Kalmar es de esas ciudades por la que da gusto caminar y por la que recomiendo, sin duda, ir en bicicleta. Tranquila y sin apenas tráfico ni polución, Kalmar es una localidad pequeña que cuenta con mucho que ofrecer.
Hace poco estuve recorriendo el sur de la provincia sueca de Småland, la tercera en extensión de este país escandinavo. Pude conocer los atractivos de Öland, una isla conectada con el continente a través de uno de los puentes más largos de Europa. Pese a que pasé gran parte de mi tiempo en esta ínsula pude visitar también la ciudad de Kalmar, situada justo al otro lado del puente, una localidad histórica que es, a su vez, una de las ciudades comerciales más importantes de Suecia.
Kalmar tiene playa, y muy bien cuidada por cierto, bosques, zonas verdes ideales para pasear – el parque municipal de Kalmar fue nominado el jardín urbano más hermoso de Suecia en 1985- y una gran cantidad de tiendas. Como prueba de la buena conservación de su entorno urbano, la ciudad ha recibido el Premio Europa Nostra en dos ocasiones.
Kalmar tuvo una gran importancia durante la Edad Media ya que, por su ubicación estratégica, fue un importante puerto y un gran centro comercial. Testigo actual de este pasado glorioso es su castillo renacentista, cuya construcción comenzó en el siglo XII, y que fue el lugar histórico en el que se firmó el Tratado de Kalmar que significó la unión de Dinamarca, Noruega y Suecia en 1397. Es muy recomendable visitar esta fortaleza ya que en su interior se hace un repaso de los últimos ocho siglos de la historia de Suecia. Además de las exposiciones permanentes, se realizan, sobre todo en verano, numerosas muestras itinerantes. Asimismo, durante todo el año se organizan todo tipo de actividades como comidas o cenas de empresa.
Al lado del castillo se encuentra la antigua ciudad medieval de Kalmar con rincones y edificios de los siglos de XVI y XVII muy bien conservados. Después de un devastador incendio que tuvo lugar en el siglo XVII, se trasladó el centro de la ciudad a Kvarnholmen. En este sector el monumento más destacado es la Catedral, de estilo barroco, proyectada por Nicodemus Tessin el Viejo e inaugurada en el año 1682. Merece la pena entrar en ella ya que es muy vistoso su altar barroco, diseñado en 1704 por Nicodemus Tessin el Joven.
En Kalmar también hay espacio para el arte. Existen un gran número de museos y galerías aunque los más destacados son el Museo de Arte de Kalmar, situado en el parque municipal del que he hablado anteriormente, y el Kalmar Läns Museum. En el primer espacio, inaugurado hace cinco años, tienen lugar espectáculos y exposiciones internacionales que reflejan el panorama artístico regional. Por su parte, en el Kalmar Läns Museum es muy recomendable visitar la exposición dedicada al imponente barco de guerra Kronan que se hundió frente a la costa de la isla de Öland en 1676. Todavía es hoy que, con mucho esfuerzo, se están recuperando piezas de uno de los mayores y más bellos buques de guerra de la armada sueca. Y es que Kalmar también tiene su Vasa.
Texto y fotos: María Jesús Tomé