Schöneberg y Scheunenviertel, el barrio del granero
Berlín es inabordable y esto es maravilloso porque siempre hay nuevas excusas para visitar la capital alemana. En la próxima podrá visitar Scheunenviertel, el principal barrio judío y uno de los más antiguos y carismáticos. Y Schöneberg, un barrio burgués que tiene su origen en el movimiento okupa, donde se vive con intensidad la noche berlinesa.
Schöneberg: un barrio burgués, gay y con un pasado okupa
Aunque Schöneberg presuma de ser un barrio bien, de clase media acomodada, en realidad tiene un pedigrí radical heredado de la época okupa de los años ochenta. Su carácter más polifacético se descubre al pasear por la burguesa Viktoria-Luise-Platz, el primer barrio gay de Berlín y por calles repletas de cafés bohemios y boutiques independientes, para acabar en la étnica Hauptstrasse, donde vivió David Bowie en la década de 1970. Hay además muchos restaurantes de barrio que invitan a regresar por la noche.
La plaza más bonita de Schöneberg luce parterres de flores, árboles centenarios, una fuente y bancos donde los vecinos charlan o miran como juegan los niños rodeados de cafeterías y casas del s. XIX.
Estos son algunos de sus principales puntos de interés:
1. Mercado agrícola
Los miércoles y sábados por la mañana la Winterfeldtplatz se llena a rebosar de productos frescos. Además de frutas y verduras de temporada se venden productos caseros como quesos, embutidos, aceitunas o miel. Los sábados se montan también tenderetes de artesanía.
2. ‘Cabaret’
Nollendorfplatz y el barrio gay son también puntos imprescindibles. En los años veinte, Nollendorfplatz ya era el acceso al barrio gay de Berlín. Christopher Isherwood escribió Historias de Berlín (que inspiró la película Cabaret) cuando vivía en Nollendorfstrasse 17. Banderas arco iris ondean orgullosas sobre bares y tiendas, especialmente en Motzstrasse y Fuggerstrasse. Una placa conmemorativa en la estación del U-Bahn recuerda a las víctimas LGTB del nazismo.
3. Para los muy chocolateros
El café Winterfeldt Schokoladen vende una gran variedad de chocolates artesanales internacionales presentados en las vitrinas de roble originales de una farmacia del s. XIX.
4. De compras
En Goltzstrasse y su extensión, Akazienstrasse, numerosas tiendas independientes venden ropa de segunda mano, lencería atrevida, joyas artesanas, tés exóticos y complementos de cocina. No hay ni una sola cadena y sí numerosas cafeterías y restaurantes para hacer un alto. Por ejemplo, en el Double Eye donde a nadie parece importarle hacer cola para probar su galardonado café expreso. O en el Möve im Feisenkeller, un acogedor pub, refugio de artistas en los años veinte. La gaviota disecada que cuelga del techo observa a los clientes que buscan inspiración entre las ocho cervezas de barril. Y en Hauptstrasse, el supermercado turco öz-Gida es famoso en toda la ciudad por sus aceitunas, quesos y carnes de calidad. Iggy Pop y David Bowie compartieron piso en el no 155 de esta calle. Hay una placa conmemorativa.
Scheunenviertel, el barrio judío de Berlín
El llamado barrio del granero, Scheunenviertel, tiene un aire completamente diferente. Sheunenviertel, es uno de los barrios más antiguos y carismáticos de Berlín, y si se pasea sin rumbo por sus calles se encuentran sorpresas inesperadas: un patio idílico, una galería de arte contemporáneo, una boutique de moda o una sala de baile de la Belle Époque. Desde la reunificación, la zona ha recuperado su papel histórico como principal barrio judío de Berlín.
Estos son sus principales puntos de interés:
1. Pasear por Scheunenviertel
Los mayores encantos de este barrio se encuentran en el laberinto de tranquilas callecitas que salen de las dos vías principales, Oranienburger Strasse y Rosenthaler Strasse. Este es un barrio caracterizado por sus Höfe, patios interconectados llenos de cafeterías, tiendas y locales nocturnos y presidido por la Neue Synagoge, su punto más emblemático.
Además, la zona entre la Hauptbahnhof y Friedrichstrasse encierra dos de los focos principales del arte contemporáneo en Berlín, la Hamburger Bahnhof y la Sammlung Boros.
En Scheunenviertel merece también la pena ir de compras y descubrir las nuevas creaciones de los diseñadores de moda de Berlín recorriendo los callejones en busca de tiendas de marcas locales. También merece la pena ir de bares, preparados previamente para pasar la supervisión de los porteros, y codearse con gente guapa en los bares de Torstrasse.
Pero también se puede ir de pícnic o disfrutar de una cerveza en el Strandbar Mitte, el primer bar de playa de Berlín, o ver un concierto o una obra al aire libre en el Monbijoutheater junto al río.
2. Sammlung Boros, un búnker lleno de arte
El viajero encontrará una curiosa mezcla de arte y recuerdos bélicos en el laberinto de 80 salas de la Sammlung Boros, un búnker de la época nazi convertido en museo de arte gracias a Christian Boros, gurú de la publicidad y coleccionista de arte de grandes creadores actuales. Boros compró este gigante de cemento en el 2003 y, tras años de reformas, en el 2008 empezó a compartir obras seleccionadas de su colección particular con un público entusiasmado. Muchos años más tarde, las plazas para las visitas guiadas son muy cotizadas; hay que reservar con semanas, incluso meses de antelación.
3. Neue Synagoge, el centro espiritual del barrio
La resplandeciente cúpula dorada de la Neue Synagoge es el símbolo más visible de la renovada comunidad judía de Berlín. El arquitecto Eduard Knoblauch se inspiró en la Alhambra de Granada, lo que explica los elementos de diseño morisco-bizantino, la elaborada fachada y la cúpula brillante. El edificio fue consagrado por Rosh Hashanah en 1866 en presencia de Otto von Bismarck y otros notables prusianos. Era la sinagoga más grande de Alemania, con capacidad para 3200 personas.
4. Arte en la Hamburger Bahnhof Museum
Junto a la sinagoga, es el emblema del barrio, un bastión del arte contemporáneo instalado en la antigua estación de tren, una especie de cueva de Aladino llena de pinturas, esculturas e instalaciones. El fondo del museo proviene de préstamos permanentes de tres coleccionistas y abarca todos los movimientos artísticos de la segunda mitad del s. XX, desde el arte conceptual y el pop art hasta el minimalismo, el arte povera y Fluxus. Se pueden ver obras de artistas como Andy Warhol, Cy Twombly y Bruce Nauman, tanto en el museo principal como en el anexo de 300 m de largo, las Rieckhallen (Salas Rieck). Su cafetería, Sarah Wiener, es la más elegante de los museos de Berlín, un lugar ideal para comentar la última exposición mientras se devoran desayunos copiosos, tartas caseras o platos de temporada como el famoso Schnitzel de ternera lechal.
5. Vida de patio: Hackesche Höfe
Para entender el barrio, es imprescindible visitar el Hackesche Höfe, el conjunto de patios más grande y famoso del Scheunenviertel. El patio conecta Rosenthaler Strasse con Sophienstrasse; fue construido en 1907 y sobrevivió a la división de la ciudad, hasta ser adquirido por inversores de Alemania Occidental en 1994. Tras una renovación total, este complejo de ocho patios interconectados reabrió sus puertas en 1996 con una agradable mezcla de cafeterías, galerías, boutiques y salas de espectáculos.
6. Creatividad solidaria en Haus Scwarzenberg
En contraste con sus lujosos vecinos, Haus Schwarzenberg es como un último reducto en medio de la zona de Hackescher Markt. Se trata de un espacio auténtico y humilde, regentado por una organización sin ánimo de lucro, donde florecen el arte y la creatividad más allá del aspecto comercial. Los patios, decorados con arte urbano y estrambóticas esculturas de metal, llevan a estudios, oficinas, un parque de atracciones subterráneo, el bar artístico y provocador Eschloraque Rümschrümp, el cine de arte y ensayo Babylon y tres muestras que tratan el tema de la persecución de los judíos durante el III Reich.