Magia para dos en Jordania
Puede que, a primera vista, Jordania no llame la atención como destino de escapadas románticas, pero debería. Su cálida hospitalidad, las exquisitas puestas de sol, el sinfín de aventuras al aire libre y unos paisajes de ensueño crean un ambiente mágico donde vivir momentos inolvidables en pareja.
Estas son 9 de las actividades más recomendables para disfrutar Jordania en pareja
1. Relax en el Mar Muerto
Tras una intensa ruta de senderismo o un día entero explorando ruinas antiguas, lo mejor es relajarse. Para ello, una buena idea es reservar una habitación con vistas al mar en uno de los hoteles 5 estrellas que hay frente al Mar Muerto, o pasar la noche en el vecino Ma’in Hot Springs Spa, con una amplia selección de opciones para relajarse y a tan solo 15 min del punto más bajo de la Tierra. Para disfrutar de un tratamiento natural para la piel no hay nada como bañarse en sus serenas aguas termales o cubrir la piel con barro rico en minerales y dejarse flotar en el mar. Un masaje para dos permite compartir un rato de tranquilidad y relax; y después es buena idea contemplar la puesta del sol desde el Panorama Complex y brindar por un día perfecto en el paraíso.
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2. Comer o tomar unas copas en las azoteas de Ammán
Compartir una comida o unas copas en una azotea es una experiencia elevada, literalmente. Si se le añaden vistas estelares de antiguas ruinas y la bellísima transición de los colores del ocaso a las luces urbanas titilantes que brillan por toda Ammán, la montañosa capital de Jordania, se obtiene la receta perfecta para una noche romántica en la ciudad. La mejor manera de comenzar un viaje a Jordania en pareja es catando sus delicias en las azoteas de Ammán a base de café o cócteles, de sabores locales o cocina internacional, en un ambiente desenfadado o en uno exquisito, porque la ciudad tiene de todo. Es buena idea empezar o terminar la noche en Cantaloupe, cerca de Rainbow St, en Jebel Amman, con un ambiente casual-chic, happy hour y amplias vistas a la Ciudadela desde su terraza de dos niveles. Es el lugar perfecto para probar el vino jordano admirando la puesta del sol sobre el casco antiguo.
3. Huir del gentío y regalarse los sentidos en el norte de Jordania
Para dar esquinazo a las multitudes lo mejor es esquivar Petra y poner rumbo al norte. Beit Al Fannan, una cautivadora pensión en las colinas con vistas al valle del Jordán y a las antiguas ruinas de Pella, aguarda al viajero. Antaño refugio creativo de un artista jordano, hoy invita a los visitantes a disfrutar de un viaje sensorial, animándoles a explorar dentro y fuera de los muros de esta casa construida a mano y más allá, hasta la histórica pero adormilada localidad de Tabaqat Fahl. El aroma de un desayuno árabe tradicional –elaborado con ingredientes locales frescos y servido en la terraza con vistas al valle– despertará suavemente al viajero.
Tras el desayuno se puede pasar un rato tranquilo contemplando la gran cantidad de libros, pinturas e historias que alberga Beit Al Fannan o creando arte propio con los materiales que ofrece el lugar. Después es buena idea saborear la tranquilidad de un paseo por la antigua ciudad de Decápolis, justo enfrente y sin apenas turistas; y si todavía quedan fuerzas y curiosidad, se puede ir de excursión cogidos de la mano por los senderos naturales de la zona, donde pastan las ovejas y el perfume de los pinos envuelve cada paso. Al caer la noche, lo mejor es arremolinarse frente a la chimenea con una infusión antes de encender las velas que rodean la cama al aire libre y disfrutar de una copa de vino jordano y de la placidez de un lugar tan especial, abrazados bajo el cielo estrellado.
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4. Salir de la zona de confort a caballo
Si a uno le cuesta expresarse, solo o en pareja, no hay nada como una sesión de terapia equina con Sandra Jelly y sus caballos de Wadi Rum para resolver mano a mano cualquier misterio. Los caballos son criaturas muy sensibles, y poseen la capacidad de reflejar de inmediato las emociones y los pensamientos íntimos de quien los monta. Permitir que aflore la vulnerabilidad con los caballos y en pareja crea una oportunidad para trabajar cualquier escollo emocional de la relación y reforzarla. Estas experiencias equinas pueden ser muy personales, por lo que se recomienda reservar una sesión privada para dos personas.
5. Cenas muy íntimas
Algunas de las actividades más románticas de Jordania son las que no se ven anunciadas por la calle y solo necesitan un poco de preparación previa. No hay nada como sorprender al ser querido reservando una cena especial preparada por un chef particular en un paraje de ensueño, ya sea un jardín o la orilla del mar en el Kempinski Hotel Ishtar Dead Sea. Y si alguien desea pedir matrimonio con una cena memorable en el sur de Jordania, que confíe en los circuitos personalizados de In2Jordan y Experience Jordan, por ejemplo, para disfrutar de una mesa para dos bajo la luz de las velas en playa de Aqaba, en el desierto de Wadi Rum, o incluso en una cueva de la Ciudad Perdida de Petra.
6. Conectar con la naturaleza –y la pareja– en la Jordan Trail
La diversidad territorial de Jordania y su sinfín de senderos excursionistas invitan a calzarse las botas de montaña, abandonar las distracciones de la vida cotidiana y concentrar toda la atención en la pareja y el entorno natural que se despliega alrededor. La recién inaugurada Jordan Trail (650 km) atraviesa todo el país a lo largo y ofrece un montón de oportunidades para aproximarse como nunca a la tierra y al ser amado. Tanto si se opta por una excursión de un día o por una travesía con acampada, como la popular y desafiante ruta de Dana a Petra, compartir excursión en pareja es compartir las aventuras del camino: animarse uno a otro en las cuestas más arduas, celebrar la llegada al destino y maravillarse ante la belleza natural a cada recodo.
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7. Sobrevolar Wadi Rum en globo
Con más de 700 km2 y paisajes casi lunares que han protagonizado filmes como Lawrence de Arabia y Marte, Wadi Rum es tan descomunal y fascinante como cabe imaginar. Resulta imposible ver todo este ‘Valle de la Luna’ en un par de días en jeep o a pie, pero a bordo de un globo aerostático, querer es poder. El suave vuelo y las vistas a ojo de pájaro desde la cesta crean un ambiente divino para sacar excelentes fotografías y brindar con champán. Lo mejor es contratar un viaje privado para dos y todos los detalles adicionales (cesta de pícnic, fotógrafo o bebidas) al reservar.
8. Contemplar la puesta de sol perfecta en el sur de Jordania
Una puesta de sol para dos es de lo más romántico del mundo, pero los espectaculares paisajes del sur de Jordania le añaden un extra de encanto. No hay nada como hacerse con una alfombra y una cesta de pícnic y hundir los pies en la arena del desierto de Wadi Rum, donde el sol colorea las grandes rocas de arenisca en tonos suaves de rosa y morado. Si se prefiere ver la puesta del sol junto al mar, lo mejor es reservar un circuito de vela por el Mar Rojo en Aqaba y completar la romántica velada tomando vino jordano a bordo mientras el barco surca las aguas de color zafiro.
9. Dormir bajo las estrellas
La magia del desierto no desaparece cuando el sol se oculta. El cielo nocturno de Jordania es el telón de fondo ideal para el romance, y abundan las oportunidades para acurrucarse bajo las estrellas. La ausencia de contaminación lumínica en zonas tan remotas como Wadi Rum y la Dana Biosphere Reserve hacen de estos lugares el sitio ideal para divisar constelaciones y estrellas fugaces. Desde la azotea de Feynan Eco Lodge o acurrucados en una tienda burbuja en Wadi Rum, contemplar las estrellas será uno de los momentos más memorables y románticos de un viaje a Jordania en pareja.
Casas rurales bajo las estrellas