Ruta ciclista TransDinárica

Escrito por
Autores de Lonely Planet

4 Agosto 2023
3 min de lectura
© Kirk Fisher/Shutterstock
A punto de saltar en Mostar. Kirk Fisher/Shutterstock ©
La TransDinárica es la primera ruta ciclista que conecta los Balcanes occidentales. Este itinerario de 80 etapas, a inaugurar en el 2024, es más que una manera de descubrir en bici la épica geografía del sureste de Europa. Son 3364 km –que conectan Eslovenia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Macedonia del Norte, Kosovo y Serbia– con cordilleras, el mar Adriático y un sinfín de lagos y ríos; pero esta travesía de dificultad moderada por ocho países (etapas diarias de una media de 50 km) prioriza el descubrimiento sostenible de enclaves que son Patrimonio Mundial, parques nacionales y pueblos repletos de cultura ancestral.
 

¿Qué no te puedes perder?

  • Conocer la historia de la región en el Museo Kobarid, en Eslovenia.

  • Visitar el Palacio de Diocleciano, la villa de un emperador romano del año 305 d.C.

  • Ver a los saltadores zambullirse desde el famoso puente de Mostar, restaurado en el 2004, en Bosnia y Herzegovina.

  • Contemplar el lago Ohrid, entre las fronteras de Albania y Macedonia del Norte, Patrimonio Mundial natural y cultural.

 

Los picos y el mar

La TransDinárica no pierde el tiempo con fotos espectaculares. Empieza en Kobarid, Eslovenia, a la que Hemingway describió en Adiós a las armas como "una ciudad pequeña y limpia" con "una bonita fuente en la plaza", acunada en los Alpes Julianos en la linde suroeste del Parque Nacional del Triglav y a caballo del verdiceleste río Isonzo. Después va al sur por las Cuevas de Škocjan, catalogadas por la Unesco, y entra en Croacia y en la ciudad adriática de Rijeka.

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La ciudad de Split. Nataliia Budianska/Shutterstock ©

La ciudad de Split. Nataliia Budianska/Shutterstock ©

Con los Alpes Dináricos al este y el azul cobalto del Adriático al oeste, la ruta sigue la costa por apacibles carreteras de asfalto y senderos de bosque. Pasa por un corredor de seis parques nacionales croatas, incluido el de los Lagos de Plitvice, lleno de cascadas, y el paraíso de la escalada en roca: Paklenica. Por el camino, las ciudades romanas de Zadar y Split, Patrimonio Mundial, recuerdan que esta expedición es tan cultural como deportiva.

 

El corazón de la aventura

Para muchos ciclistas Bosnia y Herzegovina es un paso a lo desconocido: un lugar delicioso donde lo inesperado alimenta las ganas de descubrir cosas. Entrar en este país con forma de corazón también es pedalear hacia el centro de los Alpes Dináricos, donde aguarda una cultura antigua. El espíritu pionero y la TransDinárica serpentean por valles remotos antes de adentrarse en el valle del río Neretva rumbo a la ciudad de Mostar, donde los más atrevidos se lanzan al agua desde el puente local, de época otomana y catalogado por la Unesco.

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Parque Nacional Durmitor. ©Tatiana Popova/Shutterstock

Parque Nacional Durmitor. ©Tatiana Popova/Shutterstock

Platos tradicionales como el burek (hojaldre relleno) y el ćevapi (salchichas en pan de pita) darán fuerzas al ciclista para llegar a Montenegro por el cañón del río Tara, el más profundo de Europa. Después la ruta sube y baja por otro enclave de la Unesco, el Parque Nacional Durmitor, donde se alza el pico Bobotov Kuk (2523 m).

Desde allí el ciclista llega al paraíso protegido de observación de aves que es el lago Skadar, para luego entrar en el Parque Nacional Theth, ya en Albania, y admirar la majestuosidad de los ‘Alpes albanos’. El esplendor prosigue a lo largo de la ruta rumbo al sur, al lago Ohrid, el más antiguo de Europa, que posee la curiosa distinción de ser Patrimonio Mundial natural y cultural.

 

Imperios del pasado

Al pedalear hacia Macedonia del Norte, del lago Ohrid al lago Prespa, en la frontera griega, el ciclista siente el peso de la historia balcánica. Rumbo al norte la ruta atraviesa territorios con los que han comerciado reinos e imperios durante milenios. Los antiguos griegos, los macedonios, los romanos, los bizantinos y los otomanos contribuyeron a la creación de un patrimonio complejo.

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Ciclismo cerca de la orilla del lago Ohrid. ©Ilan Shacham/Getty Images

Ciclismo cerca de la orilla del lago Ohrid. ©Ilan Shacham/Getty Images

Tras cruzar la frontera de Kosovo, la ruta entra en Prizren, donde la arquitectura otomana preside la ciudad partida en dos por el río Prizren Bistrica, al pie de los montes Šar. La ruta sigue por el norte hasta Serbia, el octavo país, y bordea su frontera occidental hasta los resorts de esquí de Zlatibor y Mokra Gora. En el Parque Nacional de Tara densos bosques y el cañón del río Drina guían al ciclista.

Después la ruta vira al oeste hacia Bosnia y completa un bucle por los seis países de la parte baja. En la histórica capital de Sarajevo la llamada a la oración desde los alminares se funde con el tañir de las campanas que resuenan sobre el río Miljacka y dan la bienvenida al aventurero triunfante.

 

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