Vistas de La Habana desde el Malecón

© Agota Kadar_Shutterstock
El Malecón, La Habana, Cuba

Desde “el sofá más largo del mundo”

Es el paseo más simbólico de la ciudad y uno de los mejores de todo el mundo. Lo llaman “el sofá más largo del mundo” y aquí vienen los habaneros a pasear pero sobre todo a saludarse, a hablar o a ligar. Ir a La Habana y no asomarse y fotografiar el Malecón es casi como no haber ido. En dos horas o un poco más se pueden recorrer sus casi 7 km y disfrutar del ambiente a tope.

Estas son algunas pistas para comenzar a recorrer el Malecón, el mejor lugar para descubrir La Habana:

1. Castillo de San Salvador de la Punta

Comenzamos este paseo por el castillo de San Salvador, un fuerte del s. XVI, que se erigió antes que el propio Malecón. Sus muros custodian la entrada al puerto y encaran el fuerte del Morro, que se sitúa enfrente. Este es uno de los sitios preferidos por las parejas de habaneros para quedar y pasar la tarde.

 

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Último piso del bar Nazdarovie, La Habana, Cuba © www.nazdarovie-havana.com
 Último piso del bar Nazdarovie, La Habana, Cuba © www.nazdarovie-havana.com

2. Una parada necesaria

Aunque antes no había donde tomarse algo si se quería hacer una pausa, ahora han surgido bares y restaurantes. Uno de ellos es Nazdarovie, especializado en cocina rusa, que se encuentra cerca del cruce con el Prado, en el último piso de un bloque con unas vistas inmejorables del Malecón y del océano. El local está repleto de viejos carteles de propaganda soviética, fraternales fotos de Fidel y Kruschev y muñecas rusas algo más discretas.

 

3. Estatua de Antonio Maceo

El siguiente alto, y la siguiente foto, después del castillo puede realizarse ante la estatua ecuestre de Antonio Maceo, héroe de la independencia cubana, en un pequeño parque según se va hacia el oeste. Un paso subterráneo comunica el parque con el Malecón, y detrás se eleva la mole de cemento del Hospital Nacional Hermanos Ameijeiras.

 

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Hotel Nacional, La Habana, Cuba © Felix Lipov / Shutterstock
 Hotel Nacional, La Habana, Cuba © Felix Lipov / Shutterstock

4. Hotel Nacional

Y llegamos a todo un hito de la ciudad, el gran hotel Nacional de Cuba, encaramado en la loma de Taganana, y dominando el Malecón desde el cruce con La Rampa. Construido en 1930 a imagen y semejanza del Breakers Hotel de Palm Beach (Florida), este ecléctico edificio –que fusiona el art déco y el neoclasicismo– es monumento nacional y uno de los emblemas arquitectónicos de La Habana. Además, es uno de los mejores lugares de Cuba para disfrutar de ron y puros en una terraza acariciada por la brisa.

 

5. Monumento a las víctimas del ‘Maine’

Otro alto en el camino para fotografiar, parar un rato y, de paso, evocar la historia más reciente es este monumento en recuerdo a los 266 infantes de marina que perdieron la vida en 1898 por la explosión del acorazado US Maine en el puerto de La Habana, un incidente que encendió la mecha de la guerra hispano-estadounidense y que acabó con las últimas colonias españolas en América. El águila que lo coronaba fue arrancada en 1959 en un momento de intenso fervor revolucionario.

 

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El Malecón y el edifico de la Embajada de Estados Unidos, La Habana, Cuba © Gustavo Ordoqui / Shutterstock
 El Malecón y el edifico de la Embajada de Estados Unidos, La Habana, Cuba © Gustavo Ordoqui / Shutterstock

6. Embajada de Estados Unidos 

La antigua oficina de la Sección de Intereses de EE UU fue reconvertida en embajada en el 2015 y las barras y las estrellas ondean allí de nuevo. Las vallas propagandísticas que presidían el entorno más próximo han desaparecido discretamente, pero la Plaza de Armas situada delante es aún conocida como Tribuna Antiimperialista José Martí.

7. Hotel Riviera

El paseo termina más al oeste, en este impresionante hotel inaugurado en 1957, propiedad del gánster estadounidense Meyer Lansky. Absorbido recientemente por la compañía Iberostar, aún conserva su desmesurado diseño de los años cincuenta.