Las 10 experiencias imprescindibles en Reikiavik, la capital islandesa

Escrito por
Michael Chapman, autor de Lonely Planet

11 Noviembre 2019
8 min de lectura
© BBandSIRI_Shutterstock
Reikiavik, Islandia

Reikiavik: 10 actividades esenciales en la capital más al norte del mundo

Reikiavik es una ciudad pequeña, pero posee una oferta cultural y de actividades enormemente interesante. Popular escala entre Norteamérica y Europa, la capital más septentrional del mundo tiene mucho con lo que tentar al viajero hambriento de cultura (o hambriento a secas) que quiera descubrir una parte de la vida nórdica en un lapso breve de tiempo.

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Destino Islandia

 

Las 10 actividades esenciales de toda buena aventura islandesa:

1. Geología islandesa

2. Gastronomía de Islandia

3. Vida nocturna de Reikiavik

4. Compras en el centro

5. El Puerto Viejo

6. Settlement Exhibition

7. Hallgrímskirkja

8. El Harpa

9. Arte urbano de Reikiavik

10. Piscinas islandesas

 

 

1. Conocer la geología de Islandia

El abovedado Perlan Museum and Observation Deck es el mejor lugar de Reikiavík para aprender sobre geología islandesa sin tener que aventurarse en plena naturaleza, lo cual es una excelente opción los días lluviosos.

 

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Reikiavik museo: exposición

Visitar la exposición Forces of Nature en el Perlan  © Egill Bjarnason / Lonely Planet

 

Su exposición Forces of Nature (Fuerzas de la naturaleza) presenta plafones interactivos con brillantes cuevas de hielo, barrancos glaciales y cascadas imponentes, ofreciendo una perspectiva artificial, aunque cautivadora, de la composición de los paisajes del país.

En la planta superior la plataforma circular de observación ofrece vistas panorámicas del pintoresco perfil urbano de la ciudad, la resplandeciente bahía de Faxaflói y la montaña Esja (914 m), que perfila su imponente presencia en el horizonte norte.  

 

2. Participar en un circuito gastronómico autoguiado

Las delicias culinarias de Islandia suelen tener mala fama: la cabeza de carnero hervida, el schnapps con sabor a regaliz Brennivín o el cuestionable pero inolvidable sabor del hákarl (tiburón islandés fermentado) son solo algunos ejemplos.

 

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Reikiavik, gastronomía: perritos calientes

Sencillos pero satisfactorios, los perritos calientes de Baejarins Beztu Pylsur son toda una institución en Reikiavik © Marcin_Kadziolka / Getty Images

 

Sin embargo, un circuito por algunos de los restaurantes más célebres de Reikiavik puede cambiar cualquier opinión preconcebida que el viajero traiga de casa: ofrecen la instantánea perfecta de la cocina islandesa, con platos a base de cordero, yogur skyr y el tradicional perrito caliente, el plato estrella de Bæjarins Beztu Pylsur.

Las opciones más selectas para salir a cenar por la ciudad incluyen Fiskmarkadurinn y Food Cellar Matarkjallarinn, mientras que en Old Iceland Restaurant o Gallery Fiskur. se puede disfrutar de ricos platos a precios moderados.

 

3. Descubrir la famosa vida nocturna de Reikiavik

Dada su reputación fiestera, sorprende saber que la cerveza era una bebida ilegal en Reikiavik –y en toda Islandia– hasta el mes de marzo de 1989. Desde entonces los islandeses han recuperado el tiempo perdido y las noches de los viernes y los sábados la zona del centro de la ciudad se achispa con lugareños y visitantes por igual.

 

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Reikiavik vida nocturna: club Pravda

El PraVda Club, un lugar donde codearse con los lugareños entre copas y música  ©  Jonathan Smith / Lonely Planet

 

Los precios de la happy hour, disponible en casi todos los establecimientos de 16.00 a 18.00, hacen las copas más asequibles para quienes empiezan a beber temprano en un destino que es famoso por el elevado precio del alcohol; si bien los lugareños más fiesteros suelen dejarse ver algo más tarde, después de haber tomado unas copas en casa, que siempre sale más barato.

Se puede saborear ‘el agua de la vida’ en Dillon Whiskey Bar, disfrutar de la cerveza artesanal en Micro Bar o, si apetece ir a bailar, visitar el principal local nocturno de la ciudad, Paloma.

 

4. Comprar suvenires en el centro de la ciudad

El corazón latente de Reikiavik, Laugavegur, es el lugar donde la restauración, el copeo y las compras convergen en una combinación imprescindible, convirtiéndolo en un destino esencial de toda visita a la ciudad.

 

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Reikiavik compras: suéter tradicional islandés

Calentitos y modernos: los tradicionales suéteres de lana islandeses © Bragi Thor Josefsson / Getty Images

 

Para llevarse a casa un suvenir que sirva para recordar el viaje es buena idea pasarse por las varias tiendas de obsequios que abundan en la zona. Quienes busquen algo más auténtico que los peluches de frailecillos pueden comprar un suéter tradicional islandés, también conocido como lopapeysa. Dos de los mejores sitios para comprarlos son la Handknitting Association of Iceland y Rammagerðin. Es una prenda muy apreciada, tanto por su estilo rústico como por su habilidad por mantener al usuario bien calentito en los largos meses de invierno.

 

5. Pasear por el Puerto Viejo

Históricamente, el Puerto Viejo era el principal centro de pesca de la ciudad. Su pasado está presente en los barcos amarrados, en los edificios históricos y en su ventajosa ubicación en la bahía de Faxaflói. Sin embargo, el atractivo contemporáneo del barrio radica en las expediciones de observación de ballenas y frailecillos, en las galerías y museos de la zona, y en algunos de los restaurantes con más éxito de crítica de la ciudad.

 

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Reikiavik y el Puerto Viejo

En el barrio del Puerto Viejo de Reikiavik hay mucho más que barcos pesqueros © Bahadir Yeniceri / Shutterstock

 

Es buena idea visitar el Reykjavík Maritime Museum o la Volcano House para profundizar un poco más en la cultura y la historia de Islandia. Después se puede dudar sobre qué pedir para comer (todo está rico, que nadie se preocupe) en Grandi Mathöll, una antigua factoría de pescado convertida en salón gastronómico internacional.

 

6. Visitar la Settlement Exhibition

Reikiavik fue habitada por primera vez en el año 874 d.C. por Ingólfur Arnason, y desde entonces ha contado con una historia realmente fascinante, aunque a menudo sangrienta. Primero la gobernaron los noruegos, a los que siguieron de inmediato los daneses, y es un país que ha vivido de todo, desde la violencia de los clanes y los movimientos por la independencia hasta una invasión aliada durante la II Guerra Mundial.

 

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Reikiavik exposición: Settlement Exhibition

La tecnología más avanzada y la historia milenaria van de la mano en la Settlement Exhibition © Javier Ballester / www.borgarsogusafn.is

 

Lo mejor para que un visitante conozca la etapa más antigua de la ciudad es visitar la exposición Settlement Exhibition. El museo está construido alrededor del vestíbulo de una casa comunal vikinga excavada en la zona que data, aproximadamente, del año 930-1000 a.C., por lo cual los visitantes están, literalmente, rodeados de historia. La exposición también cuenta con plafones multimedia y paneles informativos dedicados a arrojar luz sobre este período formativo de la historia de Islandia.

 

7. Visitar la iglesia de Hallgrímskirkja

Posiblemente el icono más reconocible de la ciudad, la iglesia luterana de Hallgrímskirkja es un punto de interés clásico y el testimonio del genio de un visionario arquitecto estatal, Guðjón Samúelsson.

 

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Reikiavik: la iglesia Hallgrímskirkja

Por dentro y por fuera, Hallgrímskirkja es una obra maestra de la arquitectura © shotarobkk / Shutterstock

 

No solo su arquitectura resulta impresionante –influenciada como está por la naturaleza islandesa, en concreto las icónicas columnas de lava que enmarcan la entrada–, la iglesia también ofrece a sus visitantes la posibilidad de subir al campanario y disfrutar de las extensas vistas (y a veces ventosas) de los tejados multicolor de la ciudad y el océano que queda más allá.

 

8. Entrar en el Harpa  

El Harpa fue diseñado originalmente como una parte del World Trade Centre Reykjavik, un plan urbanístico para remodelar el barrio de Austurhöfn. La crisis financiera islandesa del 2008 paralizó su construcción, y el futuro del primer auditorio de la ciudad construido para albergar conciertos quedó en suspense. No obstante, el gobierno apostó por terminarlo y el auditorio se convirtió en el único edificio construido y terminado durante la crisis financiera.

 

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Reikiavik: el Harpa

El llamativo exterior del Harpa le ha convertido en un elemento destacado del perfil urbano de Reikiavik © shotarobkk / Shutterstock

 

El Harpa ha pasado a ser un rasgo imponente del paisaje urbano de Reikiavik. Cada uno de sus azulejos tiene una forma y un tamaño diferentes, y de noche todo el edificio se ilumina en un despliegue caleidoscópico, como si fuera un faro de mil colores cambiantes en la orilla de la ciudad. Sinónimo de música clásica, teatro y con una selecta alineación de artistas locales e internacionales, es la sede de la Orquesta Sinfónica de Islandia y de la Ópera de Islandia, además del longevo e hilarante Icelandic Sagas: The Greatest Hits Theater Show.

 

9. Apreciar el arte urbano de Reikiavik

Mientras muchas ciudades restan importancia a los grafitis de sus calles, Reikiavik los celebra luciendo enormes y coloridos murales en casi cada esquina. En esta ciudad es literalmente imposible perderse una obra de arte urbano (sobre todo si se frecuenta la principal calle comercial de la ciudad, Laugavegur), que a menudo son encargos del gobierno local para dar vida al lienzo urbano. Desde principios de la década de 1990 los artistas han creado un estilo excéntrico y prevalente que representa a su ciudad de una forma única y, por lo que algunos dirían, psicodélica. Algunos ejemplos destacados son el mural de Sara Riel en Njálsgata y el mural de Guideo Van Helten en Grandi.

 

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Reikiavik arte urbano: mural de Guideo Van Helten

‘No Exit’, uno de los murales de Guido van Helten en Reikiavik © Michael Chapman / Lonely Planet

 

10. Zambullirse en las piscinas islandesas

Para disfrutar de Reikiavik como un lugareño es buena idea visitar una de sus varias piscinas. Elemento esencial de la vida diaria, bañarse en piscinas y spas geotermales ha sido durante mucho tiempo una parte esencial de la cultura islandesa, un lugar donde reunirse con la familia y los amigos, relajarse y refugiarse del gélido clima que a menudo domina la región.

 

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Reikiavik piscinas termales: Laugardalslaug

Los habitantes de Reikiavik saben aprovechar las piscinas termales naturales del país, como el Laugardalslaug © (WT-en) Meltwaterfalls at English Wikivoyage

 

Si bien existen muchos manantiales termales naturales en plena naturaleza islandesa, la capital del país ofrece una experiencia más de tipo spa, con saunas, salas de vapor y –cómo no–, hot-pots (mini piscinas) a varias temperaturas. Para disfrutar de uno de los centros más grandes de este tipo que hay en Islandia es buena idea visitar Laugardalslaug, que cuenta con una piscina olímpica y un tobogán acuático de 86 m. Si se prefiere una opción más tranquila, es buena idea ir a bañarse a Sundhöllin, el centro más antiguo de la ciudad, construido en 1937.

 

 

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