeros que así lo deseen en la pequeña y encantadora estación del pueblo abandonado de Livera, en pleno corazón del verde valle.
En Toxotes se puede organizar alojamiento, excursiones, y salidas a caballo y en kayak; y el delicioso casco antiguo de Xánthi, con sus carismáticos callejones y su estilo otomano, está a pocos minutos de distancia con el mismo tren.
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